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armas pequeñas y livianas: una amenaza a la seguridad hemisférica

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ARMAS PEQUEÑAS Y LIVIANAS: UNA AMENAZA A LA SEGURIDAD HEMISFÉRICA<br />

del 50% de <strong>la</strong>s tentativas de rastreo fracasan (debido a problemas con el número de serie, <strong>la</strong> edad<br />

del arma, errores en los formu<strong>la</strong>rios o ausencia de registros adecuados por parte de <strong>la</strong> industria o de<br />

los comerciantes). Si el arma es vendida después en el mercado secundario, no se requieren trámites,<br />

lo cual difi culta determinar quién es el propietario, por lo que se requiere mayor investigación.<br />

El rastreo exitoso permite que <strong>la</strong>s autoridades encargadas de hacer cumplir <strong>la</strong> ley resuelvan los<br />

crímenes individuales al re<strong>la</strong>cionar <strong>la</strong>s <strong>armas</strong> con los sospechosos. Al establecer esta re<strong>la</strong>ción, los<br />

datos de rastreo también pueden reve<strong>la</strong>r mucha información sobre los patrones más amplios del<br />

tráfi co de <strong>armas</strong>. Mientras que el rastreo en sí mismo no constituye <strong>una</strong> prueba de tráfi co, puede<br />

reve<strong>la</strong>r indicadores que pueden servir como base para investigaciones posteriores. De acuerdo<br />

a <strong>la</strong> ATF, los indicadores de tráfi co son: <strong>armas</strong> que han sido utilizadas en múltiples crímenes que<br />

conducen al mismo FFL; el tiempo entre de <strong>la</strong> primera venta al menudeo y <strong>la</strong> realización del crimen<br />

(que reve<strong>la</strong>, si el tiempo es corto, que <strong>la</strong> compra pudo haber sido intencionalmente realizada para<br />

perpetrar ese crimen); un FFL que no responde a <strong>la</strong>s solicitudes de rastreo o que tiene registros<br />

incompletos; robos frecuentes o signifi cativos, pérdidas reportadas por un FFL; y ventas múltiples<br />

frecuentes por parte de un mismo FFL.<br />

Hasta inicios de los noventa, <strong>la</strong> policía no realizaba rastreos de rutina en los crímenes armados.<br />

Esto cambió en 1994, cuando <strong>la</strong> ATF comenzó a solicitar “rastreos amplios” a <strong>la</strong>s autoridades locales<br />

encargadas de <strong>la</strong> ley. Sobre <strong>la</strong> base de esta información, <strong>la</strong> ATF organizó los datos de rastreo<br />

y publicó varios informes – incluyendo <strong>la</strong> serie Iniciativa de Prohibición de Crímenes de Armas por<br />

Jóvenes, Siguiendo al Arma, y Comercio de Armas de Fuego en Estados Unidos- 197 que identifi caron<br />

los patrones de tráfi co y seña<strong>la</strong>ron a los comerciantes corruptos. Bajo <strong>la</strong> administración Bush, <strong>la</strong> ATF<br />

dejó de publicar estos informes.<br />

Los análisis de <strong>la</strong> ATF sobre el rastreo de <strong>armas</strong> han ayudado a <strong>la</strong> policía y a los políticos para<br />

comprender los mercados ilegales de <strong>armas</strong> y cómo se abastecen. Sin embargo, en 2004 el Congreso<br />

prohibió a <strong>la</strong> ATF compartir estos datos agregados con <strong>la</strong>s agencias de cumplimiento de <strong>la</strong> ley<br />

y los funcionarios estatales. Sólo los resultados de rastreos específi cos son proporcionados a los<br />

solicitantes. Esto impide severamente <strong>la</strong>s posibilidades para que <strong>la</strong>s autoridades puedan analizar<br />

los patrones de tráfi co de <strong>la</strong>s <strong>armas</strong> de fuego o identifi car a los comerciantes de <strong>armas</strong> corruptos.<br />

Quienes propusieron que estos datos se mantuvieran en secreto argumentan que hacerlos públicos<br />

podría comprometer <strong>la</strong>s investigaciones en curso, pero <strong>la</strong>s agencias encargadas de hacer cumplir <strong>la</strong><br />

ley argumentan que ésto es necesario para poder ayudar a combatir el tráfi co de <strong>armas</strong>.<br />

La iniciativa contra el tráfi co de <strong>armas</strong> de Nueva York ilustra <strong>la</strong> importancia del análisis del<br />

rastreo para cumplir <strong>la</strong> ley. A través del rastreo, <strong>la</strong>s autoridades de Nueva York determinaron que <strong>la</strong><br />

mayoría de <strong>la</strong>s <strong>armas</strong> usadas en crímenes no habían sido vendidas en Nueva York, sino que provenían<br />

de otros estados con leyes más débiles. De hecho, 40 trafi cantes en otros 5 estados habían<br />

vendido <strong>armas</strong> que fueron recuperadas en más de 800 crímenes en Nueva York entre 1994 y 2001.<br />

A partir de esta información, <strong>la</strong>s autoridades de <strong>la</strong> ciudad organizaron un operativo de dos meses a<br />

principios del 2006 en el cual enviaron agentes encubiertos a 40 tiendas. Un agente simuló ser el<br />

comprador potencial, mientras que otro, normalmente <strong>una</strong> mujer, simuló ser su comprador prestanombres,<br />

sometiéndose a <strong>la</strong> verifi cación de antecedentes al momento fi nal de <strong>la</strong> venta, aún cuando<br />

el arma c<strong>la</strong>ramente sería utilizada por su compañero. 198 Bajo <strong>la</strong> ley federal un comerciante debe de<br />

197 Por sus nombres en inglés: Youth Crime Gun Interdiction Initiative series, Following the Gun, Commerce in<br />

Firearms in the United States, ATF.<br />

198 Diane Cardwell. “City Alleges Illegal Gun Sales in 5 States.” New York Times, 16 de mayo, 2006.

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