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armas pequeñas y livianas: una amenaza a la seguridad hemisférica

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ARMAS PEQUEÑAS Y LIVIANAS: UNA AMENAZA A LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA<br />

sentido, especialmente en <strong>la</strong> década de los ochenta mediante grupos como Alfaro Vive Carajo<br />

(AVC) y <strong>la</strong>s Montoneras Patria Libre (MPL), ambas organizaciones vincu<strong>la</strong>das estrechamente a los<br />

grupos guerrilleros colombianos de aquel entonces, en particu<strong>la</strong>r al M-19, <strong>la</strong>s FARC y el EPL, en <strong>la</strong><br />

forma de <strong>la</strong> denominada Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar.<br />

Estos grupos dimitieron del uso de <strong>la</strong>s <strong>armas</strong> debido a su pobrísima inserción social que no<br />

les permitió acumu<strong>la</strong>r fuerza sufi ciente para presentarse como reto permanente ante el estado;<br />

a ello se sumó <strong>una</strong> pequeña guerra sucia durante el gobierno de Febres Cordero y <strong>una</strong> posterior<br />

negociación de reinserción en el gobierno de Borja (caso AVC) y <strong>una</strong> acción más política en el caso<br />

del MPL. Ello permitió observar <strong>la</strong> capacidad del Estado para incluir a los grupos contestatarios a<br />

fi nes de los ochenta e inicios de los noventa.<br />

No obstante, el grado de convulsión y confl icto social actual es alto, sobre todo porque <strong>la</strong><br />

expectativa de procesos eleccionarios como salida legitima a <strong>la</strong> crisis es cada vez menos creíble<br />

para los sectores sociales organizados, más aún cuando vuelve a emerger un racismo so<strong>la</strong>pado,<br />

transmitido por autoridades estatales y medios de opinión, contra corriente del proceso de inclusión<br />

de los indígenas acaecido <strong>la</strong> década pasada. Por otro <strong>la</strong>do, <strong>la</strong> percepción de in<strong>seguridad</strong> y <strong>la</strong><br />

petición de políticas de <strong>seguridad</strong> de “mano dura” para gestionar cuestiones sociales y políticas,<br />

gana piso entre sectores medios y altos.<br />

Perú atravesó un proceso eleccionario cuyo vencedor en <strong>la</strong> segunda vuelta fue A<strong>la</strong>n García,<br />

generando un respiro a <strong>la</strong>s peores previsiones que auguraban un escenario sumadamente problemático<br />

en el caso de que Huma<strong>la</strong> hubiese vencido y llegado al poder con un discurso militarista,<br />

xenófobo y autoritario que generó preocupación en sus vecinos, sobre todo Ecuador y Chile. Las<br />

condiciones de crecimiento económico, al menos en lo que respecta a los equilibrios de cuentas<br />

y los indicadores macroeconómicos hacen pensar que el crecimiento económico peruano puede<br />

paliar los aspectos más graves de <strong>la</strong> desigualdad en <strong>la</strong> distribución de <strong>la</strong> riqueza. Sin embargo ello<br />

depende de <strong>la</strong> implementación de políticas sociales y económicas redistributivas, del rediseño de<br />

los equilibrios y asimetrías regionales que son y seguirán siendo fuente de graves distorsiones que<br />

pueden llevar a <strong>la</strong> reactivación de procesos de violencia social y política.<br />

Después de veinte años de violencia armada (1980-2000) en el país, <strong>la</strong> denominada fase de<br />

“post-confl icto” presenta diversas manifestaciones que permiten <strong>la</strong> conservación de <strong>la</strong> violencia.<br />

Aunque se terminó <strong>la</strong> guerra sucia entre el gobierno autoritario de Fujimori y el grupo terrorista<br />

Sendero Luminoso, que había retado al Estado desde inicios de los ochenta y dirigido sus acciones<br />

no so<strong>la</strong>mente contra <strong>la</strong>s instituciones sino también contra <strong>la</strong> sociedad civil; aún no se han logrado<br />

desactivar alg<strong>una</strong>s estructuras paramilitares que permanecen en estado de <strong>la</strong>tencia, con ocasionales<br />

apariciones. La guerril<strong>la</strong> tampoco ha sido totalmente desmontada, y columnas de SL siguen<br />

operativas en zonas marginales de <strong>la</strong> Amazonía especialmente, a pesar del embate masivo del<br />

Estado contra estas organizaciones.<br />

Finalmente, en el caso de Venezue<strong>la</strong> el contexto político se caracteriza por <strong>una</strong> po<strong>la</strong>rización<br />

continua y creciente en torno al gobierno de Hugo Chávez y el proyecto político que defi ende.<br />

El gobierno, autodefi nido como nacionalista, participativo, redistributivo e incluso socialista, y los<br />

grupos sociales que lo apoyan se encuentran enfrentados a <strong>una</strong> oposición que acusa a Chávez de<br />

populista y autoritario.<br />

Por lo demás, el actual gobierno venezo<strong>la</strong>no ha entrado en <strong>una</strong> etapa de incremento sustantivo<br />

de su confrontación con los Estados Unidos, estableciendo vínculos con los Estados califi cados como<br />

adversarios de Washington –Bielorusia, Siria, Irán, Cuba- o competidores de <strong>la</strong>rgo alcance –China-, en<br />

<strong>una</strong> política de carácter confrontacional que incluye variados incidentes diplomáticos y el cambio de <strong>la</strong>s<br />

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