SOLIDO LIQUIDO O GAS? - Instituto Cuánto
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obreros– parecía volverse inútil. Por “falta de liquidez” ese impresionante y<br />
sólido aparato de producción quedaba detenido. O, como en el Perú de Alan<br />
García, la paralización se debía mas bien a un “exceso de liquidez”. Las<br />
leyes de la economía no resultaban tan firmes.<br />
Ahora, los 90 nos traen una nueva transformación de la economía: la<br />
otrora más sólida de las ciencias sociales parece volverse gas.<br />
Como entender sino la reciente conclusión del Banco Mundial que<br />
indica que un gran porcentaje de sus finísimos proyectos de desarrollo han<br />
fracasado por una “falta de participación” de los supuestos beneficiarios.<br />
En su esfuerzo por entender ese mal resultado –según sus propias evaluaciones–<br />
el Banco descubre la necesidad de lograr que sus prestatarios tengan<br />
la “conciencia del dueño” (ownership) en las decisiones que se toman<br />
en cuanto a los proyectos y las medidas de desarrollo. Hoy, el Banco despide<br />
a sus ingenieros y contrata sociólogos, sicólogos y antropólogos buscando<br />
en las neblinas de esas ciencias un secreto para que sus proyectos no<br />
sigan fracasando.<br />
De otro lado, las nuevas teorías del crecimiento económico se basan,<br />
ya no en la sólida inversión física, sino en “las instituciones”, “la confianza”,<br />
“las expectativas” y “la seguridad”. Pero los conceptos atmosféricos<br />
no terminan allí: el Profesor Putnam de Harvard nos asegura que lo determinante<br />
es el “capital social”, lo que se entiende, no como un asiento contable<br />
del activo empresarial, sino como la capacidad de una sociedad para el<br />
trabajo en equipo.<br />
También se argumenta que un gobierno desarrollista es uno en el<br />
que los funcionarios deben “dar cuenta” (“accountability”). Entrando ya a<br />
la estratósfera, algunos aseguran, con poco sentido de la historia, que la<br />
democracia y la ausencia de corrupción son ingredientes indispensables para<br />
el desarrollo.<br />
Este énfasis en lo no material fue anticipado por un economista y<br />
funcionario principal de Corea del Sur durante la época del milagro económico<br />
de ese país, el Sr. Kim Mahn-Je. Pasando revista a las teorías sobre el<br />
crecimiento económico, termina afirmando que el despegue de su país se<br />
debe, simplemente, al “Confucionismo”.<br />
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