mi reino se extendera
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que no tenía ningún asunto pendiente<br />
en esa ciudad, y repentinamente<br />
vino a mí el pensa<strong>mi</strong>ento:<br />
"Te van a llamar para un puesto importante".<br />
En <strong>se</strong>guida lo borré de <strong>mi</strong><br />
mente, porque me parecía tan indigno<br />
y presuntuoso. Me había convencido<br />
de que tal cosa era imposible<br />
hasta el momento en que escuché<br />
la voz del presidente Clark a<br />
1.600 kilómetros de distancia diciéndome:<br />
"Spencer, es el hermano<br />
Clark quien habla. Los hermanos<br />
acaban de nombrarte para llenar una<br />
de las vacantes en el Quorum de los<br />
Doce Apóstoles".<br />
Este suceso me cayó como rayo.<br />
Pensé profundamente en los breves<br />
momentos que estuve en el teléfono.<br />
Escuché que podía disponer<br />
de suficiente tiempo para arreglar<br />
<strong>mi</strong>s asuntos, mudarme a la ciudad de<br />
Salt Lake, y otras cosas que esperaban<br />
que hiciera. No podría repetirlas<br />
todas, <strong>mi</strong> mente parecía divagar<br />
por muchos ca<strong>mi</strong>nos a la vez;<br />
estaba aturdido, casi entorpecido<br />
por la emoción; todo el panorama de<br />
<strong>mi</strong> vida <strong>se</strong> desplegó ante mí. Me<br />
pareció que podía ver delante de<br />
mí a todas las personas que había<br />
ofendido, o a quienes suponía haber<br />
ofendido, y todos los pequeños detalles<br />
de <strong>mi</strong> vida. Sentí inmediatamente<br />
<strong>mi</strong> incapacidad y <strong>mi</strong>s li<strong>mi</strong>taciones<br />
y contesté: "¡Yo no, hermano<br />
Clark! ¡Esto no puede <strong>se</strong>r!" Estaba<br />
virtualmente sin habla. Mi corazón<br />
latía fuertemente...<br />
Recuerdo haber leído que Jacob<br />
luchó toda la noche "hasta el amanecer"<br />
(Gen. 32:24), por una bendición;<br />
ysyo de<strong>se</strong>o decir a vosotros<br />
que por ochenta y cinco noches he<br />
pasado esta experiencia, luchando<br />
por una bendición. Ochenta y cinco<br />
veces, el romper del alba me encontró<br />
de rodillas rogando al Señor que<br />
me ayudara, y me fortaleciera, y me<br />
capacitara para cumplir con esta<br />
gran responsabilidad que me había<br />
llegado. Nunca he buscado posiciones<br />
ni he sido ambicioso; sin<br />
embargo las promociones han continuado<br />
viniendo más rápido de lo<br />
que yo siento que estoy preparado<br />
para ellas. (Conference Report,<br />
Oct. de 1943, págs. 15-16.)<br />
Su obra con los lamanitas<br />
En 1946 el élder Kimball fue asignado<br />
CAPITULO 21<br />
para dirigir la obra lamanita en la Iglesia,<br />
llama<strong>mi</strong>ento que para él repre<strong>se</strong>ntó<br />
el cumpli<strong>mi</strong>ento de una bendición patriarcal<br />
profética dada a él cuando<br />
tenía nueve años, lo cual explicó durante<br />
la conferencia general de abril<br />
de 1947:<br />
No sé cuando comencé a amar a los<br />
hijos de Lehi. Puede haber sido<br />
cuando nací, porque antes y después<br />
de que naciera <strong>mi</strong> padre cumplió<br />
varias <strong>mi</strong>siones entre los indios en<br />
territorio indio... Puede eme haya<br />
El élder Spencer W. Kimball, 1943<br />
sido cuando recibí <strong>mi</strong> bendición patriarcal<br />
de manos del patriarca<br />
Samuel Claridge, cuando tenía nueve<br />
años. Una de las líneas de la bendición<br />
dice: "Predicarás el evangelio<br />
a mucha gente, pero muy especialmente<br />
a los lamanitas, porque el<br />
Señor te bendecirá con el don de<br />
