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Proceso-2038
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SALUD PÚBLICA<br />
le al Estado una responsabilidad para que<br />
ese mercado lo regule él y no el crimen organizado,<br />
como sucede actualmente porque<br />
está prohibido (el consumo).<br />
“Considero que como parte del debate<br />
y si los legisladores así lo consideran, buena<br />
parte de esos recursos que están utilizándose<br />
para comprar armamento y equipo<br />
militar en la guerra contra las drogas,<br />
se usen para generar más centros de atención<br />
y de rehabilitación, con programas<br />
preventivos y educativos.<br />
“Regular es descriminalizar, y la regulación<br />
ya permite hacer algunas distinciones.<br />
Por ejemplo, decir: ya que la mariguana es<br />
una droga –y ninguna droga es innocua–,<br />
no debería ser usada o consumida por menores<br />
de edad porque, como se demuestra<br />
en nuestro libro, su sistema nervioso central<br />
no está suficientemente maduro, es<br />
más vulnerable. Yo no estaría a favor de que<br />
en un marco regulado los jóvenes menores<br />
de 18 años pudieran fumarla.”<br />
El currículum de De la Fuente, doctor<br />
honoris causa por varias universidades<br />
mundiales, es impresionante. Egresado<br />
de la Facultad de Medicina de la UNAM<br />
y de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota,<br />
ha sido catedrático en la máxima<br />
casa de estudios desde 1980, donde fue<br />
director de su facultad y coordinador de<br />
investigación científica.<br />
También fue secretario de Salud en el<br />
gobierno federal y presidente de las academias<br />
Nacional de Medicina y Mexicana<br />
de Ciencias; asimismo presidió la junta<br />
directiva de la ONU contra el sida, la asociación<br />
Internacional de Universidades en<br />
la UNESCO y el Consejo de la Universidad<br />
en las Naciones Unidas. Actualmente se<br />
halla al frente del consejo del Aspen Institute<br />
México.<br />
De la Fuente abunda:<br />
“En un esquema de regulación podríamos<br />
analizar también el potencial medicinal<br />
de la mariguana en algunos casos. Entonces,<br />
en la regulación yo estaría a favor de<br />
que se dijera: para fines medicinales en estas<br />
y otras condiciones sí se permite (consumirla,<br />
pero) bajo prescripción médica.<br />
“Lo que pasa es que cuando la gente escucha<br />
las palabras descriminalizar, despenalizar<br />
o legalizar, piensa que lo que se está<br />
proponiendo es que todo mundo pueda<br />
fumar mariguana a cualquier hora en todos<br />
los lugares, sin importar la edad ni las<br />
dosis. Y eso, evidentemente, no es lo que<br />
quiere decir descriminalizar, despenalizar<br />
o legalizar.<br />
“Lo que la legislación nos va a permitir<br />
es empezar, en función a los daños que la<br />
mariguana causa en la salud, a tener un esquema<br />
en el que pueda distinguirse claramente<br />
qué se puede, qué no se puede, dónde<br />
se puede y dónde no se puede, en lugar<br />
de este esquema prohibicionista que nos<br />
lleva a la criminalización y cuyo derivado<br />
siguiente ha sido la militarización.<br />
“Ojalá que el debate en el Congreso logre<br />
esto como un primer punto de acuerdo<br />
general, porque es importante que el<br />
Estado asuma una responsabilidad y regule<br />
el mercado de la mariguana.”<br />
Evidencias científicas<br />
Durante los primeros meses de 2013, la Academia<br />
Nacional de Medicina y la Facultad<br />
de Medicina de la UNAM, a través del Seminario<br />
de Estudios sobre la Globalidad, emprendieron<br />
una revisión sistemática sobre<br />
la relación entre la mariguana y la salud.<br />
Los resultados aparecen en el libro<br />
Marihuana y salud, coordinado por De la<br />
Fuente. En él participaron eminentes investigadores<br />
de la UNAM, el Instituto Politécnico<br />
Nacional, la Universidad Autónoma<br />
Metropolitana y otras instituciones:<br />
