Crisis y contradicciones del ?capitalismo del siglo XXI? - LOR-CI
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Estrategia<br />
Internacional<br />
N° 24<br />
diciembre 2007<br />
enero 2008<br />
64<br />
econoMia<br />
liquidado sino agravado los desequilibrios de la economía mundial; en otras<br />
palabras, que el riesgo de grandes catástrofes no ha desaparecido, sino que se ha<br />
extendido en el tiempo, al precio de aumentarlo en proporción y en explosividad<br />
cuando estalle. Por tanto, lejos de toda visión evolutiva propia de los brokers<br />
de las finanzas que consideran que el Banco Central norteamericano 74 siempre<br />
podrá evitar las grandes pérdidas, y que por tanto se puede seguir arriesgando<br />
y endeudándose sin límites, que, como se muestra en la actual crisis, ha dejado<br />
al descubierto los agujeros negros de los mayores bancos <strong>del</strong> mundo 75 , el único<br />
74 El aura que rodeaba al llamado “mago” de las finanzas, Alan Greenspan, presidente de la FED durante<br />
casi dos décadas, era la expresión más elocuente de que con la financierización brutal de la economía la<br />
alineación propia <strong>del</strong> sistema mercantil se ha desarrollado a niveles jamás alcanzados, en donde el poder<br />
de los accionistas y la colectivización <strong>del</strong> ahorro han desplazado las decisiones a jerarquías anónimas<br />
que manipulan fondos y títulos y gobiernan así la vida de miles de millones de hombres y mujeres en el<br />
planeta.<br />
75 Así, el principal banco <strong>del</strong> mundo, el Citicorp, hace miles de piruetas para ocultar su verdadera contabilidad,<br />
frente a evidencias cada vez más certeras de que no dispone <strong>del</strong> capital suficiente para solventar<br />
sus compromisos, en otras palabras, que está virtualmente quebrado al menos según los parámetros de la<br />
contabilidad tradicional. Según MarketWatch (05/11/07), Citigroup mantenía 134 mil 840 millones de<br />
dólares en el llamado “nivel tres”, cuyas tenencias “carecen de liquidez y frecuentemente no son cotizables<br />
y sus valuaciones se basan en la intuición de la directiva”. En finanzas contables, el “nivel tres” equivale<br />
al valor de “activos” no determinados por el mercado, por lo que carece de un precio confiable. Sobre<br />
Goldman Sachs, el principal banco de inversión <strong>del</strong> mundo que en el medio de la turbulencia financiera<br />
presentó un balance con fuertes ganancias, Martin Hutchinson, un economista crítico, plantea que: “existe<br />
un misterio en Wall Street: la semana pasada Merrill Lynch canceló 8 mil 400 millones de dólares de la<br />
hipoteca inmobiliaria de baja calidad, cifra revisada de los previos 4 mil 900 millones de dólares reportados;<br />
sin embargo, Goldman Sachs no sintió la necesidad de una cancelación similar. El secreto real de<br />
la diferencia probablemente resida en los detalles de su contabilidad, en particular, en el mundo turbio,<br />
que pronto será revelado, de sus activos que se encuentran en el ‘nivel tres’ de su portafolios” (Blog “The<br />
Bear’s Lair” 29/10/07). Para este economista, a partir <strong>del</strong> 15 de noviembre “habrá una nueva herramienta<br />
para escudriñar cuánto desecho tóxico existe de las hojas contables de los bancos de inversiones”, refiriéndose<br />
a la nueva regla contable FASB 157 que requiere que los bancos dividan sus activos cotizables en<br />
tres niveles, de acuerdo con la facilidad para conseguir un precio en el mercado. Según el mismo autor:<br />
“El ‘nivel uno’ expone los activos en los mercados dinámicos. En el otro extremo, los activos <strong>del</strong> ‘nivel<br />
tres’ son invaluables y solamente tienen cotizaciones según la referencia de los mo<strong>del</strong>os de los propios<br />
bancos”. Goldman Sachs, reveló en febrero reciente, es decir, antes <strong>del</strong> desplome inmobiliario, su “nivel<br />
tres”, que ascendió a 72 mil millones de dólares, que en ese entonces representaban 8 por ciento de sus<br />
activos totales. Frente a esto comenta el autor citado: “el problema se vuelve más serio cuando se asienta<br />
que tales 72 mil millones de dólares representan el doble <strong>del</strong> capital de Goldman Sachs, que es de 36 mil<br />
millones. Por consiguiente, en una situación extrema la entera existencia de Goldman Sachs reside en el<br />
valor de sus activos a ‘nivel tres’”, es decir, tan bien virtualmente en quiebra. La misma observación hace<br />
el economista Nouriel Roubini: “Repentinamente los mercados y los inversionistas están descubriendo<br />
que muchas instituciones financieras estaban dejando una gran parte de sus activos en el cajón <strong>del</strong> 3º<br />
piso cuando querían evitar usar los precios <strong>del</strong> mercado para evaluar dichos activos pero prefieren confiar<br />
en las ‘apreciaciones mo<strong>del</strong>o’ (valoraciones mo<strong>del</strong>o) y ‘entradas desapercibidas’. Pero ahora, la próxima<br />
regulación FASB 157 les impedirá (al menos que un lobby político lleve a una prórroga de su implementación<br />
el 15 de noviembre) que hagan esos sucios trucos contables y los obligará a usar precios de mercado<br />
–cuando estén disponibles incluso en condiciones de iliquidez <strong>del</strong> mercado– para evaluar esos activos”. Y<br />
lo más interesante es la conclusión a la que llega: “¿Y ahora, adivinen qué? Nuevas estimaciones (cálculos)<br />
confiables sugieren que usar esos precios de mercado –en vez de los trucos <strong>del</strong> 3º piso– puede llevar a<br />
pérdidas de otros 100.000 millones de dólares además de los miles de millones que ya se perdieron en las<br />
subprimes. Algunos participantes <strong>del</strong> mercado ya están en realidad hablando –algo bastante realista– de<br />
un total de pérdidas de este desastre crediticio cercando a los 500.000 millones de dólares”. (N. Roubini,<br />
“Credit and financial markets losses: $100.000 billion or $200 billion? Or most likely $500 billion?”,