CENTRO DE ATENCION PASTORAL - Acceso Siweb
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menos que podrían hacer es acudir a la llamada. Me contaba un compañero<br />
que en uno de esos pueblos llegaron a decirle: “Usted es el mejor cura que<br />
hemos tenido, porque no viene casi nunca por aquí”. Esta es la cruda<br />
realidad no sólo geográfica, sino pastoral. Pero si no tienen disculpa los que<br />
viven lejos, mucho menos los que teniendo cerca de los sacerdotes<br />
prescinden alegremente de sus servicios.<br />
Afortunadamente la moral “ignaciana” de estos curas hace que no por<br />
ello se desanimen, sino todo lo contrario. Son un extraordinario ejemplo de<br />
ilusión y celo pastoral, del que debería tomar buena nota el resto de la<br />
Diócesis. En efecto, como ya indicábamos, viven en Toral dos sacerdotes,<br />
estando ya totalmente finalizadas las obras del Centro, con sendas<br />
viviendas, haciendo juntos la programación pastoral y alternando<br />
mensualmente en la atención a sus diecisiete pueblos, así como<br />
compartiendo fraternalmente los dineros. Allí se encuentran también las<br />
nuevas oficinas de Cáritas. Si la respuesta a sus ofertas de catequesis de<br />
adultos o de formación cristiana no es tan numerosa como cabría de esperar,<br />
no es culpa de ellos. En todo caso, tendrán que dar cuenta ante Dios los<br />
feligreses que, recibiendo unos talentos que otros no tienen la dicha de<br />
poder tener a su alcance, hacen oídos sordos como el empleado perezoso de<br />
la parábola. Si en muchas parroquias de nuestra Diócesis habría que decir.<br />
“¡Dios mío, qué buen vasallo si tuviera buen Señor!”, aquí la frase habría de<br />
ser otra: “¡Dios mío, qué Reino más hermoso, si respondieran vasallos!”.<br />
Pero como nos el que siembra ni el que riega, sino Dios quien pone el<br />
incremento, nos alegramos y damos gracias a Dios de corazón por este<br />
Centro de Atención Pastoral de los Vados. Si con esfuerzo las rocas calizas<br />
son capaces de transformarse en el polvo del cemento para construir sólidos<br />
edificios, el esfuerzo de los sacerdotes, con la ayuda del Espíritu, también<br />
será capaz de modelar los espíritus para construir el Reino de Dios.<br />
TORAL <strong>DE</strong> MERAYO<br />
Subir<br />
Saliendo de Ponferrada por la vieja carretera de Orense, al otro lado del<br />
río Sil y escondido tras el monte Pajariel, se encuentra Toral de Merayo,<br />
pueblo rico y productivo, bañado también por el río Oza, cuya monumental<br />
Iglesia y su no menos interesante ermita nos hablan de un pasado<br />
esplendoroso. En realidad la mayoría de los pueblos y paisajes que hoy nos<br />
ocupan rezuman riqueza natural, belleza e historia. Baste recordar el<br />
incomparable paraje de la antigua mina romana de oro de las Médulas, el<br />
Castillo de Cornatel o el legendario Lago de Carucedo. O si alguien desea<br />
contemplar el inmenso jardín berciano sólo tiene que acercarse a Santalla o<br />
Priaranza, balcones del Bierzo.<br />
Forman parte estos pueblos del Arciprestazgo de Valdueza. Por ello, si<br />
queremos aproximarnos un poco al arte de sus templos, podemos acudir al<br />
libro “Conoce tu Arciprestazgo de Valdueza”, anónimo, pero con la huella<br />
inconfundible de Don José María Voces Jolías, experto en la materia. Junto<br />
con él, párroco de Santalla, ejercen su ministerio pastoral en este CAP Don<br />
Manuel Nogaledo Calvo (Villalibre de la Jurisdicción), Don Juan Ignacio<br />
Blanco Raído (Toral de Merayo), Don Buenaventura Casado Blanco<br />
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