Dení Álvarez Icaza González, Mario Melgar<br />
Adalid, Óscar Próspero García, Luciana<br />
Ramos Lira, Rodolfo Rodríguez Carranza y<br />
Gady Zabicky Sirot.<br />
El volumen, presentado por Enrique<br />
Ruelas Barajas e introducción de Juan Ramón<br />
de la Fuente, consta de seis partes:<br />
Botánica, química y farmacología de la cannabis<br />
sativa. El sistema endocannabinoide;<br />
magnitud, tendencias y factores asociados<br />
al consumo de marihuana; el impacto<br />
biológico, psicológico y social del consumo<br />
de la marihuana; aspectos socioculturales<br />
relacionados con el uso de la marihuana;<br />
programas preventivos y manejo terapéutico<br />
integral del usuario con consumo problemático<br />
de marihuana, y la marihuana<br />
medicinal.<br />
Se ofrecen conclusiones al término de<br />
cada capítulo, para culminar con una extensa<br />
bibliografía y más de 20 páginas con<br />
un glosario (que aclara el significado específico<br />
a términos como “descriminalización”,<br />
“despenalización” y “discriminación”).<br />
“Cuando realizamos este proyecto con<br />
la Academia Nacional de Medicina en la<br />
UNAM –relata De la Fuente– hace poco<br />
más de dos años nos dimos cuenta que<br />
había una gran confusión y muy poca información<br />
sobre este tema bastante controvertido,<br />
polémico; por ello decidimos<br />
publicar nuestro libro en lenguaje accesible<br />
al lector interesado.<br />
“Es un texto escrito por expertos pero<br />
en un lenguaje accesible, que además cubre<br />
muchos temas, desde la botánica de la<br />
planta. Alguien puede preguntar cuántas<br />
sustancias activas tiene y aquí se explica:<br />
son más de 400 y al menos 70 son del tipo<br />
de las cannabinoides, del tipo delta 9<br />
tetrahidrocannabinol, que es el de efecto<br />
más potente sobre el esquema nervioso.<br />
“Para quien se interese en saber si el<br />
consumo de mariguana genera violencia,<br />
en el capítulo Marihuana y violencia se revisa<br />
toda la evidencia de la literatura y se<br />
llega a la conclusión, con base en los estudios<br />
que se han hecho en el mundo, que<br />
no hay ninguna evidencia para vincular el<br />
consumo de la mariguana con la conducta<br />
violenta.”<br />
–¿Por qué le interesó el tema de la mariguana<br />
y decidió asumirlo e impulsarlo como<br />
un compromiso social? –se le pregunta.<br />
–En primer lugar, por un genuino interés<br />
como psiquiatra desde hace más de<br />
dos décadas, pues las drogas han sido mi<br />
campo de estudio profesional. A veces me<br />
parece un tanto ingenuo cuando alguien<br />
dice que le parece bien este debate, cuando<br />
nosotros en la comunidad científica<br />
llevamos debatiendo esto casi 30 años.<br />
“Ya después, hace unos 12 años empezaron<br />
a aparecer estudios de que la mariguana<br />
tenía algunos efectos benéficos y que<br />
no todo el consumo era dañino. Entonces<br />
me interesé más. Luego revisé los datos de<br />
lo que estábamos haciendo en México, metiendo<br />
a la cárcel a la gente sin que hubiera<br />
otra razón más que eran usuarios. Esto me<br />
pareció una enorme injusticia derivada de<br />
la ignorancia. Uno como universitario, como<br />
médico y como científico, también tiene<br />
la obligación de asumir compromisos para<br />
ayudar a construir una sociedad un poquito<br />
mejor a la que tenemos.<br />
“Cuando propusimos por primera vez<br />
en 2014 un seminario sobre mariguana<br />
y salud en la UNAM con valor curricular,<br />
hubo mucha oposición. Finalmente, con el<br />
apoyo del entonces director de la Facultad<br />
de Medicina y hoy rector Luis Graue Wiechers,<br />
fue un éxito.”<br />
Se le pide su opinión en torno a los diversos<br />
argumentos esgrimidos en contra<br />
de la legalización de la mariguana, como<br />
los publicados la semana antepasada por<br />
el psiquiatra Luis Mendoza Bolio en Deba-<br />
30 2038 / 22 DE NOVIEMBRE DE 2015