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CAPÍTULO VI
Lf ESTRATEGIA. DE LOS TORNEOS MODERNOS
El torneo moderno de ajedrez
constituye uno de los pocos encuentros
al margen del atletismo físico,
donde los hOmbres pueden batirse
en un terreno de probabilidades
equivalentes, sin mayor ayuda de
la suerte. El público cree generalmente
que estos cotejos son puramente
mentales, pero no es así.
Daremos algunas sugestiones al estudiante
que pueda alguna vez tomar
parte en uno de ellos.
En primer lugar, el ajedrez resulta
una lucha tanto física como
mental. Un torneo o «match» es una
sucesión de diarias batallas y, a
menos que los contendores se encuentren
en la mejor condición física,
el esfuerzo de la mente y del
cuerpo resultarán una carga demasiado
pesada para resistirla. Un
cuerpo sano tanto como una mente
en igual condición, es el requisito
previo del maestro de ajedrez. Alekhine,
Lásker, Capablanca, etc., no
sólo constituyeron espléndidos ejemplares
de virilidad física, sino que
tuvieron también una extraordinaria
coordinación de la mente y el
cuerpo. Todos ellos se mantenían en
<(training» físico para sus encuentros
ajedrecísticos. Lo mismo podemos
decir de Euwe.
La tarea de jugar durante cuatro
o cinco horas resulta realmente difícil;
aun con la preparación adecuada,
se encuentran dificultades para
asegurar el balance de la acción física
y mental que requiere el cuerpo
humano. Para alcanzar este propósito,
hay maestros que ejercitan alguna
especie de actividad física coincidente
con las partidas que deben
jugar.
El ajedrez es además materia de
temperamento y de juicio. El jugador
que permite que pequeños inciden
tes actúen sobre sus nervios o
deja que la pérdida de una partida
lo descorazone, o una mala iniciación
incida sobre su moral, actuará
deficientemente aunque posea gran
habilidad ajedrecística.
En esta clase de encuentros, como
sucede también en otras actividades
deportivas, algunos j u g adores se
desempeñan mejor bajo un estado
de tensión -«corazón luchador» denominan
los atletas a esta condición-
y esta cualidad les resulta
esencial para obtener la victoria.
Sin embargo, el jugador hábil que
permite que la excitación nerviosa
del cotejo afecte su desempeño, podrá
ser considerado como un talentoso
experto, pero raramente figurará
a la cabeza de un torneo.
Emanuel Lásker, en una entrevista
efectuada hace muchos años, dijo
que los maestros eran tan igualmente
fuertes, que en un gran torneo la
victoria podría ser alcanzada por.
cualquiera de ellos, y que el jugador
que permite que el triunfo se le
suba a la cabeza, pronto se encontrará
figurando al final de la lista