21.02.2013 Views

Fulanita de tal - Planeta Babel

Fulanita de tal - Planeta Babel

Fulanita de tal - Planeta Babel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sa. Paseaba por las calles <strong>de</strong> aquel pueblo. Caras <strong>de</strong>sconocidas la observaban<br />

tras las cortinas, a su paso. Ella saludaba con una leve inclinación<br />

<strong>de</strong> cabeza y las cortinas caían. A veces no caían y el saludo le era recíproco.<br />

Plazas <strong>de</strong>sconocidas, calles, rostros anónimos que no la ligaban a nada.<br />

Nada le recordaba al pasado. No tenia miedo. A mediodía entraba, sola, en<br />

la primera fonda que encontraba. Le costó acostumbrarse a comer a las doce<br />

<strong>de</strong>l mediodía, pero finalmente lo consiguió. Pedía las <strong>de</strong>sconocidas recetas,<br />

en un dialecto <strong>de</strong>sconocido. Saboreaba lentamente el anonimato que<br />

le confería su soledad. Paseaba por jardines al atar<strong>de</strong>cer y alguna vez, si<br />

llovía, corría a refugiarse en algún café que encontraba abierto. Después regresaba<br />

a casa don<strong>de</strong> nadie la esperaba los jueves. Nunca me hablaba <strong>de</strong> recuerdos<br />

<strong>de</strong> su vida anterior. Era como si el fuego la hubiese reducido a cenizas<br />

junto a la casa. Jamás evocó ningún momento que pasamos juntos en nuestra<br />

niñez. Ni siquiera mencionaba a la abuela, a la que tanto quiso y quien<br />

tanto la quiso. Vivía en un mundo <strong>de</strong>sconocido que, paradójicamente, conocía<br />

muy bien. Su carácter taciturno propiciaba aquella estrategia <strong>de</strong> vida que<br />

nunca permitía establecer vínculos que la unieran sobremanera a aquel lugar<br />

y a aquella gente que la ro<strong>de</strong>aba.<br />

Casi sin darme cuenta, habían pasado ya diez años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que murieron sus<br />

padres y Dora había partido hacia Francia. Las cartas semanales habían disminuido<br />

su frecuencia y, por un tiempo, comenzaron a llegar mensualmente.<br />

Tiempo <strong>de</strong>spués, casi sin notarlo, había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> recibirlas, aunque yo<br />

le seguía escribiendo cada semana <strong>tal</strong> como me había comprometido antes<br />

<strong>de</strong> su partida, entonces ya tan lejana.<br />

Hoy por la mañana han traído la maleta <strong>de</strong> cartón <strong>de</strong> mi prima, precintada con<br />

un candado. La acompañaba un sobre que contiene la llave <strong>de</strong>l candado y una<br />

carta <strong>de</strong> madame Puertas escrita en castellano. Le he pedido a Irene, mi actual<br />

pareja, que abra la vieja y <strong>de</strong>sgastada maleta ver<strong>de</strong>, mientras yo me pongo las<br />

gafas y leo la carta:<br />

Granx Croix Sur La Vallée, 11 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1983<br />

Estimado señor :<br />

Seguramente le extrañará que me dirija a usted sin conocernos, pero no me<br />

veo en otra alternativa <strong>de</strong> hacerlo, pues es el único familiar <strong>de</strong> Teodora que<br />

hemos localizado. Afortunadamente he encontrado su dirección en una antigua<br />

agenda <strong>de</strong> mi marido. En el interior <strong>de</strong> la maleta encontrará los objetos<br />

personales <strong>de</strong> su prima. Los encontramos en su habitación. Hay algunas ropas,<br />

122<br />

Dora Llamas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!