Estas historias de mujeres que nos precedieron - Unión Personal ...
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tengámoslo por seguro. Con el bandoneón <strong>de</strong> Vicente Loducca y Castriota en piano ha<br />
empezado un trío, ¿no?. Ahora anima los bailes <strong>de</strong> carnaval con la or<strong>que</strong>sta <strong>de</strong> Vicente<br />
Greco y participa en ella, como violinista, su hermana Elvira Greco. Tocan en el salón<br />
Rodríguez Peña y en el café El Nacional”.<br />
“Me entero <strong>que</strong> Iris Marga, también una ve<strong>de</strong>tte joven <strong>de</strong>l teatro Maipo, canta un<br />
tango, <strong>que</strong> a partir <strong>de</strong> ahora está en labios <strong>de</strong> todos. Se llama Julián. ¿Quién dijo miedo?,<br />
comenta, porqué uno tiene un amorcito <strong>que</strong> la <strong>de</strong>jó abandonada?. Por eso sale a la calle. Al<br />
café. Al cabaret. Se infiltra como una pasión morbosa en todas partes y la letra y la música<br />
se <strong>nos</strong> meten hasta en la sopa...” . “Porqué me <strong>de</strong>jaste mi lindo Julián...”.<br />
Junto a la actuación <strong>de</strong> Paquita en los años veinte, veintitrés músicos <strong>de</strong> valía, como<br />
Juan Maglio (Pacho), Anselmo Aieta, intercambiaban lugares <strong>de</strong> actuación como “La<br />
Giralda” o “La Paloma”, y don<strong>de</strong> también las <strong>mujeres</strong> incursionaban ya en la música. Pero<br />
incursionaban siempre para el olvido. Jamás para la memoria.<br />
*****<br />
“Señorita Bernardo:<br />
A veces la veo con sus músicos y su hermano Arturo por la<br />
calle Paraná, rumbo a la glorieta <strong>de</strong> Bernardo <strong>de</strong> Irigoyen y Montes <strong>de</strong> Oca, don<strong>de</strong><br />
suelen encontrarse muchos otros artistas. Yo trabajo con el señor Alpidio Fernán<strong>de</strong>z en<br />
calidad <strong>de</strong> primera violinista <strong>de</strong> la or<strong>que</strong>sta. Si requiriera mis servicios para hacer algún<br />
reemplazo, cuente conmigo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ya. Yo conozco su repertorio y no sería difícil para mí.<br />
Hay una chica <strong>que</strong> tiene muy buena voz y <strong>que</strong> promete ser una figura. La señorita Ada<br />
Falcón. Parece <strong>que</strong> gusta. Si pue<strong>de</strong>, no <strong>de</strong>je <strong>de</strong> escucharla. Le saluda atentamente, Ginés<br />
Miralles”.<br />
*****<br />
Después vendrían otras, <strong>que</strong> no parecían ser aceptadas por los varones, pero <strong>que</strong> se<br />
constituirían en gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la escena y <strong>de</strong> la música popular. Inclusive, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte<br />
<strong>de</strong> Paquita Bernardo. Me refiero a <strong>que</strong> entre ella surgirían Sofía Bozán, Merce<strong>de</strong>s Simone,<br />
Libertad Lamar<strong>que</strong>, Amanda Le<strong>de</strong>sma, Tita Merello, Tania, Rosita Quiroga, etc..<br />
Hay un artículo en P.B.T. <strong>de</strong> 1922 : “A raíz <strong>de</strong> las cancionistas <strong>de</strong> tango,<br />
observamos <strong>que</strong> todos los países tienen sus cultos paga<strong>nos</strong>. No son ritos religiosos pero<br />
conservan siempre sus costumbres. Los Uruguayos tienen, por ejemplo, el fútbol; los<br />
españoles, la tauromaquia; los londinenses su té <strong>de</strong> las cinco; los prusia<strong>nos</strong> adoran el<br />
militarismo y el monóculo <strong>de</strong> los barones bálticos. Nosotros, los habitantes <strong>de</strong> Bue<strong>nos</strong><br />
Aires, tenemos nuestro culto extraoficial y se lo predica con unción apostólica, El Tango.<br />
Y en ella está esta vez incluida la mujer, por<strong>que</strong> “la cancionista nacional es<br />
precisamente, la sacerdotisa <strong>de</strong>l tango”. Una especie <strong>de</strong> vestal milonguera encargada <strong>de</strong><br />
mantener siempre encendida la llama sagrada en los templos paga<strong>nos</strong> <strong>de</strong> la<br />
radiotelefonía. Y más <strong>que</strong> una vestal, la cancionista es casi siempre una <strong>de</strong>idad. Una