mi reino se extendera
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Años<br />
Presidente<br />
de la Iglesia<br />
Número de<br />
autoridades<br />
generales<br />
Número total<br />
de <strong>mi</strong>embros<br />
Estacas<br />
Misiones<br />
Templos en<br />
<strong>se</strong>rvicio<br />
Número total<br />
de <strong>mi</strong>sioneros<br />
1850<br />
Brigham<br />
Young<br />
24<br />
60,000<br />
100<br />
El <strong>reino</strong> <strong>se</strong> extiende<br />
1875<br />
Brigham<br />
Young<br />
27<br />
135,000<br />
10<br />
400<br />
Se vislumbra una crisis<br />
Conforme la Iglesia comenzó a crecer,<br />
también empeoraron las condiciones<br />
del mundo. Los conflictos <strong>mi</strong>litares<br />
en Asia, África, y el Medio Oriente<br />
destruyeron las tierras productivas, la<br />
libertad y la vida de <strong>mi</strong>llones de personas.<br />
Se extendieron las sublevaciones<br />
sociales por toda Europa y las Américas.<br />
Y en su búsqueda de paz, realización<br />
personal, y justicia social, muchos<br />
ignoraron los manda<strong>mi</strong>entos de Dios,<br />
y cada año comenzaron a crecer con<br />
más rapidez la pornografía, el aborto,<br />
la per<strong>mi</strong>sividad <strong>se</strong>xual, el abuso de<br />
drogas, el maltratar a los menores y<br />
muchos otros problemas más.<br />
Los profetas aclararon las controversias<br />
y ofrecieron soluciones increíblemente<br />
<strong>se</strong>ncillas y a la vez muy eficaces para<br />
aquellos que procuraron resolver tales<br />
problemas. Ellos proclamaron que solamente<br />
esforzándo<strong>se</strong> por obtener la<br />
rectitud personal, desinterés, y obediencia<br />
a la voluntad del Señor, podría la<br />
humanidad encontrar la verdadera felicidad<br />
y estabilidad.<br />
El élder Spencer W. Kimball testificó<br />
<strong>se</strong>ncillamente:<br />
Jesucristo nuestro Señor no tiene<br />
ninguna obligación de salvarnos, a<br />
menos que nos arrepintamos. Lo<br />
hemos despreciado, hemos dejado<br />
de creer en El y no lo hemos<br />
<strong>se</strong>guido. Hemos traspasado las leyes<br />
y violado el convenio <strong>se</strong>mpiterno;<br />
1900<br />
Lorenzo<br />
Snow<br />
26<br />
268,331<br />
43<br />
18<br />
1,500<br />
1925<br />
Heber J.<br />
Grant<br />
26<br />
613,653<br />
94<br />
27<br />
1,922<br />
CAPITULO 20<br />
1950<br />
George<br />
AlbertS<strong>mi</strong>th<br />
30<br />
1,111,314<br />
180<br />
44<br />
5,156<br />
1978<br />
Spencer W,<br />
Kimball<br />
66<br />
3,966,019<br />
884<br />
158<br />
16<br />
25,011<br />
dependemos de su merced, la cual<br />
nos otorgará solamente si nos arrepentimos.<br />
Pero, ¿hasta qué punto<br />
nos hemos arrepentido? Otro profeta<br />
dijo "que a lo malo decimos bueno,<br />
y a lo bueno decimos malo" (véa<strong>se</strong><br />
Isaías 5:20). Nos hemos justificado al<br />
grado de pensar que no somos "tan<br />
malos". Vemos la maldad en nuestros<br />
ene<strong>mi</strong>gos, pero ninguna en<br />
nosotros <strong>mi</strong>smos. ¿Seguiremos pensando<br />
así o <strong>se</strong> efectuará un cambio<br />
en nosotros?<br />
Aparentemente estamos más dispuestos<br />
a hacer las cosas <strong>se</strong>gún la<br />
manera del diablo que <strong>se</strong>gún la manera<br />
del Señor. Parece, por ejemplo,<br />
que preferiríamos esclavizarnos por<br />
medio de impuestos, que pagar<br />
