SOLIDO LIQUIDO O GAS? - Instituto Cuánto
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REINSERCIÓN: A RITMO DE BALLET<br />
Es de suponer que, no obstante el cambio ministerial, el programa de<br />
reinserción financiera seguirá adelante, cumpliendo el calendario previsto.<br />
La alternativa sería morir en la orilla.<br />
Desde hace 26 meses el Perú paga puntualmente su deuda a las<br />
entidades de ayuda externa, tanto a las multilaterales (FMI, BIRF y BID)<br />
como a las bilaterales (Estados Unidos, Japón, Alemania, etc.). El pago ha<br />
excedido largamente el crédito recibido en ese período, tanto que el exceso<br />
de pago, la llamada transferencia neta negativa, podría considerarse, de<br />
lejos, la inversión pública más grande efectuada por el gobierno actual. Lo<br />
extraordinario es que la puntualidad deudora se ha producido precisamente<br />
en el momento de mayor dureza y sufrimiento nacional que registra el siglo.<br />
Mientras se pagaba la deuda, faltaba dinero para mantener las carreteras<br />
y redes eléctricas, proteger una gran parte de la población de los estragos<br />
del terrorismo y de las enfermedades, mantener la cantidad y calidad de<br />
la educación, impedir el debilitamiento de las instituciones oficiales y evitar<br />
una masiva fuga de talentos del país.<br />
El sistema de “ayuda” crediticia externa se mostró cruel y de poca<br />
capacidad de respuesta ante la extraordinaria situación vivida por el Perú<br />
estos dos últimos años.<br />
No obstante, después de tanto sacrificio, sería una inconsecuencia<br />
dejar de pagar la última letra. Los pagos de deuda han tenido un carácter de<br />
inversión; se espera que, reabiertas las puertas del capital extranjero, la inversión<br />
se recuperará con creces. Muchos debatirán el cálculo.<br />
En mi opinión, si bien el efecto será positivo, se exagera el beneficio<br />
futuro. Es que lo aparatoso de los grandes créditos externos, su atractivo<br />
para los políticos cuyas manos las reciben “en nombre de la nación”, y la<br />
creencia nacional de que la salvación sólo puede venir de afuera, se ha<br />
confabulado para crear la exagerada ilusión de “la reinserción”. El público<br />
olvida que en los mejores momentos del desarrollo nacional, los años 50 y<br />
60, por ejemplo, el aporte del capital externo no superaba el 10% de la<br />
inversión en el país, y olvida también que todo capital externo tiene que