Greenhalgh, Wendy Ann - La meditación y el arte de dibujar
La meditación y el arte de dibujar
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total y a no hablar durante <strong>el</strong> resto <strong>de</strong> la semana.<br />
Meditamos durante muchas horas cada día en ese retiro, alternando entre<br />
periodos <strong>de</strong> <strong>meditación</strong> sentada y luego <strong>meditación</strong> caminando, dando vu<strong>el</strong>tas<br />
por la hierba, contemplando las aguas d<strong>el</strong> lago, los árboles, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o, sintiendo<br />
<strong>el</strong> sol en la cara y, muy a menudo (como estábamos en las Highlands), una<br />
suave y fresca llovizna. Y durante todo <strong>el</strong> tiempo la presencia silenciosa d<strong>el</strong><br />
mundo natural a mi alre<strong>de</strong>dor y <strong>el</strong> silencio que guardaba con los <strong>de</strong>más y<br />
conmigo misma fue haciendo su trabajo cada vez más profundamente en mí.<br />
<strong>La</strong> atención plena y <strong>el</strong> mundo natural<br />
Hasta cierto punto sí que encuentro silencio en mi vida diaria. Sin duda está<br />
ahí en mis meditaciones matutinas, aunque no <strong>de</strong> forma tan plena, ya que <strong>el</strong><br />
tráfico pasa atronando por la carretera que hay fuera <strong>de</strong> mi casa, y en algún<br />
punto hay obras, o aúlla la alarma <strong>de</strong> algún coche. Pero en la naturaleza tomo<br />
contacto con un mundo más antiguo, mucho más silencioso. En la naturaleza, si<br />
estoy dispuesta a salirme <strong>de</strong> la carretera y <strong>de</strong> la cobertura on-line durante un<br />
rato, a ir a don<strong>de</strong> no hay anuncios, mensajes <strong>de</strong> texto, e-mails ni<br />
conversaciones, entonces encuentro montañas, agua, bosques, que me siguen <strong>el</strong><br />
paso, en silencio.<br />
De esta manera a la naturaleza po<strong>de</strong>mos llamarla verda<strong>de</strong>ramente la amiga<br />
<strong>de</strong> la atención plena, porque nos lleva sin esfuerzo a un mayor estado <strong>de</strong><br />
presencia quieta y silencio interior. Sin duda la <strong>meditación</strong> en esos entornos<br />
hermosos y naturales contiene una paz y una tranquilidad extra. Esto es algo<br />
que Claire Thompson ha explorado en su libro De regreso a la naturaleza: <strong>La</strong><br />
<strong>meditación</strong> y <strong>el</strong> mundo natural. «Algunos lugares», escribe, «me han brindado<br />
una visión <strong>de</strong> la quietud universal, don<strong>de</strong> esta mente que no para <strong>de</strong> charlar no<br />
tiene cabida alguna» 6 . Esta experiencia, sin lugar a dudas, también la he tenido<br />
yo. Sin embargo, muchas veces he <strong>de</strong>scubierto que las lecciones <strong>de</strong> atención<br />
plena d<strong>el</strong> mundo natural pue<strong>de</strong>n absorberse más hondamente, y que es más<br />
probable que yo esté dispuesta a escucharlas durante más tiempo, si, en lugar<br />
<strong>de</strong> caminar o sentarme en la naturaleza, me pongo a <strong>dibujar</strong>.<br />
Solo silencio y quietud