e - Fundació Uriach 1838

sísimo. por lo cual mandó que le
arropasen , t le dejasen solo . »
A principios del siglo XVII, don
Miguel se mete a boticario aficio -
nado con una doble intención . En
primer lugar poner en solfa, d e
nuevo, las curaciones portentosas
reflejadas en los libros d e
caballería . En segundo, ironiza r
acerca de los remedios emplea -
dos en la terapéutica del momento
. Lo hace de pasada . sin darl e
ninguna importancia, al desgaire
. De esta manera, logra uno d e
los pasajes inolvidables del Quijote
. uno de esos momentos en
los que a ningún lector le es posible
reprimir no va la sonrisa ,
sino la carcajada franca . No ha y
nada tan eficaz para el humo r
como reírse de la propia ignoran -
cia y de la de los tiempos en que a
uno le ha tocado vivir .
Evidentemente. Cervantes no era
docto en terapéutica, ni falta que
le hacía . El hinojo es digestivo ,
carminativo y diurético, pero n o
emético . y menos aún purgante .
el efecto que le produce al bueno
de Sancho cuando su seño r
se lo da a probar . El vómito lo
podrían haber provocado el vinagre
y la sal, si las proporciones
empleadas y, sobre todo . la
cantidad ingerida fuesen suficientes
. Si el desarreglo intesti -
nal producido por la ingestión d e
la mezcla fue grande, acaso tam -
bién la diarrea . El autor podí a
haber elegido unos simples más
adecuados al efecto descrito ,
pero no le interesaba meterse e n
esos laberintos . Simplemente
quería poner de manifiesto cóm o
los médicos y boticarios, co n
cuatro simples medicinales de l o
más vulgares, unas cuantas oraciones
. un nombre rimbomban -
te y la credulidad de las gentes ,
eran capaces de preparar u n
medicamento al que atribuía n
curaciones mágicas .
En el mundo de la realidad histó -
rica así sucedió . Felipe II fue e l
monarca más poderoso de s u
tiempo . Su poder lo fundamentó ,
entre otras cosas, en un adecua -
do control del espacio y del tiem -
po. Para ello empleó cuantas no -
vedades científico-tecnológicas
pudo . Durante su reinado se die -
ron numerosos privilegios de us o
-patentes diríamos hoy-, para di -
versos inventos ; entre éstos, varios
remedios secretos . El aceite
de Aparicio fue autorizado e n
1566 por una comisión del Rea l
Tribunal del Protomedicato, l a
institución encargada de la direc -
ción sanitaria, presidida por el cirujano
innovador José Fragoso .
Tras conocer su composición, a
la viuda del inventor se le conce -
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dió una pensión anual . En abri l
de diez años más tarde, se auto -
rizó a Juan de Granada la explotación
durante veinte años de u n
bálsamo, tras haber comprobad o
los protomédicos sus efectos benéficos
en heridas, llagas y contusiones
. ¿Sería este el bálsam o
en que se inspiró Cervantes par a
inmortalizarlo en el Quijote ?
A esos remedios secretos, auto -
rizados mediante una especie de
patente sanitaria, se les considera
el más lejano antecedente d e
las especialidades farmacéuticas .
Las especialidades son medicamentos
de composición definid a
y denominación especial, registrados
y envasados, y cuyo propietario
ha sido autorizado par a
su distribución y venta . En definitiva
. toda especialidad farmacéutica
es un medicamento, pero
no todo medicamento es una especialidad
; la segunda sería preparada
industrialmente, el prime -
ro podría serlo artesanalment e
también . Pero volvamos a los re -
medios secretos .
Muchas drogas exóticas no presentes,
obviamente, en la Materia Medicinal
de Pedacio Dioscóride s
Anazarbeo, comienzan a comercia -
lizarse como remedios secretos tras
el descubrimiento de América .