lenguas y poder para describir el<br />
evangelio a e<strong>se</strong> pueblo con gran<br />
<strong>se</strong>ncillez. Los verás organizar<strong>se</strong> y<br />
estar preparados para <strong>se</strong>r un baluarte<br />
"entre este pueblo".<br />
No sé cuando empecé a apreciarlos,<br />
pero siempre he <strong>se</strong>ntido simpatía<br />
por los hijos e hijas de Lehi, así que<br />
recientemente, cuando el presidente<br />
S<strong>mi</strong>th llamó al hermano Cowley, al<br />
hermano Ivins, y a mí para atender<br />
sus problemas y ".. .para procurar<br />
esparcir el evangelio entre los indios...<br />
no solamente entre los que<br />
están cerca sino también entre los<br />
que <strong>se</strong> encuentran dispersos por el<br />
mundo, en las islas del mar o en<br />
cualquier otro lugar..." me invadió<br />
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una gran emoción como pocas<br />
veces lo he <strong>se</strong>ntido en <strong>mi</strong> vida.<br />
¡Había esperado cuarenta y dos<br />
años para el cumpli<strong>mi</strong>ento de esta<br />
profecía! Cuando fui llamado al<br />
campo <strong>mi</strong>sional en 1914, <strong>mi</strong> asignación<br />
fue a la Misión Suizo-Alemana,<br />
pero estalló la guerra y no pude ir<br />
allá, así que fui enviado a la Misión<br />
de los Estados del Centro. Yo sabía<br />
que no había indios en Alemania y<br />
Suiza, y sabía que en la Misión de<br />
los Estados del Centro sí había, sin<br />
embargo no había visto ni un indio<br />
en los dos años de <strong>mi</strong> <strong>mi</strong>sión. Entonces<br />
comencé a preguntarme,<br />
"¿Habré fallado yo o el patriarca?"<br />
y ahora, cuarenta y dos años después<br />
de la promesa, me llama el presidente<br />
George Albert S<strong>mi</strong>th a esa <strong>mi</strong>sión,<br />
y <strong>mi</strong> bendición está cumplida...<br />
Tenemos como medio <strong>mi</strong>llón de los<br />
hijos de Lehi en las islas del mar, y<br />
como <strong>se</strong><strong>se</strong>nta <strong>mi</strong>llones en Norte y<br />
Sudamérica, siendo quizás como la<br />
tercera parte de ellos de sangre pura,<br />
y las otras dos terceras partes son<br />
mezclas, pero tienen la sangre de<br />
Jacob en sus venas...<br />
Solamente mediante sus "ayos y nodrizas"<br />
(véa<strong>se</strong> 2 Nefi 10:9), podrán<br />
al fin disfrutar de las muchas promesas<br />
que <strong>se</strong> les han hecho. Suponiendo<br />
que cumplamos con nuestro<br />
deber para con ellos, los indios y<br />
otros hijos de Lehi aún <strong>se</strong> levantarán<br />
en poder y fuerza. El Señor recordará<br />
la promesa que les hizo; <strong>se</strong><br />
establecerá su iglesia en medio de<br />
ellos, <strong>se</strong> pondrán a su alcance la<br />
Biblia y otras Escrituras; podrán entrar<br />
a los templos sagrados para tomar<br />
sus investiduras y hacer la obra<br />
vicaria; obtendrán un conoci<strong>mi</strong>ento<br />
de sus padres y un conoci<strong>mi</strong>ento<br />
perfecto de su Redentor, Jesucristo;<br />
prosperarán en la tierra, y con nuestra<br />
ayuda, edificarán una ciudad<br />
santa, aun la Nueva Jerusalén, para<br />
su Dios...<br />
Que el Señor nos ayude a comprender<br />
nuestro deber en cuanto a esta<br />
gente y nos conceda el valor y la deter<strong>mi</strong>nación<br />
de garantizar que ellos<br />
tengan la educación, cultura, <strong>se</strong>guridad,<br />
y todas las otras ventajas y lujos<br />
que nosotros disfrutamos. (Conference<br />
Report, abril de 1947, págs.<br />
143-52.)