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hidalgo - secom sa de cv

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apenas llegaron a mil aquellos primeros hombres integrantes <strong>de</strong>l<br />

ejército revolucionario, dispuesto a cambiar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Huasteca hidalguense,<br />

el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n administrativo por el or<strong>de</strong>n político y social. Y sin<br />

embargo, al solo enunciado <strong>de</strong> su presencia, los gobiernistas huyeron<br />

casi <strong>de</strong>spavoridos. no fue el estruendo <strong>de</strong> las balas, sino las exclamaciones<br />

surgidas <strong>de</strong> un <strong>de</strong><strong>sa</strong>hogo natural, lo que azuzó a los oficiales<br />

pretorianos <strong>de</strong> don Porfirio, quienes constituyeron en la mayoría <strong>de</strong><br />

casos, según hemos observado, un ejército <strong>de</strong> leva compuesto por<br />

hombres esclavizados, presos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n criminal, o simplemente favorecidos<br />

con grados menores castrenses, sin conciencia <strong>de</strong> casta militar.<br />

Con este tipo <strong>de</strong> situaciones, hubo confusión, temor, angustia,<br />

aun entre los parientes <strong>de</strong> los rebel<strong>de</strong>s; pero jamás en el ánimo <strong>de</strong><br />

ellos. Mujeres quienes rogaron no se tomaran las armas y mujeres, en<br />

otros casos, quienes ellas mismas pidieron las armas para combatir.<br />

niños que lloraron sin tener conciencia <strong>de</strong> la realidad, pero con la<br />

intuición <strong>de</strong>spierta ante la angustia general; y niños que, como en<br />

toda Revolución tuvieron un papel, aun cuando fuera como mascotas,<br />

con sus trajecitos raídos —si podían llamarse trajecitos—, pero<br />

con el pecho encananado, para orgullo <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s, sus padres,<br />

tíos, abuelos; porque conocieron, ellos sí, la seguridad <strong>de</strong> los principios<br />

para ocasionar el gran cambio.<br />

Mariel era hombre rico, hacendado, como los Ma<strong>de</strong>ro; <strong>de</strong>scendiente<br />

<strong>de</strong> italianos por vía paterna; pero como los mismos integrantes<br />

<strong>de</strong> la familia coahuilense, consciente <strong>de</strong> la bajeza social en la que se<br />

veía el pueblo campesino. Su franqueza, su fraternidad para con los<br />

peones, naturalmente lo hicieron confiable y respetado, por lo que<br />

fue seguido <strong>de</strong> inmediato. Fue un personaje i<strong>de</strong>ntificado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

principio, con las clases miserables, por la dictadura en <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia.<br />

Se dice fue hombre jovial, enérgico, sereno, pru<strong>de</strong>nte, reflexivo,<br />

humanitario en extremo y con anhelo constante para cultivar su<br />

espíritu por medio <strong>de</strong> la lectura. 9 Joven <strong>de</strong> veintiséis años entonces,<br />

puesto que había nacido en Huejutla el 10 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1885,<br />

en el hogar <strong>de</strong> don nicolás Marielli y <strong>de</strong> doña Guadalupe Careta <strong>de</strong><br />

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