Establecimiento de cuatro especies de Quercus en el sur de la ...

Agradecimientos
Me gustan mucho las historias. Desde pequeña las he escuchado, inventado, escrito,
dibujado… Y ésta, al fin y al cabo, es una historia: la historia de las aventuras que viven
las plantas desde que son semilla hasta que logran hacerse su huequito en el mundo.
Para contar esta historia he utilizado un lenguaje nuevo: el de la ciencia, y otras
herramientas como son la estadística o el diseño experimental; pero la esencia, al fin y
al cabo, es la misma: la admiración por un universo natural que nos rodea, hermoso y
fascinante.
Para llegar a desentrañar mi pequeña historia han sido necesarios cuatro años llenos
de vivencias y lugares nuevos, de momentos que, haciendo balance, han sido más
positivos que negativos, y sobre todo, lo más importante, para llegar a este punto han
sido imprescindibles un montón de personas que me he ido encontrando por el
camino. Enumerarlas a todos sería imposible sin escribir otra tesis sobre ello, pese a
todo espero que se vean reflejadas en las palabras de agradecimiento que ahora me
siguen.
A mis dos directores, por saber orientarme y complementarse en su tarea de guías por
el mundo de la investigación. A Rafa Navarro le debo el enfoque práctico tan anhelado
en mi tesis y sobre todo el haberme animado a escribir gran parte de la misma en
inglés. Ahora me doy cuenta de que es un esfuerzo que merece la pena. Rafa Villar es
para mí un ejemplo de constancia y lucha, siempre dispuesto a escucharme y
entenderme, a buscar la manera de motivarme y hacerme sentir satisfecha con el
trabajo realizado. Sé que no ha sido tarea fácil pero nadie lo podría haber hecho mejor.
Creo que hemos conseguido limar nuestras diferencias en la manera de entender el
mundo y sobre todo la ciencia, gracias por enseñarme a rebuscar con paciencia las
historias escondidas en cada maraña de datos por interpretar.
A todos mis compañeros del departamento de ecología: David Alameda, que me
recibiste con los brazos abiertos, por acogerme, enseñarme, por nuestras charlas sobre
la ciencia y el más allá, por los inolvidables momentos “Ballerina”. A Raquel,
compañera y sobre todo amiga, trabajar en equipo nunca fue más fácil que contigo,
gracias por todas nuestras aventurillas en Cardeña. A Joaquín Reyes por echarme
tantos cables estadísticos, por escucharme, aguantarme y contarme chistes en tantas
comidas y sobremesas en Rabanales. A David y Cris, los vecinos, por las risas que nos
hemos echado fuera y dentro del departamento. A Elena, Pepón, Paco y Andrés que
también dieron sus buenos golpes de azada y pasaron calor en mis experimentos. A
Pilar, Carmen, Ana, María, Laura, Sergio, Juan Carlos, Salva, Bárbara y un largo etc. de
compañeros ecólogos con los que he pasado tan buenos ratos, no sabéis la suerte que
tuve al llegar a un lugar extraño y encontrarme con gente tan apañada y abierta como
vosotros. Ahora ya sabéis por qué me he dedicado, año tras año, a numerar miles de
bellotas mientras os preguntábais si iba a montar un bingo artesanal o simplemente se
me había ido la cabeza. Al personal del C4: Loli y sus compañeras, Joaquín, Kathy, por
dar vidilla y humanidad a lo que sin vosotros sería un tétrico edificio.
A todos los que altruistamente habéis echado una mano (y algún que otro pie si era
necesario) contando bellotas, midiendo plantitas, o lo que hiciera falta: Isa, Alejo, Vir,
Emilio, Manolo, Alex… Gracias a Isa, apoyo imprescindible tanto en lo personal como
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