COMUNIDADES - Odebrecht Informa

es considerada por los habitantes locales uno de los
principales atractivos de Zango. La mayoría de los vecinos
habitaban hasta entonces viviendas sin la menor
comodidad.
Para Marcolina Antônia Cassinda hay muchos
motivos para sentirse bien en Zango. El único inconveniente
es la escasez de oportunidades de generación
de renta, un desafío que enfrenta con creatividad.
Desde que se instaló, hace cinco años, pasó a
vender bebidas en su propia casa, con un margen
de ganancia de cerca de 320 kuanzas por cajón. El
comercio informal es común entre los habitantes de
Zango, que encuentran en esta actividad un medio
alternativo de supervivencia.
“A principio, un cambio es siempre un trastorno,
pero, con el tiempo, las personas se adaptan a la
nueva realidad y perciben lo bueno que es salir de
la zona de riesgo”, afirma el líder comunitario André
João Camungua. Poblador del barrio hace nueve
años, está invirtiendo en la reforma de la casa donde
vive con la esposa Emanuele y los cinco hijos.
Para personas como Elder, Marcolina y André,
el cambio de vivienda ha sido solamente el primer
escalón para una vida nueva, más tranquila y sin sobresaltos.
“Cuándo se vive en situación de riesgo, el
foco de las preocupaciones es la supervivencia. En
Zango, afortunadamente, podemos pensar en el futuro”,
dice André.
El Programa de Reasentamiento de las Poblaciones
ya trasladó a Zango cerca de 160 mil personas,
en su mayoría familias de baja renta, con ingresos
mensuales de hasta US$ 300 por mes. Odebrecht
Angola participa desde el inicio de ese proyecto,
como responsable de la construcción de casas de
infraestructura básica del barrio. La empresa se
prepara para iniciar en la comunidad el Proyecto de
Calificación Profesional Continuada – Creer (Acreditar),
una contribución para que se amplíen las oportunidades
de trabajo en Zango.
Tradición
En el barrio de Chicala, en la Isla del Cabo, el pescador
Manoel Francisco João, vecino del local desde
los años ‘40, recuerda con nostalgia los tiempos en
que la pesca artesanal ocupaba un espacio intocable
en la comunidad. En aquella época, la actividad se
trasmitía de padre a hijo y movilizaba a toda la familia.
La fe en Kianda, patrona del mar, dio origen a rituales
que evocan la prosperidad comunitaria y rinden
reverencia a esa misteriosa divinidad. Protagonizadas
por un grupo de ancianos y mujeres vestidas a
la bessangana –pañuelos rojos y aderezos de lente-
Fotos: Sassy (Alexandre do Amaral Martins)
Habitantes de Mártires de
Kifangondo: diversidad
cultural e intensa actividad
comercial entre las
principales características
del barrio
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