You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Carta a Witold Gombrowicz<br />
julio 1938<br />
Vamos, querido Witold, ¿quieres empujarme a esa arena rodeada<br />
por una curiosa muchedumbre? ¿Quieres verme, como un<br />
toro bravo, embestir ciegamente contra ese trozo de franela que<br />
agita la mujer del doctor? ¿Esperas, pues, hacerte una capa con<br />
su batín de color amaranto y aguardar detrás de ese burladero<br />
para acabar conmigo de algunas estocadas?<br />
Hubieras necesitado utilizar, querido, un color más excitante,<br />
un venablo más ponzoñoso, un veneno más letal que la saliva<br />
de la esposa del doctor de la calle Wilcza. Hubieras debido<br />
poner en mi camino a una dama más inteligente, más seductora,<br />
un señuelo que provocase un verdadero deseo de cornearlo.<br />
Subestimas un poco mi sensibilidad al ponerme delante<br />
de las narices a esa muñeca rellena de estopa. Con la mejor<br />
voluntad del mundo, el viejo toro cansado que yo soy no<br />
puede más que bajar la cabeza y lanzar –entre las banderillas<br />
erizadas en su carne– una mirada amenazadora con su ojo<br />
ensangrentado. Así, pues, me falta ese fuego sagrado, ese<br />
ciego y demencial encarnizamiento que me hubiesen, según<br />
tú, incitado a lanzar un ataque en toda regla. Tú has querido<br />
de antemano fijar mi itinerario y has procurado tapar todas las<br />
salidas de emergencia para dejarme solo, en medio de la<br />
arena. Desde el principio me has desanimado a participar en<br />
ese juego, pues tú has seleccionado al público, dispuesto la<br />
acústica del lugar y subrayado lo que esperabas de mí. Pero<br />
¿qué dirías si yo fuese un toro diferente a los otros –un toro sin<br />
casta, sin honor ni ambición–, si soslayando la impaciencia<br />
del público, le volviese la espalda a la esposa del doctor para<br />
—79—