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El Evangelismo - Elena G. de White

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de Cristo en vuestros corazones, porque entonces resultará muy fácil llevar

esa paz a vuestras familias. Pero cuando se descuida el jardín del corazón las

malezas venenosas del orgullo, del amor propio y de la confianza desmedida

en sí mismo, crecen abundantemente. Cada uno debe velar en oración por sí

mismo.

El carácter que formamos se manifestará en la vida del hogar. Si hay

armonía en el círculo de la familia, los ángeles de Dios ministrarán en el

hogar. Si se dirige la familia con sabiduría, bondad, mansedumbre y

paciencia, combinadas con principios firmes, entonces podéis tener la

seguridad de que el esposo es un vínculo de unión del hogar. Une a la familia

con cuerdas de santidad y la presenta a Dios, uniéndose él mismo con los

suyos en el altar de Dios. ¡Cuánta luz refleja una familia como ésta!

La familia que es dirigida adecuadamente constituye un argumento

favorable en pro de la verdad, y el jefe de ese hogar llevará a cabo en la

iglesia la misma clase de trabajo que ha efectuado en su familia. Cuando

quiera se manifieste severidad, aspereza y falta de afecto y amor en el círculo

sagrado del hogar, esos mismos rasgos con toda seguridad contribuirán al

fracaso de los planes y de la dirección de la iglesia. La unidad en el hogar y

la unidad en la iglesia manifiestan el modo de ser y la gracia de Cristo más

que los sermones y los argumentos... ¿Está la verdad, la verdad avanzada que

hemos recibido, produciendo en nuestros propios corazones los frutos de

paciencia, fe, esperanza y caridad, y de este modo ejerciendo su influencia

salvadora sobre las mentes y manifestando que somos pámpanos de la Vid

verdadera debido a que llevamos fruto abundante?--Carta 6b, 1890.

Deben tener raíces en ellos mismos--No es el propósito de Dios que

la iglesia sea sustentada por la vida extraída del ministro. Sus miembros

deben tener raíces en ellos mismos. Las nuevas evangélicas, los mensajes de

advertencia, el mensaje del tercer ángel, deben ser voceados por los

miembros de la iglesia.--Manuscrito 83, 1897.

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