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Greenhalgh, Wendy Ann - La meditación y el arte de dibujar

La meditación y el arte de dibujar

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manera en que lo contemplaríamos normalmente. Así, pue<strong>de</strong> rev<strong>el</strong>arnos cosas<br />

que nunca hayamos notado antes, incluso en r<strong>el</strong>ación con nuestro propio<br />

cuerpo. Recuerdo muy bien la primera vez que hice un autorretrato <strong>de</strong> cuerpo<br />

entero. Fue al poco tiempo <strong>de</strong> entrar en la Escu<strong>el</strong>a <strong>de</strong> B<strong>el</strong>las Artes. Lo hice en<br />

mi cuarto, con la puerta bien cerrada con llave, <strong>de</strong>snudándome d<strong>el</strong>ante <strong>de</strong> un<br />

espejo gran<strong>de</strong> que había en la pared, con una gran hoja tamaño A1 y todos los<br />

materiales en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. Como muchos <strong>de</strong> nosotros, en especial cuando somos<br />

muy jóvenes, tenía algunos complejos con mi cuerpo. Me sentía un poco<br />

incómoda, aunque nadie pudiera verme y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no tenía intención alguna<br />

<strong>de</strong> enseñarle <strong>el</strong> retrato a nadie. Pero llevaba tiempo haciendo muchos dibujos<br />

d<strong>el</strong> natural en la facultad y lo estaba disfrutando mucho, y no tenía sentido no<br />

pintarme a mí misma aunque fuera una sola vez. ¿Por qué no explorar mi<br />

propio cuerpo <strong>de</strong> la misma manera en que había explorado los mod<strong>el</strong>os vivos<br />

que posaban para nosotros en clase?<br />

Pues bien: no puedo <strong>de</strong>cir que fuera una gran rev<strong>el</strong>ación. No me curé <strong>de</strong><br />

repente <strong>de</strong> todos mis complejos <strong>de</strong> adolescente. Pero sí fue la primera vez que<br />

contemplé todo mi cuerpo como artista, y lo que salió <strong>de</strong> esta experiencia<br />

fueron en esencia dos cosas. En primer lugar, noté las proporciones <strong>de</strong> mi<br />

cuerpo —sus curvas, sus rectas y planicies, su masa— <strong>de</strong> una manera mucho<br />

más abierta y creativa. De repente mi cuerpo era una localización que<br />

explorar, compren<strong>de</strong>r y apreciar en su justa medida, como algo completo,<br />

terminado, que no necesitaba ningún cambio. <strong>La</strong>s proporciones que en otro<br />

momento habría podido lamentar parecían normales y, <strong>de</strong> hecho, hermosas,<br />

con mi ojo <strong>de</strong> artista. Era <strong>el</strong> tema perfecto para un dibujo, ni mejor ni peor <strong>de</strong><br />

lo que habría sido cualquier otro cuerpo humano. En segundo lugar, hay que<br />

ver hasta qué punto era <strong>el</strong> mejor <strong>de</strong> los temas: porque era mío. Ya tenía un<br />

conocimiento íntimo <strong>de</strong> él, y sin embargo aquí estaba, en <strong>el</strong> estado <strong>de</strong> atención<br />

plena que me daba <strong>el</strong> dibujo y la pintura, profundizando esa r<strong>el</strong>ación,<br />

encontrándole nuevos aspectos.<br />

El <strong>de</strong>safío <strong>de</strong> la forma humana<br />

Y, sin embargo, a pesar <strong>de</strong> las recompensas y los hallazgos que <strong>dibujar</strong> la<br />

forma humana en toda su complejidad pueda darnos, no está exenta <strong>de</strong>

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