e - Fundació Uriach 1838
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Pese a la opinión de quiene s<br />
pretenden situar el inicio de la<br />
publicidad farmacéutica en e l<br />
Renacimiento, cuando el descubrimiento<br />
del Nuevo Mundo aportó<br />
novedades terapéuticas desd e<br />
el campo de la botánica y una in -<br />
cipiente evolución científica significó<br />
la aparición de la yatroquímica,<br />
no es prudente creer qu e<br />
aquélla tuviera visos de continui -<br />
dad ni de efectividad comercia l<br />
hasta el último tercio del sigl o<br />
XVIII y primera mitad del XIX ,<br />
coincidiendo con la consolidació n<br />
de las revistas científicas y de l a<br />
prensa diaria y con el acceso de l<br />
boticario a la Universidad qu e<br />
acrecentó la confianza de la sociedad<br />
en su misión .<br />
Hasta el presente hay diverso s<br />
estudios que han tratado de l a<br />
evolución de la publicidad farmacéutica,<br />
concretamente a parti r<br />
del momento en el que algunas<br />
oficinas de farmacia establecieron<br />
unos primitivos laboratorio s<br />
en su trastienda que iban a significar<br />
la superación científica del<br />
PRÓLOG O<br />
profesional farmacéutico, la con -<br />
solidación del específico y la pro -<br />
gresiva e inexorable desaparición<br />
de las tradicionales dispensaciones<br />
galénicas .<br />
Sin embargo no podremos nega r<br />
la inexistencia de una cierta<br />
publicidad anterior, más bien di -<br />
rigida a la promoción de determinadas<br />
boticas que a la propagación<br />
de las excelencias de uno s<br />
ungüentos, pociones, jarabes, in -<br />
fusiones, etc ., anclados en el inmovilismo<br />
de un pobre arsena l<br />
terapéutico, previamente pacta -<br />
do entre médicos y boticarios a<br />
través de Concordias y Farmacopeas<br />
.<br />
Algunos de aquellos remedios ,<br />
como los polifármacos más antiguos.<br />
también pudieron ser obje -<br />
to de propaganda . Tal fue el caso<br />
de la Triaca Magna, panacea uni -<br />
versal elaborada ceremoniosa -<br />
mente de forma pública en cuy a<br />
composición cada protagonist a<br />
añadía determinados componen -<br />
tes, sin olvidar el opio como ele -<br />
5<br />
mento decisivo. A comienzos de l<br />
XIX, por otro lado, se comercializó<br />
la «Puchera de Riaza», posiblemente<br />
el primer específic o<br />
español conocido, que sin dud a<br />
contó con la publicidad de lo s<br />
charlatanes de feria, mientras<br />
que otro de los fármacos publici -<br />
tados, las «Fumigaciones antisifilíticas<br />
del Dr. D . Salvado r<br />
Gosálves», aseguraba su autenticidad<br />
a través de sellos y etiquetas<br />
centrando su venta exclusiva<br />
en Madrid, en el domicilio de l<br />
inventor .<br />
Muy pronto, aquellos primitivos<br />
laboratorios se vieron obligado s<br />
a competir con unos bien promocionados<br />
y comercializados «re -<br />
medios secretos» extranjeros<br />
ofreciendo en su lugar productos<br />
alopáticos, homeopáticos y dosi -<br />
métricos que registrarían oficial -<br />
mente, y presentarían al públic o<br />
bellamente enmarcados junto a<br />
llamativos carteles .<br />
La evolución de esta publicida d<br />
ha sido difícil de seguir . El mate -