Las dimensiones del racismo - Office of the High Commissioner for ...
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<strong>Las</strong> <strong>dimensiones</strong> <strong>del</strong> <strong>racismo</strong><br />
Sudáfrica, durante el régimen <strong>del</strong> apar<strong>the</strong>id, las barreras que excluían a los negros de<br />
ciertos puestos de trabajo eran una parte integrante fundamental de dicho régimen.<br />
Actualmente, aunque la discriminación sea inconstitucional en Sudáfrica, los negros<br />
siguen padeciendo las consecuencias de las antiguas prácticas discriminatorias. Así<br />
pues, por ejemplo, cuando los negros compiten hoy en Sudáfrica por puestos de<br />
trabajo están en desventaja, porque no siempre tienen la experiencia que se exige,<br />
debido a que no pudieron adquirirla durante el apar<strong>the</strong>id. Asimismo, cabe la posibilidad<br />
de que les falten las calificaciones <strong>for</strong>males, porque en el pasado se les negó la oportunidad<br />
de instruirse. Incluso cuando tienen calificaciones <strong>for</strong>males, puede que los<br />
empleadores los rechacen sobre la base de que nos las han obtenido en instituciones<br />
que ellos conocen o en las que hayan contratado previamente. Los pueblos indígenas<br />
de América Latina y de otras partes <strong>del</strong> mundo se ven enfrentados a problemas de esta<br />
índole. Han soportado la discriminación racial durante tanto tiempo que hoy ya no pueden<br />
competir en pie de igualdad con quienes, en el pasado, se beneficiaron de semejantes<br />
prácticas.<br />
En la estricta aplicación <strong>del</strong> principio de igualdad de oportunidades no se tienen en<br />
cuenta los factores de índole histórica que hoy ponen en desventaja a los miembros de<br />
ciertos grupos. El único propósito es velar por que el candidato más calificado consiga<br />
el puesto, el ascenso o cualquier otro beneficio laboral. En este escenario, la igualdad<br />
de oportunidades es estática. Sólo se tienen en cuenta las calificaciones de los candidatos<br />
en la fecha en que se toma la decisión, pero no se examinan las consecuencias<br />
que las antiguas políticas discriminatorias tienen en quienes compiten por puestos de<br />
trabajo en el mercado laboral. Sin embargo, habida cuenta de que las sociedades no<br />
son estáticas, la igualdad en el mercado laboral no se puede lograr a menos que se<br />
tengan en cuenta también las consecuencias actuales de las antiguas prácticas discriminatorias.<br />
No obstante, hay razones de peso que requieren prudencia para no seguir<br />
por este camino y que se deben evaluar con detenimiento.<br />
Igualdad de trato y de resultados<br />
Un sistema basado en la igualdad de trato no es <strong>for</strong>zosamente una garantía de que los<br />
resultados sean análogos. En esta tesitura se supone que todos los participantes tienen<br />
los mismos medios básicos para la consecución de lo que se proponen, pero no<br />
todos lo consiguen. Sólo aquellos con las mejores calificaciones lo logran, porque no<br />
todos los competidores manifiestan sus habilidades de igual <strong>for</strong>ma. Así pues, la igualdad<br />
de oportunidades corresponde al mo<strong>del</strong>o de un sistema de mercado en el que los<br />
resultados se consideran la fuerza que mueve a la gente a competir. Debido a que en<br />
un sistema de mercado ideal la competición es un proceso continuo, quienes hoy no<br />
logran alcanzar la meta saben que siempre tendrán otra oportunidad de conseguirlo.<br />
Esta justificación aparentemente razonable de la desigualdad de resultados se topa<br />
con una dificultad aún mayor cuando sirve para explicar las desigualdades que se plan-<br />
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