mi reino se extendera

tonces me di cuenta que una bala
me habfa herido en el mismo momento
en que me habfa sentido caer
hacia afuera, y que el impacto de la
bala era lo que me habfa hechado
hacia adentro. Varias veces le habfa
contado a mi esposa lo extraño de
encontrarme adentro del cuarto
cuando sentf un momento antes de
que me dispararan que cafa hacia
afuera; no me lo habfa podido explicar
hasta entonces, pero ahora todos
se aclaraba, en realidad estaba
cayendo hacia afuera cuando algún
villano apuntó a mi corazón, la bala
golpeó el reloj y me empujó hacia
atrás. Si hubiera cafdo hacia afuera
me hubiera matado, ya fuera por la
cafda, o asesinado por los que estaban
afuera; esta bala que habfa sido
disparada para matarme, por Divina
Providencia se transformó en un
instrumento de misericordia y me
salvó la vida. Nunca olvidaré los
sentimientos de gratitud hacia mi
Padre Celestial que sentf en ese
momento: Vi ante mi la escena con
claridad, y me sentf sobrecogido por
una emoción inmensa, de gratitud al
Señor. Sentf que El me habfa preservado
con un acto de misericordia
especial, porque mi hora de morir
no habfa llegado y aún tenfa que
llevar a cabo una obra especial en
la tierra." (History of the Church,
119:20).
John Taylor volvió a Europa dos veces
más durante su ministerio como uno
de los Doce. Cuando los santos llegaron
a Council Bluffs, Iowa, en 1846,
Brigham Young envió a los élderes
Taylor, Hyde y Orson Pratt a Inglaterra,
a resolver algunos problemas que la
Iglesia tenfa allá. Al regresar a los Estados
Unidos en 1847, los élderes Taylor
y Pratt guiaron a dos compañías de
pioneros hasta el Valle de Salt Lake.
En octubre de 1849, Brigham Young le
asignó a John Taylor la responsabilidad
de abrir la obra misional en Francia.
Esa última vez que estuvo en Europa,
dirigió la traducción y publicación de el
Libro de Mormón al francés y al alemán.
También escribió El Gobierno de Dios,
una obra clásica que compara y contrasta
el sistema de gobierno de los
hombres con la armonfa y grandeza del
Reino de Dios.
El élder Taylor volvió a su hogar en
1852. Dos años después, el presidente
CAPITULO 7
Publicaciones escritas o editadas por John Tayh
Brigham Young le asignó la publicación
de un periódico en New York, El Mormón,
para contrarrestar la creciente ola
de críticas en contra de la práctica del
matrimonio plural en la Iglesia. El presidente
Young dijo lo siguiente refiriéndose
a las obras del élder Taylor: "En
cuanto a la obra del hermano Taylor al
editar el periódico llamado El Mormón,
publicado en la ciudad de New York,
puedo decirles que he ofdo varios comentarios
sobre los editoriales de este
periódico, no sólo de los miembros,
sino de aquellos que no profesan creer
en la religión que nosotros hemos
adoptado; sus editoriales son audaces
y persuasivos; es probablemente uno
de los mejores periódicos de la época."
(Roberts, John Taylor, pág. 271.)
El élder Taylor habfa adoptado la ciudadanía
norteamericana y opinaba que
debía elegirse a oficiales de gobierno
que respetaran los deseos del pueblo,
y fueran dignos representantes de la
voluntad de la mayoría.
Tomó parte activa en los asuntos civiles
de la ciudad y trabajó casi veinte años
en la Legislatura del Territorio de Utah.
Una década de persecución
Cuando murió el presidente Young, el
Quorum de los Doce, con John Taylor
como presidente, dirigió el destino de
la Iglesia. Esta comenzó a avanzar a
grandes pasos. El presidente Taylor
continuó con los programas de colonización
de Brigham Young y siguió apli­
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cando los cambios que había implantado
el presidente Brigham Young en
la administración de la Iglesia (véase
cap. 6). Se hicieron norma las reuniones
semanales del sacerdocio en
los barrios y las mensuales en la estaca,
lo mismo que las conferencias trimestriales
de estaca, a las que asistían el
presidente Taylor u otras Autoridades
Generales; además se pusieron en funcionamiento
las organizaciones auxiliares
en toda la Iglesia. Este progreso fue
aún mayor durante el quincuagésimo
aniversario de la Iglesia (1880), cuando
el presidente Taylor propuso en la conferencia
de abril, que la Iglesia eximiera
a todos los miembros pobres y dignos
de cualquier deuda que tuvieran con eL
Fondo Perpetua para la Emigración, así
como también del pago de diezmos
atrasados que debieran a la Iglesia.
Además, el presidente Taylor y los
Doce sugirieron que se diera a los
miembros pobres y dignos mil vacas y
y cinco mil ovejas. Los asistentes a la
conferencia aprobaron las mociones
por unanimidad. Con ese mismo espíritu
de amor, las hermanas de la Sociedad
de Socorro aprobaron prestar a los
pobres hasta después de la cosecha,
algunas toneladas de trigo que había
de reserva. Citando estos ejemplos
de generosidad, el presidente Taylor
exhortó a los santos a que perdonaran
las deudas que tuvieran el uno con el
otro:
"A aquellos que tienen la suerte de