09.05.2013 Views

Descargar (pdf) - ¡Cargad!

Descargar (pdf) - ¡Cargad!

Descargar (pdf) - ¡Cargad!

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Neferata encuentra pocos rivales<br />

dignos de ella en combate, pues ella es<br />

la antigua Reina de los Misterios y su<br />

furia es terrible. Neferata conserva la<br />

mayor parte de los conocimientos<br />

mágicos perdidos durante la destrucción<br />

de Lahmia, antiguos rituales y misterios<br />

que sólo ella conoce<br />

M HA HP F R H I A L<br />

Neferata 6 7 5 5 5 3 7 4 10<br />

Opción: Neferata puede estar en un ejército de Condes Vampiro como Comandante.<br />

Coste: 375 puntos<br />

Tipo de unidad: Infantería<br />

Magia: es un Mago de nivel 3 y usa el Saber de los Vampiros.<br />

Armas y equipo: Arma de mano. Lleva la Daga de Jade, el Rubí de Lahmia y va<br />

acompañada de Bastet, su gato.<br />

Reglas Especiales: No Muerto, Vampiro, Beso de Sangre.<br />

Daga de Jade. Con esta daga se sacrificaron incontables vidas en los altares de<br />

Lahmia cuando Neferata era la gran sacerdotisa de la muerte. Se utilizaba para cortar<br />

los cuellos de aquellos que habían sido condenados a alimentar la aristocracia<br />

vampírica de esta ciudad maldita. Neferata hace Ataques Envenenados.<br />

Rubí de Lahmia. El símbolo del dominio de Neferata sobre la Ciudad de los Vampiros<br />

es una diadema de oro en forma de serpiente con un gran rubí en su boca, que<br />

reposa sobre su cruel y hermosa cabeza. Esta joya única late con el poder de la vida<br />

eterna, y nutre a Neferata con su casi ilimitada energía. Salvación especial de 4+.<br />

Bastet. Bastet es el familiar de Neferata, un escurridizo gato negro de Khemri que fue<br />

enterrado con su amada Reina. Ahora no es más que una sombra felina que sigue a<br />

Neferata y la protege de cualquier peligro. En el Viejo Mundo se dice que los gatos<br />

negros presagian la mala suerte, y posiblemente en este caso sea verdad... Puedes<br />

situar a Bastet como “marcador” de cualquier unidad situada a 6” como mucho de<br />

Neferata; dicha ciudad debe repetir las tiradas de salvación por armadura exitosas,<br />

siempre que Bastet siga ahí. Bastet es un marcador, así que no puede ser atacado ni<br />

dañado por ningún medio; pero desaparece cuando Neferata muera.<br />

Beso de Sangre. Cuando Neferata mata a enemigos valiosos, les concede el Beso<br />

de Sangre, ritual por el cual se convierten en vampiros a su servicio. Si Neferata mata<br />

algún personaje enemigo de infantería o caballería en un desafío, el jugador Conde<br />

Vampiro puede colocar un Héroe Vampiro (tal y como aparece en la página 91; no<br />

puede tener objetos, poderes, montura, etc.) en contacto peana con peana con<br />

Neferata, por ejemplo en su misma unidad). Esto funcionará incluso sobre personajes<br />

que no estén literalmente “vivos” (Condes Vampiro, Reyes Funerarios, Demonios...).<br />

Walach<br />

Desde la parte superior de la torre en ruinas Walach, Gran Maestre de la Orden del Dragón Sangriento, observó la noche. Estaba solo, sumido<br />

en sus pensamientos, con su férrea fuerza de voluntad concentrada en su interior; su mente divagaba por los oscuros senderos de un pasado distante.<br />

