12.05.2013 Views

Tú y tu Casa y tu Casa - Paul-Timothy

Tú y tu Casa y tu Casa - Paul-Timothy

Tú y tu Casa y tu Casa - Paul-Timothy

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Eugenia. Observé la obra y conocí a algunos de los obreros.<br />

Hay muchos creyentes. Son auténticos. El Espíri<strong>tu</strong> de Dios está<br />

trabajando. Enviamos a Dimas y debemos respetar su obra.<br />

Dios está usando al hermano.<br />

—¡Pero sus errores. . .!<br />

—Por favor, hermano Luis, déjame hablar. Dimas fue<br />

adonde nadie había querido ir. Y a menos que alguien quiera<br />

tomar su lugar, no debemos per<strong>tu</strong>rbar su…<br />

—¡Nadie dice que él no ha trabajado duro!—interrumpe el<br />

nuevo misionero. Pero es para su propio bien que se venga.<br />

Para mejorar su ministerio, es<strong>tu</strong>diando más.<br />

El viejo tesorero se para.<br />

—Hermanos, estas cosas deben tratarse con seriedad.<br />

Debemos mirar la realidad. Como tesorero de la iglesia, les<br />

informo que hace tiempo hemos buscado como mandar alguna<br />

ayuda a Dimas. No nos ha quedado nada para enviarle. Creo<br />

que esto es una señal de Dios de que él no debe seguir trabajando<br />

en El Olvidado. Yo propongo que dejemos<br />

definitivamente de apoyar esa obra del hermano Dimas.<br />

Habiendo discutido mucho, votan. La mayoría de los<br />

miembros no está. El pastor don Tino cuenta los votos y dice:<br />

—El secretario escribirá una carta al hermano Dimas, para<br />

informarle que su iglesia no quiere que siga.<br />

Don Miguel se asoma a la puerta. Su esposa que lo<br />

acompaña le dice al oído:<br />

—¿No te dije que iban a tener una sesión? ¡Y no te<br />

invitaron! Es algo secreto. Yo sabía que iba a ver problemas si<br />

enviaban a aquel chofer de taxi a El Olvidado.<br />

Don Miguel se detiene en la puerta indeciso. Mira a la<br />

168<br />

—Voy a buscar algo. Tengo mi machete.<br />

El pastor echó una mirada a Carmen. Estaba embarazada.<br />

—Pero tienes una familia, hermano, Ellos tienen que<br />

comer.<br />

Dimas respiró profundamente.<br />

—¡Claro! Pero tengo familia en El Olvidado y ellos<br />

también tienen que comer. ¡El pan de vida! Mi papá y mi<br />

mamá son viejos. ¡Van a morir sin Cristo! ¡Y mis primos y los<br />

de la casa de Carmen! ¡No! ¡Tengo que levantar iglesias en<br />

esas aldeas!<br />

El pastor tomó una pieza de la carta.<br />

—Pero si Dios quiere que vayas, ¿Por qué no te dio<br />

trabajo?<br />

—Dios sí quiere. Estoy seguro.<br />

—¿Cómo tan seguro?<br />

—Bueno, no puedo explicarlo con palabras. Pero estoy<br />

seguro. El Olvidado va a conocer a Cristo.<br />

—Hoy es culto de oración —respondió el pastor—. Puedes<br />

mencionarlo. Los demás pueden orar. Así conocerás la<br />

voluntad de Dios.<br />

—Que oren —dijo Dimas. —Pero yo ya sé que es la<br />

voluntad de Dios. Usted mismo lo predica, pastor. Dios nos<br />

ordena ir hasta lo último de la tierra y hacer discípulos. Si es<br />

mandamiento, tiene que ser la voluntad de él, ¿verdad?<br />

El pastor sólo frunció el ceño.<br />

—Vayámonos —dijo Carmen.<br />

—Además, don Tino —añadió Dimas—, cuando encontré a<br />

13

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!