26.09.2015 Views

LA REPÚBLICA DE LOS SUEÑOS

La república de los sueños - Bruno Schulz

La república de los sueños - Bruno Schulz

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

con una indulgente ternura, y, al mismo tiempo, una cierta<br />

aprehensión, como si viese a un niño jugando al borde de un<br />

precipicio. ¡Qué ingenuidad creer que preocupándonos p o r<br />

los menores detalles de la vida cotidiana forjamos nuestro<br />

destino!<br />

Burlar la vigilancia del mismo, éso es todo lo que yo deseo<br />

–yo, que finalmente he alcanzado este refugio–, pasar<br />

inadvertido a sus ojos, adherirlo a mi felicidad y hacerme<br />

i n v i s i b l e .<br />

La ciudad donde la suerte me ha permitido encontrar este<br />

refugio tan apacible es célebre por su antigua y venerable<br />

catedral, situada sobre una alta meseta, algo distanciada de las<br />

casas. La ciudad acaba aquí bruscamente, desciende a pico<br />

entre bastiones y escarpaduras entre las que crecen moreras y<br />

nogales: ahí la vista se abre a un país lejano. Es la última<br />

escarpadura de un macizo jurásico que vigila desde el umbral<br />

de la clara y vasta planicie, abierta en toda su extensión a los<br />

tibios vientos del oeste.<br />

Expuesta al paso de ese aire benévolo, la ciudad está como<br />

encerrada en un dulce clima de silencio, como si la misma<br />

hubiese creado su propia metereología de vasos comunicantes.<br />

Allí se dan todo el año soplos de aire apenas perceptibles,<br />

que hacia el otoño se transforman, progresivamente, en una<br />

corriente ininterrumpida, monótona y suave –como un<br />

Golfstrom atmosférico–, que borra y extermina dulcemente la<br />

memoria.<br />

La catedral, cincelada por el transcurso del tiempo a la sombra<br />

de sus preciosos vitrales atesorados durante generaciones<br />

–joyas incorporadas a otras joyas– atrae a una muchedumbre<br />

de turistas de todo el mundo. No importa en qué estación del<br />

año, aquí y allá, se les puede ver recorriendo nuestras calles<br />

enarbolando sus b a e d e k e r. Son ellos en su mayoría quienes ocupan<br />

nuestros hoteles, rebuscan en nuestras tiendas y anticuarios<br />

con la esperanza de encontrar alguna curiosidad, o llenan<br />

—40—

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!