mi reino se extendera

descubrimientos para nuestro uso.
El cambiará el corazón de los reyes
y magistrados y emperadores, o desviará
rfos y abrirá mares o encontrará
el camino para ablandar los corazones.
El abrirá las puertas y hará
posible la obra proselitista. Tengo
gran fe en esto.
El Señor nos ha prometido que el
mal nunca podrá frustrar por completo
la obra que El nos ha mandado
hacer.
"Este reino continuará aumentando
y creciendo, extendiéndose y prosperando
más y más. Cada vez que
sus enemigos pretendan derrotarlo
se volverá más poderoso y crecerá
más en vez de desintegrarse. Se extenderá
más y será más sobresaliente
y maravilloso para las naciones, hasta
que llene toda la tierra." (Presidente
Brigham Young, conferencia
de abril de 1852.)
Estoy seguro que estáis familiarizados
con la declaración del profeta
José Smith en las Cartas de Wentworth
escritas el 1 de marzo de 1842.
(History of the Church, vol. 4, pág.
536.) Estoy seguro que el profeta
José vio en el futuro y se dio cuenta
de los muchos problemas y enemistades
entre las naciones, de temores
de guerra y de las conmociones y
celos, y estoy seguro que él sabía
que sucederían todas estas cosas, y
a pesar de todo declaró con osadía y
seguridad:
"Ninguna mano impía puede detener
el progreso de la obra; las
persecuciones se encarnizarán, el
populacho podrá conspirar, los ejércitos
podrán juntarse, y la calumnia
podrá difamar; mas le verdad de
Dios seguirá adelante valerosa, noble
e independientemente, hasta que
haya penetrado en todo continente,
visitado toda región, abarcado todo
país y resonado en todo oído, hasta
que se cumplan los propósitos de
Dios, y el gran Jehová diga que la
obra está concluida." (Lecciones
para el seminario de preparación
para el templo, pág. 32.)
Ante nosotros se destaca la grandiosidad
de la obra, cuando consideramos
que la población del
mundo se va acercando a los cuatro
billones.
Hermanos, no pretendo engañarme
pensando que éste será un asunto
CAPITULO 21
El Presidente y la hermana Kimbali saludan a í
de Washington
fácil y no necesitará esfuerzo, o que
puede hacerse de la noche a la
mañana, pero tengo fe en que podemos
seguir adelante y extendernos
más rápido de lo que lo estamos
haciendo.
Al contemplar esta demanda casi
imposible, creo que vosotros hermanos,
nuestros representantes, estáis
en la posibilidad de aceptar el
desafío inmediatamente y explicar a
vuestra gente en vuestras estacas y
misiones la manera en que deben
ayudar a aumentar la fuerza misional,
la manera en que pueden
financiar sus misiones, cómo pueden
enseñar y capacitar a estos misioneros
adicionales, y cómo pueden
progresar por medio de las agencias
de la Iglesia. Es aquí en donde vosotros
entráis en acción...
Ya he declarado el problema, pero
creo tener una solución. Si todos
nos unimos en mente, corazón y
propósito, podremos progresar y
cambiar la imagen que parece predominar
de que "todo esta bien, no
hagamos cosas que puedan disturbar".
En todos los países que he visitado,
he encontrado mucha gente inteligente
y calificada quienes ocupan
posiciones de liderato en sus países,
y también recuerdo haber visto a
mucha gente en los países subdesarrollados
gozando de los beneficios
del evangelio.
En cuanto a la obra misional dentro
de nuestras estacas en Utah, casi
no hemos hecho nada.
El hermano T. Bowring Woodbury
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ama, Betty Ford en el Templo
nos informó que había 93 familias
cooperando en una de las estacas de
Utah, las cuales estaban trabajando
con 93 familias que no eran miembros
y con las que solamente parte
eran miembros. Clifford Johnson nos
comentó acerca del plan de traer a
la Iglesia a 26 personas que no sean
miembros, en unos cuantos meses.
Esto se puede hacer.
Podemos cambiar la imagen y acercarnos
al ideal establecido por el
presidente McKay: "Cada miembro,
un misionero", ¡Eso fue inspirado!
Sé que este mensaje no es nuevo, y
que ya hemos hablado antes al respecto,
pero creo que el tiempo ha
llegado cuando debemos redoblar
nuestros esfuerzos. Creo que debemos
cambiar nuestras miras y elevar
nuestras metas.
Cuando hayamos aumentado el
número de misioneros de las regiones
organizadas de la Iglesia acerca
del potencial que éstas tienen,
o sea, que todo muchacho capacitado
y digno vaya a una misión;
cuando todas las estacas y misiones
del extranjero proporcionen misioneros
suficientes para sus respectivos
países, a fin de relevar el ejército
de muchachos de los Estados
Unidos y Canadá que sirven en ellos;
cuando hayamos utilizado los servicios
de nuestros hombres capaces
para ayudar a los apóstoles a abrir
nuevos lugares para predicar el
evangelio y extender la obra, cuando
hayamos utilizado los satélites espaciales
y otros descubrimientos de
este tipo en todo lo que puedan ser-