SOLIDO LIQUIDO O GAS? - Instituto Cuánto
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mía peruana (31%). En 1990, ese mismo coeficiente, o sea, la participación<br />
del valor total de las exportaciones más las importaciones en el PBI fue tan<br />
sólo de 13%. Comercialmente, vivimos a espaldas del resto del mundo.<br />
La “desinserción” comercial no fue accidental. Costó tres décadas de<br />
esfuerzo y perseverancia en la aplicación de una impresionante gama de<br />
políticas y medidas, todas orientadas por el concepto rector de que ni las<br />
exportaciones ni las importaciones le convenían al país. Las exportaciones,<br />
se dijo, eran sinónimo de oligarquía, de dependencia, de capital extranjero,<br />
de concentración de ingresos, de inestabilidad macroeconómica, de fuga de<br />
capitales y de otros pecados. Importar, se dijo, significaba perjudicar al<br />
productor nacional, no desarrollar la industria, sufrir el “dumping” o competencia<br />
desleal, etc.<br />
Tuvimos éxito. Cuando en otros países, tan o más pobres que el nuestro,<br />
las exportaciones casi se triplican, en el Perú aumentaron apenas 10%<br />
en un cuarto de siglo. Y, cuando las importaciones de otros crecieron 152%,<br />
las peruanas decrecieron en 31%. Que no se diga que no sabemos lograr lo<br />
que nos proponemos.<br />
Otro asunto es si la desinserción comercial fue una buena idea: ¿será<br />
casualidad que, de 1965 a 1990, los demás países pobres aumentaron su<br />
PBI por persona en 95%, cuando el Perú lo hizo en sólo 3%?<br />
Pero si queremos tomar el camino de regreso, el camino de la mayor<br />
producción, exportación, importación e inversión externa, el primer paso<br />
tendrá que ser la reinserción del Gobierno con el resto del país.<br />
Se trata de lograr un gobierno que sea socio y no rentista del resto del<br />
país, que confíe en la energía y en la buena intención del sector privado, que<br />
sea menos fiscal, interventor y extractor, y más hermano, un gobierno que<br />
identifique su propio interés con la prosperidad y el bien común.<br />
O sea, debemos empezar por la reinserción más importante de todas<br />
-en la casa propia-.<br />
Newsletter de Good Year, febrero de 1991<br />
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