Documento N°1: Sistematización Programa Calle Chile Solidario
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<strong>Sistematización</strong> Fase Piloto <strong>Programa</strong> <strong>Calle</strong> <strong>Chile</strong> <strong>Solidario</strong><br />
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2.1. Génesis del <strong>Programa</strong> <strong>Calle</strong> <strong>Chile</strong> <strong>Solidario</strong>: Antecedentes <strong>Programa</strong> <strong>Calle</strong><br />
<strong>Chile</strong> <strong>Solidario</strong><br />
De acuerdo a la revisión histórica realizada en el Catastro Nacional de Personas en Situación de<br />
<strong>Calle</strong>: “Habitando la <strong>Calle</strong>” (MIDEPLAN, 2005a), en <strong>Chile</strong> existe registro de la intervención en la<br />
temática de calle, en el ámbito social desde el siglo XIX, a través de las acciones realizadas<br />
tanto por particulares como entidades religiosas. A principios del siglo pasado la filantropía da<br />
paso a una intervención desde el Estado, la cuál se caracterizó por la instaurar medidas<br />
represivas, tales como la reclusión forzada, y la creación de asilos para los adultos mayores y<br />
reformatorios para los niños. La “vagancia” fue penalizada como un delito en nuestro país hasta<br />
1998.<br />
A medida que avanzó el siglo XX, las nuevas concepciones sobre el trabajo con este grupo<br />
social buscaron optimizar el auxilio no solo desde la respuesta a necesidades básicas y la<br />
internación de personas consideradas peligrosas para la sociedad, sino que apoyando su<br />
integración a la sociedad, a través del apoyo a la adquisición de vivienda y la entrega de<br />
terrenos donde iniciar la construcción (MIDEPLAN, 2005a).<br />
Un hito relevante en este proceso fue la creación del Hogar de Cristo, que desde su creación en<br />
1944 dedicó sus esfuerzos a atender las necesidades de esta población, y que en 1950<br />
entregaba alojamiento a unas 14.000 personas. Durante los años ochenta, esta institución<br />
cumple una importante labor, debido a la crisis económica de principios de esa década y la<br />
disminución de la protección social por parte del Estado.<br />
Durante la década de los noventa, el Estado a través del Servicio Nacional de Menores<br />
(SENAME) pasa a hacerse cargo solamente de la intervención con niños en situación de calle,<br />
mientras que el trabajo con adultos sigue quedando en manos de instituciones privadas<br />
(PREDES, 2007).<br />
En cuanto a la intervención con personas adultas en situación de calle, se encuentran una serie<br />
de experiencias desarrolladas por entes privados (organizaciones laicas y, sobre todo, religiosas)<br />
más bien ligadas a la lógica asistencial e intervenciones de carácter psicosocial desarrolladas<br />
por distintas organizaciones (PREDES, 2007). En el año 2003, un conjunto de estas instituciones<br />
que trabajan en la temática, se agrupan para dar origen a la Red <strong>Calle</strong>, comenzando una<br />
nueva etapa en el trabajo con esta población. No obstante lo anterior, durante décadas existió<br />
un vacío en términos de una conformación de una política pública vinculada a esta población,<br />
basada en el reconocimiento del sujeto en situación de calle como un individuo con<br />
competencias múltiples, la primera de ellas, la capacidad de sobrevivir en la calle.<br />
Tomando en consideración lo anterior, podría señalarse que antes de que el Estado <strong>Chile</strong>no<br />
comenzara a participar activa y organizadamente del trabajo de las personas en situación de<br />
calle, se fueron constituyendo grupos de trabajo que intentaron hacerse cargo de un grupo<br />
humano hasta ese momento no considerado en las políticas hacia la pobreza, intentando paliar<br />
esta falta de iniciativas del mundo público. Desde este punto de vista, la conformación de la<br />
Red <strong>Calle</strong> constituyó en este proceso una nueva forma de operar en base a la coordinación de<br />
organizaciones de la sociedad civil dedicadas a trabajar de manera colaborativa y coordinada<br />
para y con las Persona en Situación de <strong>Calle</strong> (MIDEPLAN, 2005a).<br />
En la revisión de la experiencia nacional e internacional sobre el tema, es posible apreciar un<br />
alto grado de coincidencia. Llama la atención que en múltiples Estados se aprecie una<br />
ausencia de políticas sociales en torno al tema de personas en situación de calle. Son pocas las<br />
experiencias e iniciativas de este estilo que surgen desde el Estado, pues la mayoría de las<br />
acciones sigue estando manejada por Organizaciones sin fines de lucro, con una gran variedad<br />
de enfoques, lo cual ciertamente afecta los resultados, hecho del que no escapa el caso<br />
chileno (PREDES, 2007).<br />
Considerando lo anterior, cabe señalar que el proceso de visibilización progresiva de la<br />
situación y las necesidades particulares de las personas en situación de calle ha tomado<br />
tiempo, no obstante, en la última década, es posible identificar algunos hitos que dan cuenta<br />
de un enorme avance en las acciones emprendidas tanto por las organizaciones de la<br />
sociedad civil como por la institucionalidad pública, y que progresivamente han contribuido a<br />
modificar la forma de ver y abordar las problemáticas de este tipo de población y a mejorar<br />
paulatinamente su calidad de vida.