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-SALA de TOGAS
Queremos contar
sadas al Depósito Carcelario de Vera en el año
1999 fueron de 115, y en el año 2002 de 208. El
incremento de la litigiosidad civil ha aumentado
espectacularmente llegándose en el año 2002 a
los más de 430 asuntos civil por Juzgado. Por
supuesto no solo ha aumentado la cantidad, sino
que también ha aumentado la complejidad (en la
actualidad no son de extrañar complejas instrucciones
de sumarios por delitos graves y organizados,
quiebras, juicios ordinarios con acciones reales
de gran dificultad e importancia económica .... ).
Todo ello con los mismos medios humanos y materiales
que hace 15 años.
Lo extraño de todo esto, es que esta situación
pueda mantenerse y aguantar sin apenas aparentes
signos de podredumbre. Sin embargo se debería
de tener en cuenta que la caldera tiene
demasiada presión y esta vieja.
Ya, en el informe elaborado por la Comisión de
Estudios e informes del Consejo General del Poder
Judicial y aprobado por el Pleno de dicho
Consejo en fecha 7/3/2001 , cuando se hace une
estudio comparativo de carga media de trabajo
por funcionario y año se expresa que los Juzgados
de Vera soportan una de las mayores cargas de
trabajo penal y una de las más fuertes en civil,
siendo la número uno de la provincia en carga de
civil por funcionario y año, hablando el propio
informe de la conveniencia de aumento de la plantiílla
en los Juzgados de Vera. Situación que ha
sido ratificada en el último trimestre del pasado
año en la inspección girada por el Consejo General
del Poder Judicial, manifestándose por los
propios Inspectores la precariedad de medios
materiales y humanos y la urgente necesidad de
paliarla para evitar el "colapso" judicial.
Si a lo anterior unimos que Vera , Cuevas del
Almanzora, Garrucha, Mojácar y Carboneras como
municipios costeros y el resto de municipios
de interior están creciendo a un ritmo vertiginoso,
podremos deducir que el titular de este articulo es
más que previsible. Un dato más, el Registro de
la Propiedad de Vera contaba en el año 1.989 con
cinco empleados, al día de la fecha hay veinticinco,
es decir la plantilla se ha multiplicado por
cinco, mientras que en el mismo periodo la del
Juzgado, como venimos insistiendo, ha permane-
cido inalterable, como si la construcción y los
problemas que genera la propiedad, afectaran
solo al Registro y no crearan litigiosidad y por
consiguiente no afectaran a la Administración de
Justicia. Ni siquiera el fuerte aumento de población
ha influido en la ampliación de los Juzgados. El
Municipio de Vera ha duplicado su población en
dicho periodo y ha multiplicado por cinco el número
de policías municipales.
Hablar de las instalaciones del Juzgado, suponen
admitir que la propia Administración de Justicia
es la primera que incumple sus propias directrices
y normas, al no suprimir las barreras
arquitectónicas para minusválidos, ya que tiene
más de la mitad de sus instalaciones en planta
alta, sin ascensor, y el resto de la plata baja con
portales sin rampas. A partir de ahí nos encontramos
con un edificio viejo, perfecto como edificio
representativo a nivel institucional pero sin condiciones
para albergar a funcionarios, profesionales
y justiciables y servir para el desarrollo de una
actividad que debería de ser más dinámica de lo
que es. Sin duda, dichas condiciones de trabajo
influyen negativamente, provocando malestar y
algunas situaciones tercermundistas (personalmente
he padecido en fechas recientes la interrupción
de una vista y su grabación en seis
ocasiones por problemas eléctricos, propios del
edificio). Hablar de las humedades de los archivos
(que provocarán sin lugar a duda la destrucción
de legajos a medio plazo), de la ausencia absoluta
de seguridad en el edificio, sin un solo policía que
vigile, del hacinamiento de funcionarios, con mesas
casi pegadas unas a otras, de una sala de
togas húmeda y de paredes cochambrosas, resulta
cuando menos indigno para los que tratamos
de DIGNIFICAR LA JUSTICIA, cada uno en el
lugar que nos toca.
Paliar los déficit manifestados y prever con tiempo
y sin prisas de última hora el crecimiento poblacional
y económico ya iniciado implicaría además del
aumento de medios materiales y humanos la construcción
de un nuévo edificio, y por supuesto la
creación de un tercer juzgado de primera instancia
y un nuevo juzgado penal que vengan a romper
la crónica de un desastre anunciado.