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Estas historias de mujeres que nos precedieron - Unión Personal ...

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No todos los catamar<strong>que</strong>ños estaban <strong>de</strong> acuerdo con ella, unitaria, oligárquica y<br />

militarista. Pero los generales Taboada, Melitón Córdoba y su propio marido vieron en ella<br />

una ban<strong>de</strong>ra refulgente flameando por los confines <strong>de</strong> la patria.<br />

“Era – según la biografía <strong>de</strong> Irma Cairoli – la mujer fuerte <strong>de</strong> la biblia,<br />

<strong>de</strong>scendiente no <strong>de</strong> una raza <strong>de</strong> vacilantes ni <strong>de</strong> abúlicos. Su madre había heredado el<br />

más gran<strong>de</strong> mayorazgo <strong>de</strong> Catamarca. Tenía la fibra <strong>de</strong> los conductores <strong>de</strong> pueblos,<br />

agu<strong>de</strong>za, tacto, habilidad para influir en sus ánimos y sugestión en el temperamento<br />

para dominarlos”.<br />

“Conspiró entonces en nombre <strong>de</strong> la justicia. De la verdad. De lo <strong>que</strong> realmente<br />

amaba, y esto va más allá <strong>de</strong> cualquier color político”.<br />

“Manda recados por medio <strong>de</strong> servidores a las <strong>mujeres</strong> <strong>de</strong>l pueblo. Las invita a<br />

congregarse en el patio <strong>de</strong> la iglesia”.<br />

...“Amigas mías. Con la mediación <strong>de</strong> nuestra Santísima Virgen <strong>de</strong>l Valle y bajo su<br />

protección, las he invitado a venir aquí... ¡Nadie pue<strong>de</strong> sospechar <strong>que</strong> hemos recurrido a<br />

esta parroquia para reunir<strong>nos</strong>!. ¡Vengo <strong>de</strong> hablar con el General Taboada!. ¡Hay <strong>que</strong><br />

sacar a O’Mill <strong>de</strong>l gobierno <strong>que</strong> legítimamente no le correspon<strong>de</strong>!”...<br />

...“¡Pero no tenemos armas!”. – Dice una <strong>de</strong> ellas.<br />

“Eulalia le confiesa <strong>que</strong> ha usado dinero y joyas propias para comprarlas en<br />

Santiago, como así municiones <strong>que</strong> obran en su po<strong>de</strong>r”. Y el gesto <strong>de</strong> quien tiene todo ya<br />

preparado, provoca en las <strong>de</strong>más <strong>mujeres</strong> el resultado <strong>que</strong> ella esperaba, ya <strong>que</strong> es un<br />

“grupo <strong>de</strong> belicosas matronas adineradas”, como leyera una vez.<br />

...-¡Vamos a hacer <strong>nos</strong>otras lo mismo para <strong>que</strong> haya más cantidad!. ¿De cuanto<br />

dinero disponemos entre todas?”...<br />

Y cuando llega el 18 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1862, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varias y repetidas reuniones en<br />

el lugar, cerca <strong>de</strong> la medianoche, entre el silencio y las sombras, 23 <strong>mujeres</strong> entran<br />

nuevamente a la iglesia y se arrodillan ante la virgen.<br />

Todas reciben ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Eulalia Ares <strong>de</strong> Vildoza. Allí están uniformes, botas, ponchos, y<br />

muy pocos fusiles, ya <strong>que</strong> es más fácil <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar sospechas, no así las ropas. Al poco<br />

tiempo, ya no <strong>que</strong>dan damas, sino 23 hombres <strong>que</strong> ocultan bajo gran<strong>de</strong>s sombreros, sus largas<br />

melenas.<br />

Van a entrar al cabildo adon<strong>de</strong> los guardias vigilan el <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l Gobernador<br />

O’Mill. Eulalia los sorpren<strong>de</strong> a punta <strong>de</strong> pistola. Si alguno <strong>de</strong> ellos quiere resistirse, ella ha<br />

llevado una bolsa con dinero. Con eso compra el silencio cómplice y los fusiles adversarios<br />

suenan en el aire. Algu<strong>nos</strong>, se los entregan a ellas.<br />

...¡A<strong>de</strong>lante! – dice la revolucionaria - yo me encargo <strong>de</strong> O’Mill!. Y sigue avanzando<br />

hasta llegar a su propio dormitorio. ...¡Queda Usted <strong>de</strong>tenido - le grita - en nombre <strong>de</strong> todas<br />

las leyes <strong>que</strong> ha violado!...<br />

Después, suenan tiros en las puertas <strong>que</strong> se abren y <strong>que</strong> <strong>de</strong>jan entrever la fuga <strong>de</strong>l malhechor.<br />

“A<strong>que</strong>l pájaro no ha volado – reflejará la historia - precisamente se volvió gato,<br />

ya <strong>que</strong> <strong>de</strong>scalzo, con los pantalones en la mano, trepó a las azoteas y escapó por los<br />

techos, bien a lo cobar<strong>de</strong>, amparándose luego en casa <strong>de</strong> un amigo <strong>que</strong> lo ayudará a huir<br />

a Tucumán”.

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