Greenhalgh, Wendy Ann - La meditación y el arte de dibujar
La meditación y el arte de dibujar
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Para esta actividad <strong>de</strong> dibujo te sugiero que emplees por lo menos una<br />
hoja A3, ya que esto te permitirá <strong>dibujar</strong> una cara a tamaño real, sin <strong>el</strong><br />
<strong>de</strong>safío extra <strong>de</strong> tener que cambiar <strong>de</strong> escala. Pue<strong>de</strong>s usar cualquier<br />
medio, pero con un buen lápiz suave te irá muy bien.<br />
Tómate todo <strong>el</strong> tiempo que quieras para completar este autorretrato.<br />
Pue<strong>de</strong>s experimentar con d<strong>arte</strong> distintas duraciones <strong>de</strong> tiempo —<br />
dibujándolo en dos minutos, en cinco, en diez o en veinte—. Esto<br />
convierte la actividad en una especie <strong>de</strong> juego y evita que <strong>de</strong>pendamos<br />
<strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> los resultados y las apariencias finales. ¡Es imposible que<br />
nadie haga un retrato «perfecto» en dos minutos! Así que ¿por qué no<br />
hacer uno rápido, en sucio? Sin presión. Aquí te <strong>de</strong>jo algunas<br />
indicaciones y sugerencias mientras dibujas:<br />
• Coloca tu espejo <strong>de</strong> tal forma que puedas verte bien en él. El espejo tiene<br />
que ser lo bastante gran<strong>de</strong> como para que veas la totalidad <strong>de</strong> tu cara, y si<br />
es posible también los hombros.<br />
• Es importante que <strong>el</strong> espejo y tú estéis cómodamente colocados para<br />
este ejercicio, para que puedas levantar la mirada hacia <strong>el</strong> reflejo con<br />
facilidad, sin tener que estirar <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo o inclin<strong>arte</strong> hacia un lado.<br />
• Empieza por respirar sin más, sintiendo las manos que sostienen <strong>el</strong> lápiz<br />
y tan solo contemplando tu cara. Mira lo que hay ahí en concepto <strong>de</strong><br />
líneas y curvas, luces y sombras, texturas y formas. Fíjate en los colores<br />
<strong>de</strong> tu pi<strong>el</strong>, <strong>de</strong> tus ojos y <strong>de</strong> tu p<strong>el</strong>o.<br />
• En la medida <strong>de</strong> lo posible intenta verte como si fuera la primera vez. Si<br />
aparecen patrones familiares <strong>de</strong> pensamientos juzgadores, limítate a<br />
reconocer su presencia y luego déjalos ir. Tal vez quieras recordar la<br />
diferencia entre la conceptualización y la experiencia directa que<br />
exploramos antes. ¿Pue<strong>de</strong>s experimentar tu cara sin más?<br />
• Cuando te sientas preparado, empieza a <strong>dibujar</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> interior hacia <strong>el</strong><br />
exterior, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las facciones hacia la mandíbula, la línea d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>o, la<br />
barbilla, etc. Establece las dimensiones principales ligeramente, como has<br />
hecho en otros dibujos, y poco a poco ve añadiendo más <strong>de</strong>talles.<br />
• Sigue midiendo con los ojos, fijándote en particular en los ángulos entre<br />
los <strong>el</strong>ementos —<strong>el</strong> ángulo que hay entre lo alto <strong>de</strong> la oreja y la ceja, por<br />
ejemplo, así como la distancia—. Presta atención a los espacios