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Hace unos doscientos años, el<br />
nombre de Valnir el Segador era temido<br />
a lo largo y ancho de las tierras de Kislev<br />
y el Imperio. Como gran guerrero de la<br />
Tribu del Cuervo tomó el camino entre<br />
las Montañas del Crepúsculo en<br />
dirección al Reino del Caos y se<br />
convirtió en un Guerrero del Caos, y<br />
posteriormente, con el paso del tiempo,<br />
en un temido y poderoso Paladín del<br />
Caos.<br />
El Señor Nurgle lo convirtió en el<br />
Segador, el recolector de almas cuya<br />
misión era matar en nombre del Dios de<br />
la Pestilencia. Concedió a Valnir un<br />
arma demoníaca de gran potencia, un<br />
flagelo que podía arrancar las almas tan<br />
fácilmente como las vidas. Grande fue el<br />
número de inocentes cuyas almas<br />
cosechó Valnir el Segador.<br />
Cuando llegó la Gran Guerra<br />
contra el Caos, Valnir respondió a la<br />
llamada a las armas como muchos otros<br />
Paladines del Caos. Combatió para su<br />
dios en el asedio de Praag y en la<br />
titánica batalla de las Puertas de Kislev.<br />
En el apocalíptico combate final cargó<br />
contra Alexis, el Zar de Kislev,<br />
pero fue derribado,<br />
mortalmente herido. De<br />
alguna forma consiguió<br />
abandonar a rastras el campo<br />
de batalla.<br />
Sus seguidores<br />
llevaron su cuerpo hasta las<br />
tierras de los Bárbaros ya que<br />
ese era su último deseo. Los<br />
Bárbaros de la Tribu del<br />
Cuervo construyeron un gran<br />
trono de piedra desde donde<br />
Valnir pudiera vigilar sus<br />
tierras ancestrales. Así<br />
permaneció durante más de<br />
doscientos años. Pero la<br />
misión de Valnir todavía no<br />
había finalizado. Con el paso<br />
de los años el viento negro<br />
procedente del Reino del<br />
Caos empezó a soplar con<br />
más fuerza, y un día su<br />
descompuesto esqueleto se<br />
levantó una vez más. Valnir se<br />
alzó una vez más, ni vivo ni<br />
muerto, sino como una<br />
criatura demoníaca<br />
alimentada por el poder de<br />
Nurgle, el Dios de la<br />
Podredumbre. Su alma había<br />
regresado a su cadáver. Valnir<br />
el Segador volvía a caminar<br />
sobre la tierra. Los Guerreros<br />
de la Tribu del Cuervo cayeron<br />
de rodillas en cuanto le vieron,<br />
Valnir el Segador<br />
M HA HP F R H I A L<br />
Valnir 4 7 3 5 4 2 6 4 8<br />
Inclusión: Puedes incluir a Valnir el Segador como Héroe en un ejército de Guerreros<br />
del Caos.<br />
Coste: 240 puntos<br />
Tipo de unidad: Infantería.<br />
Equipo: Armadura del Caos, Cosechador de Almas.<br />
Reglas Especiales: La voluntad del Caos, El Ojo de los Dioses. Marca de Nurgle,<br />
Inmune a Psicología, Odio, Regeneración.<br />
Cosechador de Almas. El Cosechador de Almas es un enorme flageo oxidado<br />
cargado con el corpulento poder de Nurgle. Sus golpes no sólo matan sino que<br />
además consumen las almas de sus víctimas. Gran parte de esta energía robada es<br />
transmitida a Nurgle, pero también refuerza a Valnir, volviéndolo más fuerte y más<br />
rápido en su misión de cosechar almas. Se trata de un arma a dos manos. Además,<br />
cuando Valnir cause una baja, puede lanzar 1d6; si se obtiene un 6, puede sumar un<br />
+1 a un atributo (HA, F o A); no puede sumar más de 1 en cada atributo a lo largo de<br />
la partida.<br />
y lo veneraron como un semidiós. Para<br />
ellos era la prueba viviente de que el<br />
Señor de la Pestilencia estaba con ellos.<br />
Allí por donde pasa Valnir, la<br />
plaga y la podredumbre lo acompañan.<br />
Pozos y fuentes se secan, y los ríos y<br />
torrentes se estancan. Los animales<br />
cogen la rabia y los hombres enferman y<br />
mueren. Muchas veces Valnir ha<br />
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ganado una batalla antes de que<br />
empezara, destrozando con sus<br />
fanáticos Bárbaros ejércitos formados<br />
por hombres enfermos, debilitados por<br />
el Aliento de Nurgle. Las tierras del<br />
Imperio y Kislev tendrán que pagar mil<br />
veces por la muerte de Valnir.<br />
Sólo Valnir y Nurgle saben<br />
cuántas almas se tendrán que segar<br />
antes de que pueda volver a<br />
descansar. Con el paso del<br />
tiempo Valnir ha llegado a<br />
odiar a todos los seres vivos<br />
porque se aferran<br />
insistentemente a las almas<br />
en vez de rendirlas sin más a<br />
su amo Nurgle. Su carne está<br />
completamente corrompida.<br />
Su Armadura del Caos está<br />
hecha pedazo. Los gusanod<br />
se retuercen en las cuencas<br />
de sus ojos. Sus entrañas<br />
rezuman entre los huecos de<br />
su armadura. Pero una<br />
terrible fuerza subyace en su<br />
armazón esquelético. Su<br />
puño es como el hierro, y<br />
ningún enemigo alcanzado<br />
por su terrible flagelo logra<br />
recuperarse jamás. Cuanto<br />
más mata, mayor es su<br />
vitalidad. Su cuerpo ha sido<br />
destruido muchas veces, y<br />
pese a ello siempre ha vuelto<br />
a levantarse, incluso con<br />
mayores ansias de matar y<br />
dejar un rastro de cadáveres<br />
putrefactos vacíos de<br />
esencia, mientras envía sus<br />
almas al reino de Nurgle.