mi reino se extendera

Para coordinar el trabajo de estas organizaciones,
el presidente Smith nombró
a un comité de correlación. En
medio del surgimiento de estas actividades
auxiliares, en la conferencia general
de abril de 1906, el presidente Smith
declaró lo siguiente: "Esperamos ver
el día... en que cada consejo del sacerdocio
... asuma su deber, magnifique su
llamamiento y ocupe su lugar en la
Iglesia Cuando llegue ese día, no
habrá mucha necesidad de lo que están
realizando ahora las organizaciones
auxiliares, porque todo será hecho por
los quórumes del sacerdocio" (Tomado
del Conference Report, abril de
1906, págs. 2 y 3). El presidente Smith
y sus consejeros también reconocían
la necesidad de aumentar la actividad
hogareña. Este énfasis dado al sacerdocio
y al hogar fue el precursor del
programa de correlación del sacerdocio
que habría de comenzar en 1960.
Doctrinas del evangelio
El presidente Joseph F. Smith fue un
notable expositor de la verdad del
evangelio; sus sermones y escritos han
sido compilados en el famoso libro titulado
Doctrina del Evangelio. Sus claras
definiciones fueron particularmente
necesarias durante esta época de controversias
sin precedencia que se veía
en todo el mundo, concerniente a cuánto
podía aceptarse de las enseñanzas de
las Escrituras. Cuando él presidía la
Iglesia, la Primera Presidencia dio a
conocer exposiciones doctrinales sobre
tópicos tales como el origen y la naturaleza
del Padre y del Hijo.
La Primera Presidencia también previno
a los Santos de los Últimos Días en
cuanto a falsas enseñanzas y falsas
revelaciones.
"El origen del hombre"
Esta explicación de verdad revelada,
dada a conocer en noviembre de 1909,
y que fue la primera de dos exposiciones
doctrinales de la Primera Presidencia,
llegó en un momento cuando
las ideas en cuanto a la teoría de la
evolución generaban gran controversia
sobre el origen del hombre.
De tanto en tanto surgen preguntas
respecto a la actitud de la Iglesia de
Jesucristo en cuanto a temas que,
aunque no son vitales desde el punto
de vista doctrinal, están estrechamente
relacionados con los principios
fundamentales de salvación. La
última pregunta de esta índole que
CAPITULO 11
nos ha llegado, es acerca del origen
del hombre. Creemos que una declaración
de la posición que ejerce
la Iglesia sobre este importante asunto,
es apropiado y de beneficio para
los miembros en este momento.
Al presentar la siguente declaración,
no creemos que estamos dando algo
nuevo en esencia; ni tampoco es
nuestro deseo el hacerlo. La "verdad"
es lo que deseamos exponer,
y la verdad —la eterna verdad— es
algo fundamentalmente antiguo. Todo
lo que intentamos hacer ahora
es exponer de nuevo la actitud original
de la Iglesia en cuanto a este
tema. El único propósito de esta presentación
es decir la verdad tal como
Dios la ha revelado, recomendarla
para que sea aceptada por aquellos
que necesitan conformar sus opiniones
a la de la Iglesia.
"Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y
hembra los creó." (Génesis 1:27.)
Con estas palabras simples y exac-
Joseph F. Smith, 1838-1918
tas, el autor de Génesis hizo saber al
mundo la verdad en cuanto al origen
de la familia humana. Moisés, el profeta-historiador,
"versado", como se
nos dice, "en toda la sabiduría de los
egipcios", al hacer esta importante
declaración no estaba expresando
una mera opinión o una teoría derivada
de sus investigaciones en la
erudición oculta de ese pueblo antiguo.
El estaba hablando como portavoz
del Señor, y su solemne declaración
era para todas las épocas y
para todos los pueblos. Ningún revelador
de esta verdad, posterior a
75
bibliotecasud.blogspot.com
Moisés, ha contradicho al gran líder
y legislador de Israel. Todos los que
han hablado desde entonces por el
poder de Dios sobre este tema, han
confirmado su simple y solemne
declaración. No podría ser de otro
modo. La verdad no tiene sino una
fuente de origen, y todas las revelaciones
del cielo concuerdan unas
con otras. El Dios Omnipotente, el
Creador del cielo y de la tierra —le
había mostrado a Moisés todo lo
pertinente a este planeta, incluso los
hechos que tienen que ver con el
origen del hombre; y la proclama
autorizada de este poderoso profeta
y vidente a la casa de Israel y por
medio de Israel a todo el mundo, está
expresada en una simple oración:
"Dios creó al hombre a su propia
imagen" (Génesis 1:27, Perla de
Gran Precio: Moisés 1:27-41).
La creación constó de dos partes, la
Primera espiritual y la segunda temporal.
Esta verdad también la enseñó
Moisés claramente —mucho más
clara de lo que nos ha llegado en las
traducciones imperfectas de la Biblia
que ahora usamos. En ella se implica
claramente, que la creación espiritual
precedió a la creación temporal, pero
la prueba de ello no está tan clara y
convincente allí como en otros registros
que los Santos de los Últimos
Días consideran de similar validez
con las escrituras judías. Indudablemente,
la oscuridad parcial de las
escrituras judías en cuanto a la creación,
se debe a la pérdida de esas
partes "simples y preciosas" que,
como nos dice el Libro de Mormón,
han sido sacadas de la Biblia con el
paso de los siglos (1 Nefi 13:24-29).
Cuando José Smith hacía la revisión
de esas escrituras, intentó restaurar
las partes que faltaban y, como resultado
tenemos el relato más completo
de la creación, el cual se encuentra
en el Libro de Moisés que acabamos
de citar. Nótense los siguientes pasajes:
"He aquí, te digo que éstos son los
orígenes del cielo y de la tierra,
cuando fueron creados, el día que yo,
Dios el Señor, hice el cielo y la tierra.
"Y toda planta del campo antes de
que se hallase sobre la tierra, y toda
hierba del campo antes que creciese.
"Porque yo, Dios el Señor, crié espiritualmente
todas las cosas de que
he hablado antes que existiesen