Los recuerdos pasaron junto a él como cirios. Todavía recordaba la ridiculez de sus sentidos humanos. Se preguntaba cómo sería poder volver<br />

a respirar, sentir cómo la sangre fluía por su venas. Cómo sería ahora el mundo si lo observara con los limitados sentidos de los vivos. Cuánto más<br />

podía ahora ver y oír. La noche estaba llena de sonidos y formas. Podía ver cómo la oscilante niebla de magia negra envolvía la Torre Sangrienta<br />

como si fuera un sudario, formando imágenes de pesadilla. Podía oír los aullidos de los lobos en las montañas, a más de cien kilómetros de donde<br />

se encontraba. Sí, podía verlo y oírlo todo. Cuando sus dedos tocaron el filo de su antigua espada, los recuerdos fluyeron a su mente. Muchos había<br />

muerto por esa espada. Recordaba la gloria de las grandes guerras de antaño. En esa época la sangre había fluido como el vino. Había matado<br />

innumerables enemigos: señores enanos, princesas élficas, condes del Imperio, todos habían muerto bajo el poder de su espada.-"Eran buenos<br />

tiempos"-pensó. Pero otros recuerdos no eran tan agradables. También recordaba el día en que los templarios del Lobo Blanco habían derribado las<br />

puertas de la Torre Sangrienta. Mikael, su hijo favorito, fue empalado por un fanático sacerdote guerrero de Sigmar. Aurora, su esposa, había sido<br />

decapitada durante la batalla por el Reiksmarshall, sin que él pudiera evitarlo. Sus dedos atenazaron con fuerza la empuñadura de su espada carmesí.<br />

"Un día-pensó-la venganza será mía. Tengo toda la eternidad para conseguirlo." Y tenía razón. Era inmortal. Disponía de tiempo más que suficiente.<br />

Walach se volvió hacia la puerta del balcón y penetró en la tenue luz rojiza de las antorchas. El gran salón de la orden estaba abarrotado.<br />

Guerreros tumularios montaban guardia,mientras los dieciséis inmortales, los últimos de sus caballeros vampíricos y sus extraterrenalmente bellas<br />

mujeres se sentaban alrededor de la gran mesa. A la tenue luz de las salas en ruinas sus ojos brillaban con un hambre indescriptible, pues esa noche<br />

era la fiesta de la sangre. Como un solo hombre, se giraron hacia él y le hicieron una reverencia. Walach les indicó que siguieran con lo que estaban<br />

haciendo y ocupó su lugar en la cabecera de la mesa.<br />

La sala se llenó de sonidos fantasmagóricos cuando los lamentos de las doncellas espectrales surgían de las catacumbas. Mientras que su<br />

lamento representaba la muerte inmediata para cualquier humano vivo, para los inmortales vampiros eran una música muy agradable, llena de la<br />

solitaria belleza de l frío de la tumba. Con una sola palabra de Walach la sala quedó en silencio. El Cáliz de la Sangre, la gran reliquia de la orden<br />

vampírica, fue depositado te él por sus leales sirvientes. Walach cogió la antigua copa con ambas manos y bebió con avidez. Una profunda sensación<br />

le sacudió, era un dolor más fuerte que el de la herida de una espada, un éxtasis más intenso del que ningún sentido humano podía resistir, y todo<br />

su cuerpo se estremeció de placer. Notó cómo el poder y la euforia le reconfortaban. Era un dios, invencible, letal. Cuando pasó el Cáliz de la Sangre,<br />

estudió a sus caballeros no muertos mientras bebían. Los antiguos votos de la hermandad se renovaban a medida que el Cáliz pasaba de mano en<br />

mano. El esplendor de las armaduras y las sobrevestas de sus caballeros recordaban las glorias pasadas, reforzando sus creencias en que ningún<br />

poder en el mundo podía oponerse a ellos.<br />

Los guerreros se habían reunido. El estandarte de la Orden del Dragón Sangriento ondearía una vez más sobre sus ejércitos. Doblegarían la<br />

voluntad de los gobernantes mortales de este mundo. ¿Pues quién se atrevería a enfrentarse a ellos? Ya no quedaban verdaderos guerreros en este<br />

mundo. Había luchado y derrotado a los más poderosos de ellos durante eras pasadas, cuando ser un guerrero significaba alguna cosa. Ahora el<br />

mundo estaba caduco y no quedaban héroes. Las antiguas razas de los enanos y los elfos se habían vuelto débiles, mientras que los humanos eran<br />

decadentes, gandules y blandos. En cambio, la fuerza de Walach no había dejado de crecer con los años. Había llegado el momento de saldar viejas<br />

cuentas. Había llegado el momento de ir a la guerra.<br />

23

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!