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VE-05 SEPTIEMBRE 2014

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Sábado a la noche. El grupo de amigas salió a divertirse, Clara no<br />

imaginó que aquella sería su tan ansiada noche, “él” estaba allí.<br />

Un baile fue el motivo esencial para el encuentro y a partir de allí no<br />

se separaron más. Rodrigo debía partir, ya lo tenía planeado, quería<br />

forjar un futuro en un lugar remoto de la Patagonia, siempre lo había<br />

deseado y a través de la gestión de un tío había conseguido este puesto<br />

de guarda fauna. Le insinuó compartir esta nueva etapa, ella no lo dudó,<br />

y así fue como llegaron a este lugar.<br />

Todo era lúdico al principio, la belleza del entorno, la proximidad de la<br />

montaña, el valle que se extendía ante la vista, cual si fuera una postal.<br />

Un par de kilómetros hacia el sur un lago completaba el panorama.<br />

La pareja vivía feliz, siendo tan compinches sin apartarse casi nunca,<br />

solo cuando él debía hacer su recorrida mensual, eran un par de días en<br />

los cuales recorría el parque a caballo acompañado por un lugareño, era<br />

una larga travesía.<br />

Clara debía quedarse sola. Le costaba hacerlo, sobre todo por las<br />

noches, pero con el tiempo fue dominando el miedo. El vecino más<br />

cercano estaba lejos, cruzando el río, y se veían muy poco, así que<br />

pasaba esos días cuidando sus animales y una huerta que les brindaba el<br />

sustento.<br />

Aprendió a soportar la crudeza del invierno. El hecho de estar tan<br />

cerca de la cordillera lo tornaba más cruel, solían quedar aislados<br />

durante semanas, al volver, el sol dibujaba una sonrisa en el rostro de<br />

Clara<br />

Aquel invierno había sido duro, ya la primavera templaba el<br />

ambiente, la nieve casi había desaparecido, una nueva alegría dominaba<br />

a la pareja; Clara lucía una panza de siete meses, y por las noches<br />

barajaban miles de nombres para el que seguro iba a ser un varón. En<br />

sus pocos ratos libres él había construido una cuna con madera del<br />

lugar. Ella no se sentía muy bien, había bajado de peso, producto de un<br />

estado gripal que la afectó durante el invierno, como no pudo salir por la<br />

intensa nevada debió curarse solo a medias, todavía la tos la agitaba y<br />

debía sentarse a descansar. Algunas veces solo quedaba recostarse<br />

hasta sentirse mejor.<br />

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