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armas pequeñas y livianas: una amenaza a la seguridad hemisférica

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ARMAS PEQUEÑAS Y LIVIANAS: UNA AMENAZA A LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA<br />

Falta <strong>la</strong> integración SIGMA/SINARM<br />

Por ello, desde que Viva Rio, hace siete años, concluyó que <strong>la</strong> diseminación de <strong>armas</strong> de<br />

fuego era un aspecto secundario, pero esencial, para explicar <strong>la</strong> explosión de violencia armada<br />

que afecta Río de janeiro, pasamos a dar prioridad a <strong>la</strong> producción de <strong>una</strong> base de datos sobre<br />

<strong>armas</strong>. Y llevamos esta óptica al Par<strong>la</strong>mento, que al votar el Estatuto de Desarme instituyó como<br />

“corazón” de <strong>la</strong> nueva ley <strong>la</strong> fusión de los dos bancos de datos existentes, el SIGMA, del Ejército,<br />

y el SINARM, de <strong>la</strong> Policía Federal, y su perfeccionamiento. Como ya explicamos en “Armas de<br />

Fuego en Brasil”, es esencial que el Ejército alimente el SINARM con su información sobre <strong>armas</strong>,<br />

para que <strong>la</strong> Policía Federal pueda promover el rastreo como política constante en Brasil.<br />

Se hicieron inversiones en <strong>la</strong> compatibilización de los dos sistemas y en su perfeccionamiento.<br />

Pero varios testimonios de policías a <strong>la</strong> CPI desve<strong>la</strong>ron que el Directorio de Fiscalización de<br />

Productos Contro<strong>la</strong>dos (DFPC) resiste en unificar ambos sistemas, pasados 3 años de promulgada<br />

<strong>la</strong> nueva ley, que dio a <strong>la</strong> DFPC un p<strong>la</strong>zo de un año para promover <strong>la</strong> unificación. Éste es un<br />

hecho grave, resultado de un corporativismo y de <strong>una</strong> arrogancia militar que ya no tienen lugar<br />

en <strong>la</strong> democracia. Se trata de <strong>una</strong> recusa a cumplir <strong>la</strong> ley, que determina <strong>la</strong> integración de los<br />

sistemas. La CPI, en su conclusión, debe dar importancia a esta denuncia, y debe exigir medidas<br />

rigurosas del gobierno para el encuadramiento de estos sectores militares que escapan a <strong>la</strong> disciplina,<br />

y dificultan el trabajo de <strong>la</strong> Policía Federal en <strong>la</strong> represión a los desvíos de armamento.<br />

Otro hecho desve<strong>la</strong>do en <strong>la</strong> CPI, admitido por el propio general director de <strong>la</strong> DFPC, es que el<br />

SIGMA, que por ley debería reunir toda <strong>la</strong> información sobre <strong>armas</strong> de <strong>la</strong>s tres Fuerzas Armadas,<br />

cuenta so<strong>la</strong>mente con datos del Ejército, ya que <strong>la</strong> Fuerza Aérea y <strong>la</strong> Marina siempre se reusan<br />

a compartir su información. Una demostración más de cómo subsisten sectores militares afectos<br />

a un corporativismo obsoleto, en falta de respeto a <strong>la</strong>s instituciones democráticas republicanas, y<br />

en perjuicio de <strong>una</strong> política de <strong>seguridad</strong> pública.<br />

Otros obstáculos institucionales a <strong>la</strong> producción de información<br />

Observando el comportamiento del Estado durante esos años de investigación, observaciones<br />

profundizadas con el acceso de <strong>la</strong> CPI a los meandros del Estado y del tráfico de <strong>armas</strong> y del<br />

crimen organizado, se consolidó entre nosotros <strong>la</strong> visión de que por lo general <strong>la</strong>s instituciones<br />

que tratan con <strong>armas</strong> y municiones no co<strong>la</strong>boran con <strong>la</strong> policía en <strong>la</strong> investigación del desvío de<br />

esos productos al mercado ilícito.<br />

Diversos testimonios en <strong>la</strong> CPI de jefes de policía confirmaron que los fabricantes se recusan<br />

a darles información sobre <strong>armas</strong> vendidas, para que puedan desbaratar <strong>la</strong>s cuadril<strong>la</strong>s de<br />

tráfico de <strong>armas</strong>; el sector Judicial no suministra <strong>la</strong> autorización, o es demasiado lento en ese<br />

procedimiento, para que se preste esa información; y <strong>la</strong>s policías de los Estados brasileños, que<br />

con <strong>la</strong> nueva ley perdieron el poder de administrar <strong>la</strong> información sobre <strong>armas</strong> incautadas, se reusan<br />

a cumplir <strong>la</strong> ley, y no envían los datos al SINARM, el banco de datos de <strong>la</strong> Policía Federal.<br />

De los 26 Estados, más el Distrito Federal, a los que solicitamos que enviaran a <strong>la</strong> CPI<br />

información sobre <strong>armas</strong> incautadas por sus Secretarías de Seguridad, sólo 6 respondieron: 7<br />

con informaciones aceptables, en términos de calidad (en orden decreciente de calidad: Río de<br />

janeiro, Distrito Federal, São Paulo, Bahia, Río Grande do Sul, Mato Grosso do Sul y Goiás); y 9<br />

con información irregu<strong>la</strong>r (Rondônia, Paraná, Amapá, Santa Catarina, Roraima, Acre, Amazonas,<br />

Tocantins y Pernambuco). 2 Estados ni siquiera respondieron a <strong>la</strong> CPI, desobedeciendo <strong>la</strong> ley.<br />

En otras pa<strong>la</strong>bras, el problema no está sólo en <strong>la</strong> falta de integración entre los niveles estadual<br />

y federal, pero también en el deseo de monopolizar <strong>la</strong> información como moneda política,

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