nuestros diezmos; construir refugios<br />
y proyectiles y bombas, más bien<br />
que arrodillarnos con nuestra fa<strong>mi</strong>lia,<br />
tanto en la noche como en la<br />
mañana, en oración solemne a nuestro<br />
Dios, el cual nos daría protección.<br />
Parece que, más bien que ayunar y<br />
orar, preferimos hartarnos en los<br />
banquetes y beber cocteles. En lugar<br />
de disciplinarnos, cedemos a los<br />
impulsos físicos y carnales. En lugar<br />
de invertir capital en la edificación<br />
de nuestros cuerpos y el ennobleci<strong>mi</strong>ento<br />
de nuestras almas, gastamos<br />
billones de dólares en licores y tabaco,<br />
así como en otros productos que<br />
destruyen el cuerpo y entorpecen<br />
el alma.<br />
140<br />
bibliotecasud.blogspot.com<br />
Un número sumamente grande de<br />
nuestras esposas y madres prefieren<br />
los lujos adicionales de dos sueldos<br />
que la satisfacción de ver a los hijos<br />
crecer en el temor y amor de Dios.<br />
Participamos en los deportes, nos<br />
vamos a la playa, a los cines, a la<br />
pesca y nos <strong>se</strong>ntamos a ver competencias<br />
deportivas más bien que santificar<br />
el día de reposo. No existe una<br />
moralidad completa entre el pueblo<br />
ni entre los que dirigen el estado y la<br />
nación. Los intere<strong>se</strong>s personales<br />
y motivos ocultos obstruyen el ca<strong>mi</strong>no.<br />
El anciano "don Pretexto",<br />
luciendo su larga barba siempre está<br />
pre<strong>se</strong>nte para decirnos que hay justificación<br />
para estas desviaciones, y<br />
en vista de que no somos los suficientemente<br />
malvados para que <strong>se</strong><br />
nos encierre en penitenciarías, nos<br />
convencemos, por medio de pretextos,<br />
de que no estamos fallando en<br />
nuestros deberes. Tal vez la mayoría<br />
de las personas <strong>se</strong>an muy <strong>se</strong>mejantes<br />
a aquellos que sobrevivieron<br />
la destrucción en los días antiguos<br />
de este continente. A éstos el Señor<br />
dijo:<br />
"¡Oh vosotros, todos los que habéis<br />
sido con<strong>se</strong>rvados porque fuisteis<br />
más justos que ellos! ¿No os volveréis<br />
a mí ahora, y os arrepentiréis<br />
de vuestros pecados, y os convertiréis<br />
para que yo os sane?" (3 Nefi<br />
9:13.)<br />
"La escuela de la experiencia es<br />
cara", dijo Benjamín Franklin, "pero<br />
el necio no aprende en ninguna<br />
otra." De modo que, como nación<br />
continuamos en nuestra incredulidad.<br />
Mientras las cortinas de hierro<br />
descienden y <strong>se</strong> tornan más gruesas,<br />
nosotros comemos, bebemos, y nos<br />
divertimos. Mientras ejércitos <strong>se</strong> reúnen<br />
y marchan y maniobran, y los<br />
oficiales en<strong>se</strong>ñan a sus hombres a<br />
matar, nosotros continuamos bebiendo<br />
y divirtiéndonos como de<br />
costumbre. Mientras <strong>se</strong> hacen estallar<br />
bombas y <strong>se</strong> experimenta con<br />
ellas, y las partículas radioactivas<br />
descienden sobre el mundo enfermo<br />
ya, nosotros continuamos en la idolatría<br />
y el adulterio.<br />
Mientras <strong>se</strong> amenazan sitios estratégicos<br />
y <strong>se</strong> otorgan concesiones,<br />
nosotros vivimos perdidamente, y<br />
nos divorciamos y nos casamos, siguiendo<br />
un ciclo igual que las temporadas.<br />
Mientras los jefes de estado