mi reino se extendera

al sacerdocio y se les mandó dejar
sus ocupaciones mundanas y llevar
el evangelio al mundo. Dios informó
a José Smith que se le había llamado
a podar la viña una vez más y por
última vez antes de la venida del
Hijo del Hombre. Desde entonces
se ha enviado a miles de élderes de
Israel a predicar el evangelio. José
Smith hizo todo esto en los quince
años que tuvo el sacerdocio. Que
cualquier hombre lea las revelaciones
que se hallan en el libro de
Doctrinas y Convenios, las que fueron
dadas por intermedio de José
Smith durante el tiempo que vivió
en esta tierra. Es uno de los mejores
registros que se han dado al género
humano; no sólo eso, sino que instauró
las investiduras e hizo una gran
cantidad de diferentes obras. ¿Quién
podría exigir que hiciera más cosas
en el corto tiempo que vivió? Yo
recibí mis investiduras de sus propias
manos. El sacó a luz todas las ordenanzas
que han sido dadas a los
Santos de los Últimos Días. De
hecho, es un prodigio y maravilla el
que haya efectuado tantas cosas.
Quiero decir, como Presidente de la
Iglesia de Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días, que deberíamos
seguir adelantando y progresando.
No hemos acabado de recibir revelación.
Aún no hemos acabado la
obra de Dios, sino que en este período
deseamos continuar con nuestra
obra y cumplir el mandamiento
de Dios dado por boca de Malaquías:
que el Señor enviaría a Elias el profeta,
y "El hará volver el corazón de
los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres,
no sea que yo venga y hiera la tierra
con maldición."
Sí, hijos de los hombres, yo os digo,
en el nombre del Dios de Israel, que
aquellos mismos principios que Dios
ha revelado, son los que han detenido
los juicios del altísimo sobre la
tierra. Si no fuera por estos principios
no estaríamos aquí ahora. Hemos
tenido apóstoles y profetas. El
presidente Brigham Young, que sucedió
a José Smith, nos guió hasta
este lugar. El organizó estos templos
y llevó a cabo los objetivos de su
llamamiento y cargo. Sobre esta roca
y otras montañas de Israel, puso los
cimientos de este gran templo. ¿Para
qué? Para que pudiéramos llevar a
CAPITULO 9
cabo estos principios de la salvación
de los muertos. El cumplió con todo
lo que el Señor le pidió que hiciera;
pero él no recibió todas las revelaciones
que corresponden a esta
obra; ni tampoco el presidente Taylor
o ahora el presidente Woodruff.
Esta obra no terminará hasta que
se perfeccione.
Quiero exponeros lo que debemos
hacer en este momento, y al hacerlo,
deseo llamar la atención del presidente
Lorenzo Snow, del Templo de
Salt Lake; del presidente Merrill, del
Templo de Logan; del presidente
J.D.T. McAllister, del Templo de
Manti, y del presidente D.H. Cannon,
del Templo de Saint George y la de
aquellos relacionados con ellos.
Habéis actuado de acuerdo con la
luz y el conocimiento que teníais,
pero ahora tenéis algo más que
hacer de lo que hasta el momento
habéis hecho. Por medio de las revelaciones
aún no hemos llevado totalmente
a cabo los principios que Dios
nos dio de sellar los corazones de
los padres a los hijos y el de los hijos
a los padres. No me he sentido satisfecho,
ni tampoco lo ha estado el
presidente Taylor, ni ningún otro
profeta desde la época del profeta
José, quien efectuó la ordenanza de
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adopción en los templos de nuestro
Dios. Sentíamos que había más cosas
por revelarse de las que habíamos
recibido sobre este asunto.
En el Templo de Saint George se
nos dieron revelaciones que el presidente
Young presentó ante la Iglesia
de Dios. Allí se efectuaron algunos
cambios, y aún estamos por ver más
cambios a efectos de satisfacer a
nuestro Padre Celestial, para satisfacer
a nuestros muertos y a nosotros
mismos. Os diré cuales son algunas
de estas cosas; he orado sobre
este asunto y también lo han hecho
los hermanos. Sentimos, como dijo
el presidente Taylor, que debemos
tener más revelaciones concernientes
al sellamiento bajo la ley de
adopción. Bueno, ¿cuáles son estos
cambios? Uno de ellos es el principio
de adopción.
Cuando comenzó este principio de
adopción de hombres y mujeres en
el Templo de Nauvoo, un gran número
de personas se adoptaron a
diferentes hombres que no eran del
linaje de sus padres, y algunos manifestaron
que al hacer la obra sintieron
que eso no era de Dios. Algunos
hombres iban y trabajaban
con toda su fuerza para conseguir
que otros se adoptaran a ellos...