Informe completo - Amnistía Internacional España
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Destinos inconfesables, obligaciones incumplidas<br />
<strong>España</strong> en la “guerra contra el terror”<br />
6<br />
para responder al terror no parece sólido. Así, el Estado español ha accedido a extraditar a personas solicitadas<br />
por Gobiernos con un historial inquietante en materia de derechos humanos y aceptar como válidas “garantías”<br />
que no valen ni el papel en el que están escritas. <strong>España</strong> no sólo incumple obligaciones internacionales al no<br />
observar el “principio de no devolución”, cuando extradita a personas a destinos en los que pueden sufrir graves<br />
abusos, como la tortura, sino también cuando recurre a la expulsión y determina el retorno forzado de personas<br />
a tales destinos. Tales traslados con independencia de las promesas y garantías de los Estados, no eximen a<br />
<strong>España</strong> de su responsabilidad por la suerte que corran tales personas.<br />
La colaboración entre Estados no puede ignorar imperativos en materia de derechos humanos y <strong>España</strong> es<br />
responsable por toda forma de colaboración que contribuya a violaciones de estos derechos. Tal es la regla que<br />
debe instruir la conducta de todos sus funcionarios y la manera de demostrar en la práctica, no sólo en la retórica,<br />
respeto por la legalidad internacional en la lucha contra el terrorismo.<br />
En 2003 el Consejo de Seguridad de la ONU recordaba que los Estados están obligados a cerciorarse de que<br />
las medidas que adopten para luchar contra el terrorismo cumplen todas las obligaciones que les incumben con<br />
arreglo al derecho internacional […], en particular las normas relativas a los derechos humanos y a los refugiados<br />
y al derecho humanitario” 2 .<br />
En opinión de <strong>Amnistía</strong> <strong>Internacional</strong>, <strong>España</strong> no ha estado a la altura de sus obligaciones. La organización ha<br />
encontrado importantes motivos de preocupación sobre hechos que corresponden al periodo anterior al 2004,<br />
pero también sobre hechos posteriores a esta fecha, sobre los cuales también deben llevarse a cabo investigaciones<br />
exhaustivas e independientes, cuyos resultados sean públicos.<br />
Este informe pone de relieve lo siguiente:<br />
Al igual que otros países europeos, <strong>España</strong> permitió durante más de cuatro años que la Agencia<br />
Central de Inteligencia de EEUU (CIA, en inglés) utilizara aeropuertos y el espacio aéreo español<br />
para sus operaciones de detenciones secretas y entregas extraordinarias 3 . Una investigación del<br />
Parlamento Europeo ha documentado 68 escalas de aviones supuestamente vinculados a la CIA<br />
en aeropuertos españoles hasta finales de 2005. Una cifra que aumenta si se le añaden las más<br />
de 20 escalas realizadas por otros aviones que, aunque con destinos menos preocupantes, también<br />
han sido relacionados con la CIA. Al margen de lo que puedan añadir las investigaciones judiciales<br />
que se están llevando a cabo en la Audiencia Nacional en materia de responsabilidades individuales,<br />
hay evidencias suficientes que permiten afirmar que las autoridades españolas no hicieron nada<br />
para impedir el uso del territorio español para facilitar las entregas extraordinarias y detenciones<br />
secretas planeadas por la CIA, con el pretexto de hacer frente al terrorismo. Una vez se conoció el<br />
escándalo de los vuelos secretos, el Gobierno español tampoco impulsó investigaciones exhaustivas,<br />
independientes e imparciales para esclarecer si hubo violaciones de derechos humanos en territorio<br />
español o fuera de él a través del uso de aeropuertos y otras infraestructuras.<br />
Además, informes posteriores revelaron el uso de bases militares españolas para una docena de<br />
vuelos militares estadounidenses con origen o destino la base naval de Guantánamo, entre 2002<br />
y septiembre de 2007. Estos vuelos fueron amparados por el Convenio de Cooperación para la<br />
Defensa con Estados Unidos, que sólo requiere una autorización genérica para el uso de las bases<br />
de Rota y Morón de la Frontera por parte de las aeronaves estadounidenses. Varios de estos aviones<br />
podrían haber trasladado personas detenidas ilegalmente. En cualquier caso, alrededor de 200<br />
personas llegaron a Guantánamo en aviones militares estadounidenses que aunque no siempre<br />
despegaron de bases españolas, si cruzaron el espacio aéreo español, cuyo uso también está sometido<br />
a autorización de las autoridades españolas. Sobre estos vuelos, el Gobierno español no informó<br />
ni al Parlamento Europeo, ni al Consejo de Europa ni al Congreso de los Diputados.<br />
2. S/RES/1456, 20 de enero de 2003.<br />
3. <strong>Amnistía</strong> <strong>Internacional</strong> utiliza el término “entrega extraordinaria” para referirse al traslado internacional de personas cuya custodia pasa<br />
así de un Estado a otro sin el debido proceso judicial y administrativo. Las entregas extraordinarias violan el derecho internacional, porque<br />
no respetan el requisito del debido proceso, y a menudo conllevan múltiples violaciones de derechos humanos, como detención ilegal y<br />
arbitraria, tortura u otros malos tratos y desaparición forzada. La mayoría de las víctimas de entrega extraordinaria de las que se tiene noticia<br />
fueron aprehendidas en Pakistán o Afganistán; algunas fueron trasladadas por Estados Unidos a países de Oriente Medio y permanecieron<br />
allí o volvieron a quedar bajo custodia de Estados Unidos y fueron enviadas a Guantánamo o a centros secretos de detención en “lugares<br />
negros” gestionados por la CIA.