Estas historias de mujeres que nos precedieron - Unión Personal ...
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tiene un verda<strong>de</strong>ro temperamento <strong>de</strong> estudiosa y batalladora. Defien<strong>de</strong> a las <strong>mujeres</strong> y a<br />
los niños pobres”. “Dedica toda la fuerza <strong>de</strong> su juventud a la conquista <strong>de</strong> lo <strong>que</strong> cree<br />
<strong>de</strong>be ser una verda<strong>de</strong>ra justicia social”. Y en 1916 insiste la revista Fray Mocho con fotos<br />
<strong>de</strong> Carolina <strong>que</strong> la muestran junto a una biblioteca, otra junto a un chico <strong>de</strong> 11 años<br />
durmiendo en la calle, o en un basural, o vendiendo billetes <strong>de</strong> lotería. Varias <strong>de</strong> ellas<br />
ro<strong>de</strong>adas por empleadas y los comentarios adjuntos, por supuesto.<br />
“Los chicos <strong>que</strong> han sufrido las consecuencias <strong>de</strong> las toxinas y <strong>de</strong>l cansancio,<br />
vagan <strong>de</strong>scuidados mientras la madre trabaja en las fábricas.<br />
Es evi<strong>de</strong>nte la inferioridad <strong>de</strong> ellos sobre las clases acomodadas, cuyos antepasados no<br />
rindieron jamás tributo a la fatiga”. Por eso es necesario incorporar una jornada <strong>de</strong> 8 hs..<br />
Proponía finalmente, la iniciativa <strong>de</strong> formar <strong>de</strong> una buena vez, un hogar <strong>de</strong> madres, ya <strong>que</strong><br />
es necesario eliminar <strong>de</strong>finitivamente eso <strong>que</strong> llaman “Hogar <strong>de</strong> Expósitos”, casas<br />
inmorales <strong>que</strong> <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>saparecer para enseñar y afrontar las consecuencias <strong>de</strong> un acto tan<br />
trascen<strong>de</strong>ntal como el <strong>de</strong> la maternidad. (Del libro <strong>de</strong> A. Cosentino).<br />
En esta ley no fueron ajenas tampoco, las doctoras Cecilia Grierson, Julieta Lanteri,<br />
Alicia Moreau, etc.. Aliada totalmente a la clase obrera, supo <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong> los peones y<br />
chicos en el interior, con cifras escalofriantes sobre el <strong>de</strong>terioro <strong>que</strong> sufrían.<br />
“En los yerbatales Misioneros. En los ingenios Tucuma<strong>nos</strong>, en cualquier lugar <strong>de</strong><br />
la República, el chico es material codiciado por los patrones <strong>que</strong> los explotan sin piedad.<br />
Trabajan <strong>de</strong> sol a sol, sin intervalo, ganan centavos por día, alcanzando su<br />
organismo sólo 14 kg., nada más, y entre todo eso, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l analfabetismo. Las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s <strong>que</strong> se ensañan con ellos”.<br />
Carolina hablaba con el convencimiento <strong>de</strong> quién realmente sabe <strong>que</strong> lucha por su<br />
verdad. “La solución <strong>de</strong> los problemas argenti<strong>nos</strong> no se logrará con experiencia <strong>de</strong> otros<br />
países, algu<strong>nos</strong> muy leja<strong>nos</strong> y con geografías distintas. Tenemos el nuestro. Si quisiéramos,<br />
podríamos fabricar varias Suizas en una sola provincia. Pero somos aje<strong>nos</strong> a la patria.<br />
Ce<strong>de</strong>mos ri<strong>que</strong>zas. Damos nuestros territorios. Llevamos en nuestras almas una gran, pero<br />
una gran <strong>de</strong>sargentinización”.<br />
Era la prédica sin mordaza. La libertad <strong>que</strong> tenía incorporada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su espíritu. “Si<br />
no tenemos conciencia cívica, no tenemos responsabilida<strong>de</strong>s, y si no la tenemos nuestra<br />
vida será fatua... increíble. Hagamos ban<strong>de</strong>rías con nuestras convicciones y vayamos a<br />
pelear adon<strong>de</strong> estén las necesida<strong>de</strong>s reales. Que no <strong>nos</strong> cuenten <strong>historias</strong> <strong>de</strong> hadas, <strong>que</strong> ya,<br />
<strong>de</strong>sgraciadamente la realidad <strong>nos</strong> ha puesto frente a una vida tremenda e inhumana.<br />
¡Obreros... Maestros <strong>de</strong> cuchara... Carpinteros... Albañiles... . Miren alre<strong>de</strong>dor nuestro y<br />
erradi<strong>que</strong>mos la miseria <strong>de</strong>l mundo cotidiano, con un trabajo y un salario <strong>que</strong> justifi<strong>que</strong> las<br />
ocho horas <strong>de</strong> labor <strong>que</strong> <strong>que</strong>remos, y nada más. Lo otro, lo excesivo <strong>nos</strong> lleva a la<br />
<strong>de</strong>scomposición y a la muerte”.<br />
La crítica constructiva <strong>que</strong> Carolina hacía en relación a todo esto, aplicando su<br />
propio texto o recordando el <strong>que</strong> en su momento dijo Alfredo Palacios en el Congreso <strong>de</strong> la<br />
Nación, para <strong>que</strong> esa Ley se tuviera en cuenta.