e - Fundació Uriach 1838
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una vida plena y otros les sirve n<br />
en sus ocios .<br />
En España hubiera sido posibl e<br />
que sucediera lo mismo que pas ó<br />
en Suiza, en Alemania o en Fran -<br />
cia . En esos países, empresa s<br />
químicas, dedicadas a los colorantes<br />
. derivaron sus actividade s<br />
hacia los específicos . y mucho s<br />
farmacéuticos invirtieron los excedentes<br />
obtenidos en sus ofici -<br />
nas de Farmacia para industrializar<br />
sus productosy entrar e n<br />
otra dimensión . no sólo profesio -<br />
nal, sino también científica .<br />
Ya dijimos que la nueva investiga -<br />
ción era imposible de realizar e n<br />
solitario y en oficinas privadas .<br />
Necesitaba de grandes inversiones<br />
. de equipos cada día má s<br />
pluridisciplinarios. de nuevas pau -<br />
tas de comportamiento, y así h a<br />
seguido y sigue siendo . A algú n<br />
farmacéutico español se le podía<br />
haber ocurrido y, como luego ve -<br />
remos, se le ocur rió, no sólo a<br />
Fernández Izquierdo . En el sigl o<br />
\I\ . el estudio de los impuesto s<br />
cobrados a los farmacéuticos -co n<br />
todas las prevenciones que ha y<br />
que adoptar en ese tipo de datosindica<br />
que entre un 6 y un 19% d e<br />
los boticarios madrileños tení a<br />
unos ingresos altísimos, con l o<br />
cual se puede presumir la existencia<br />
de una minoría altamente ca -<br />
pitalizada, capaz de asumir el reto<br />
económico de la industrialización .<br />
Como muchos de los anuncio s<br />
eran de preparadores españoles ,<br />
podríamos habernos equivocad o<br />
en el diagnóstico. Si analizamos<br />
los datos de importación y exportación,<br />
proporcionados por la Di -<br />
rección General de Aduanas, ve -<br />
mos la radical diferencia entre<br />
importaciones de Francia y Ale -<br />
mania, y de exportaciones, apenas<br />
existentes .<br />
No queda más remedio que admitir<br />
que las disposicione s<br />
antiespecifiquistas de los libera -<br />
les progresistas perjudicaron l a<br />
industrialización farmacéutica .<br />
Las redactaron con muy buena<br />
voluntad, basándose en la defen -<br />
sa de la salud de los ciudadanos<br />
y de la forma tradicional de observar<br />
el medicamento como u n<br />
objeto científico, no de consumo<br />
. Sin embargo, se equivoca -<br />
ron . El Estado o no pudo o n o<br />
quiso imponer su propia legislación<br />
. Los específicos se siguieron<br />
anunciando, incluso co n<br />
más fuerza . Algunos farmacéuticos<br />
españoles se aprovecharo n<br />
de la situación desde sus propias<br />
oficinas, en pequeños laboratorios<br />
anejos, pero la industria<br />
nació con un gran retras o<br />
respecto a la del resto del mundo<br />
y, sobre todo, a la de nues -<br />
tros vecinos europeos .<br />
¿Hubo alguna intervención diplo -<br />
mática en este asunto? No sé . No<br />
45<br />
se ha investigado . Ahora bien, u n<br />
amigo, Director General de Farmacia<br />
durante varios años ya du -<br />
rante la Democracia, me contaba<br />
que se veía obligado a recibi r<br />
en su despacho a más embajadores<br />
que el propio Ministro d e<br />
Asuntos Exteriores . En esos mo -<br />
mentos en que España estab a<br />
acomodándose a la Unión Euro -<br />
pea, las multinacionales defendían<br />
sus intereses con todas la s<br />
armas a su alcance .<br />
La postura de los liberales progresistas<br />
fue utópica en el ámbito<br />
sanitario . Deberían, acaso .<br />
haber aprendido más de su s<br />
planteamientos económicos . Pa -<br />
rece que el intento de modifica r<br />
las realidades económicas de libertad<br />
y mercado por medio de<br />
leyes, en regímenes en los qu e<br />
se respetan las libertades (aun -<br />
que sea tan poco como en la España<br />
decimonónica), es imposi -<br />
ble y cuando las formas d e<br />
gobierno no son democráticas e s<br />
indiferente lo que se legisle, porque<br />
la corrupción impera sobre<br />
cualquier otra consideración . En<br />
este caso, no cabe sino habla r<br />
de corrupción . ¿Cómo, si no ,<br />
pueden explicarse los incrementos<br />
en los anuncios de algo prohibido?,<br />
¿cómo su albergue e n<br />
periódicos oficiales?Y la corrup -<br />
ción es siempre perjudicial para<br />
la mayoría .