mi reino se extendera

adero, una imprenta, y también textos
escolares. Después de su llegada a
Yerba Buena, California, el grupo fue
tierra adentro y a poca distancia de la
costa, fundaron su propia colonia, que
se llamó NewHope (Nueva Esperanza).
Allí esperaron más de un año la llegada
de los santos de Nauvoo, que para entonces
se habían establecido provisoriamente
en Winter Quarters, Nebraska,
junto al río Missouri. En Winter Quarters,
los santos de Nauvoo hicieron los
planos para una ciudad de ochocientos
veinte lotes, y construyeron una empalizada
de protección y setecientas casas
de troncos para antes de la navidad de
1846. Esta población proveyó protección
y refugio para más de tres mil
quinientos santos. Un sumo consejo
estaba a cargo de dirigir y encargarse
de las necesidades eclesiásticas, educacionales
y municipales de la comunidad,
mientras que una fuerza policial se
encargaba de mantener el orden. Más
de seiscientos miembros murieron allí
por causa de la pobre alimentación y la
pobreza en que vivían.
El Batallón Mormón
Cuando los santos se estaban reuniendo
en Winter Quarters el gobierno de
los Estados Unidos les pidió que ayudaran
en la guerra que este país sostenía
con México. El gobierno pidió
a los santos que formaran un batallón
El Batallón Mormón se enrola
CAPITULO 5
para marchar hacia California a participar
en la mencionada guerra. A
mediados de julio de 1846, 549 hombres
se enrolaron en el ejército de los
Estados Unidos, formando así el Batallón
Mormón. Estos hombres, con 33
mujeres y 51 niños, salieron el 20 de
julio para California. Viajaron desde
Winter Quarters hasta Fort Leavenworth,
Kansas, donde el batallón fue
oficialmente provisto de municiones y
provisiones para su viaje. Luego fueron
hasta Santa Fe, estado de New México,
a Tuscon, estado de Arizona, y finalmente
llegaron a San Diego, California,
el 29 de enero de 1847. Por lo menos
tres grupos de hombres en fermos
debieron dejar el batallón en el trayecto
entre Santa Fe y Tucson. Estos grupos
viajaron hasta Pueblo, estado de Colorado,
donde pasaron el invierno de
1846-47, y se unieron a los pioneros
en el valle de Salt Lake en el verano
de 1847.
Aunque el batallón formalmente no
participó en ninguna batalla, sus miembros
tuvieron que pasar muchas penurias
y malentendidos con sus oficiales
que pusieron a su temple. Por ejemplo,
cuando el batallón llegó al Río Grande
el 10 de noviembre de 1846, continuaron
hacia el sur varios días por el camino
que llevaba a México. Los hombres
temían tener que continuar su
viaje hacia México y de ese modo no
poder reunirse luego con sus familias
en California. Levi Hancock, un miembro
del Consejo de los Setenta, y David
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Pettegrew visitaron cada carpa del bai
tallón y exhortaron a los hombres a
ayunar y orar al Señor para que cambiara
el rumbo de la ruta; pronto ei
batallón estaba nuevamente viajando
hacia el oeste en vez de hacerlo hacia
el sur. Cuando estaban a punto de
llegar a Tucson, occurrió otro incidente.
Esta vez fueron atacados por un grupo
de toros salvajes. Durante la lucha, los
i toros hirieron a dos hombres y los
soldados mataron de treinta a sesenta
toros.
El tributo del coronel Cooke
i Los soldados, agotados y enflaquecidos,
llegaron finalmente a San Diego,
California, el 29 de enero de 1847."Al
día siguiente el coronel Philip St. George
Cooke, comandante del grupo, felicitó a
los santos por su devoción y fortaleza:
Cuarteles: Batallón Mormon
Misión de San Diego
30 de enero de 1847
ORDEN NO. 1
El teniente-coronel en comando
congratula al batallón por su llegada
a salvo a la costa del Océano Pacífico,
y por la culminación de su
marcha de más de 3200 kilómetros.
Se puede buscar en vano en la historia
una marcha semejante de la
infantería. La mitad de esta marcha
ha sido a través de lugares donde la
civilización no ha llegado, donde no
se encuentran más que indios y animales
salvajes, o a través de desier-