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ción requiere animus donandi, forma documental
y aceptación de la liberalidad.
En el mismo sentido se ha pronunciado la
Dirección General de Tributos en consultas de
24-1 0-1995 y de 12-9-2000.
Segunda: Centrándonos en el ánimus donandi,
se requiere en el donante la intención de
hacer una liberalidad, de manera que la traslación
dominical debe ir acompañada de la intención
de enriquecer al donatario.
No existe donación en aquellos supuestos en
que la entrega de bienes se ha producido sin
que existiese la voluntad de enriquecer al beneficiario,
aun cuando éste no haya desembolsado
precio alguno.
El Tribunal Supremo así lo ha señalado reiteradamente:
"No puede considerarse un acto
como donación, cuando es el interés de las
partes y no la liberalidad de una de ellas lo que
lo determina" 22-4-1967. "Cuando el acto no es
gratuito en beneficio del donatario y lo determina
el interés de ambas partes y no la liberalidad de
una de ellas, carece de los requisitos indispensables
para ser calificado de donación" 7 -12-
1948. "Faltando la liberalidad, no tiene el contrato
los caracteres necesarios para constituir donación"
2-4-1928.
Tercera: En el supuesto consultado no parece
existir en sentido estricto una liberalidad, sino la
consideración por parte de los socios de la sociedad
Conycom de que los administradores
condenados lo han sido como consecuencia
directa del trabajo que han desempeñado para
la propia sociedad y en beneficio de ésta.
Teniendo las cantidades abonadas su causa,
directa o indirecta, en la relación jurídica que
une a la sociedad y sus administradores, no
parece existir desde el punto de vista civil una
donación, de lo que se deriva la no sujeción del
negocio jurídico descrito al Impuesto sobre Sucesiones
y Donaciones.
Cuarta: Tal conclusión también puede apoyarse
en el artículo 3 del Reglamento del Impuesto
sobre Sucesiones y Donaciones -RO 1629/1991,
de 8 de noviembre-, que declara no sujetas a
este impuesto:
"Las cantidades, prestaciones o utilidades
abonadas por sociedades y empresas a sus
trabajadores, empleados y asalariados cuando
deriven directa o indirectamente de un contrato
de trabajo".
Quinta: No resulta relevante a estos efectos
que la relación jurídica que une a la empresa y
la persona beneficiada deba calificarse como
relación laboral ordinaria, de carácter especial,
o cualquier otra modalidad admitida en Derecho.
Tampoco que en el contrato que une a la sociedad
y los administradores figure o no expresamente
la obligación de la sociedad de restituir
los pagos a que los administradores puedan
verse obligados como consecuencia de las actividades
desempeñadas."
2ª.- ¿Las dietas y asignaciones para gastos
de viaje percibidos por los administradores o los
miembros del consejo de administración, se
beneficiarán, con los límites ahí previstos, de la
exención regulada en el artículo 8 del RIRPF?.
Como es sabido, las denominadas legalmente
"asignaciones para gastos de locomoción,
y para gastos de manutención y estancia",
se incluyen con carácter general entre los
rendimientos íntegros del trabajo, aunque el
artículo 16.1.d) LIRPF excluye " ... los de locomoción
y los normales de manutención y estancia
en establecimientos de hostelería con
los límites que reglamentariamente se establezcan.".
Dichos límites se concretan en el
artículo 8 Rl RPF.
"