60 Margarita GENTILE Fig. 49 - Escena <strong>de</strong> la selva con un felino, un loro y ¿una lagartija? entre otros animales (según González & Montes, 1998: lámina XI 1). Fig. 50 - Tucán trepado en una planta <strong>de</strong> maíz, comiendo. Figura realizada con láminas <strong>de</strong> plata repujadas, cultura Vicús (dibujo <strong>de</strong> Fátima Hatano según Catálogo <strong>de</strong> la exposición “El maíz en la cultura peruana, Banco Continental, 1994).
CHIQUI: ETNOHISTORIA DE UNA CREENCIA ANDINA, NOROESTE ARGENTINO tal vez un <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong> él, o importada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otra parte. Por su parte, El <strong>Chiqui</strong> no solamente era más antiguo que Pacha Mama sino que, a<strong>de</strong>más, era originario <strong>de</strong>l NOA (Ambrosetti, 1899: 154-156). En nuestra opinión, aquí no se trataba solamente <strong>de</strong> que si El <strong>Chiqui</strong> tenía, o no, una figura <strong>de</strong>terminada, o un carácter <strong>de</strong>terminado, sino que se trata <strong>de</strong> interpretar, en este caso la fiesta y el juego <strong>de</strong>l chiqui, a partir <strong>de</strong> lo aprehendido <strong>de</strong> una conversación mediante intérprete, o la lectura <strong>de</strong> párrafos <strong>de</strong>scontextuados acerca <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a inexpresable en términos no-andinos, y creer buenamente que cualquier hueco en los datos obtenidos podía ser rellenado, sin faltar a nada, con otros datos lejanos en espacio y tiempo, <strong>de</strong> acuerdo con un esquema prefijado en los siglos anteriores en Europa, cuando se retornó al i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> vida greco-latino como respuesta a la austeridad medieval. Este manejo <strong>de</strong> los datos hubiera requerido muchas más precauciones que las <strong>de</strong>splegadas por nuestros autores, quienes, sin embargo, trabajaron <strong>de</strong> acuerdo con una metodología que en esa época se consi<strong>de</strong>raba a<strong>de</strong>cuada. 5. 6. Un poco más sobre la religión prehispánica y sus pervivencias 1. El maíz fue, junto con la papa, la base <strong>de</strong> la alimentación andina y se <strong>de</strong>dicó tanto esfuerzo a la construcción <strong>de</strong> an<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> cultivo, canales, cochas y colcas como a tratar <strong>de</strong> propiciar a las divinida<strong>de</strong>s relacionadas con las buenas cosechas (Carrión Cachot, 1959; Soldi, 1980, entre otros). Con relación al maíz, parece verosímil que las representaciones prehispánicas <strong>de</strong> loros estuvieron relacionadas con ceremonias, tal vez diferentes según la época y el lugar, pero todas ellas <strong>de</strong>stinadas a tratar <strong>de</strong> alejarlos <strong>de</strong> las chacras, o por lo menos disminuir el daño que su invasión producía. Los bastones <strong>de</strong> ritmo chimú y los vasos silbadores mochica o vicús, indicarían algún tipo <strong>de</strong> acompañamiento musical, en tanto que las manoplas servirían en combates mágicos como parte <strong>de</strong> un conjuro. Y, según Lozano (1970[1754]: 425), los caylles o “imágenes labradas en láminas <strong>de</strong> cobre”, serían amuletos para alejar la piedra, la langosta y las pestes <strong>de</strong> los sembrados y esa habría sido la función <strong>de</strong> las placas metálicas como las <strong>de</strong> Tolombón y Riberalta, porque caylles (31) tal vez estuviera relacionado con huacayllicuni, que era invocar a Dios, cantando <strong>de</strong> noche por las calles un cantar lloroso llamado huacaylli, pidiendo lluvia; y huacayllicuy era la procesión o cualquier invocación para pedir agua (Gonçalez Holguin, 1952[1608]: 167). ¿Se llevarían los caylles durante las procesiones? Esta voz quechua nos remite nuevamente a los callchac <strong>de</strong>l valle Calchaquí, y agregaría otra certeza a la <strong>de</strong> que eran agricultores <strong>de</strong> maíz porque los caylles, también según Lozano, los usaban los indios que vivían <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> dicho valle. 2. Pero, durante nuestra recopilación <strong>de</strong> testamentos <strong>de</strong> indios <strong>de</strong>l área andina argentina encontramos una referencia <strong>de</strong>l siglo XVIII que podría retrotraernos a los caylles <strong>de</strong>l siglo XVI. Se trata <strong>de</strong>l testamento <strong>de</strong> Theresa, una india pobre que vivía en la ciudad <strong>de</strong> Mendoza. Sus bienes no <strong>de</strong>jan dudas sobre su situación económica, pero (31) Caylles sería el plural “españolizado” <strong>de</strong> caylle. 61