MEMORIA - Abogacía Española

Abogacía Española | Memoria 2011 INFORME DE LAS ACTIVIDADES DE LOS ÓRGANOS DE GOBIERNO | 25
del CGAE, de manos de uno de sus patronos, José Luis Doñoro,
decano del Colegio de Abogados de Alcalá de Henares,
acompañado de varios videos en los que Blanca Ramos, del
Colegio de Abogados de Pamplona; Victoria de Pablo, anterior
decana del Colegio de Abogados de La Rioja; Manuel
Sánchez Benítez de Soto, anterior decano del Colegio de Abogados
de Salamanca, y Miguel Ángel Aragüés, del Colegio de
Abogados de Zaragoza, explicaron proyectos de la Fundación
en los que han participado en Guatemala, México, Panamá y
Colombia, respectivamente, en defensa de los derechos humanos.
La Conferencia Anual se celebró en el Hotel Palace de Madrid
los Dívar, presidieron la Conferencia Anual acompañados por
los vicepresidentes del CGAE Antonio Hernández-Gil y Alfredo
Irujo, la secretaria general del CGAE, Victoria Ortega, y el
presidente de la Mutualidad de la Abogacía, Luis de Angulo,
que dieron la bienvenida a los más de 300 asistentes congregados
en el salón Medinaceli del Hotel Palace, entre los
que se dieron cita representantes de la Justicia y la política,
como el presidente de la Audiencia Nacional, Angel Juanes, la
vocal del CGPJ Margarita Uría, el presidente del Tribunal Superior
de Justicia de Madrid, Francisco Javier Vieira; el abogado
general del Estado, Joaquín de Fuentes Bardají, el presidente
del Colegio de Registradores de España, Alfonso Candau o
el presidente Consejo General de Procuradores, Juan Carlos
Estévez, entre otros. Por otro lado, todos los asistentes a la
Conferencia Anual pudieron disfrutar de la exposición “Gritos
de Libertad”, expuesta en un salón contiguo, antes de que
comenzara su recorrido por toda España durante 2012.
Además, durante la Conferencia, y antes de la entrega de Premios,
se procedió a presentar las actividades de la Fundación
Posteriormente, comenzó la ceremonia de entrega de los Premios
Derechos Humanos 2010. En primer lugar, recibió el Premio
en la categoría de Medios de Comunicación la periodista
de la Cadena SER, directora del mítico programa “Hora 25”,
por ejercer un Periodismo con mayúsculas al denunciar las violaciones
de los derechos humanos en directo a través de su
programa, desde el Sáhara, Haití o la Plaza Tahrir de El Cairo.
La encargada de realizar su presentación fue la decana del
Colegio de Abogados de Ferrol, Nieves Santomé, y destacó
que “necesitamos más periodistas que no tengan miedo a la
verdad, que la cuenten de frente pero sin crispación, comprometidos”.
Durante su turno de palabra, Àngels consideró que este es
“un Premio especial, tanto por la institución que lo otorga
como porque se premia mi trabajo, no a mi”. “Los periodistas
somos incómodos, para los políticos, que no quieren contestar
a nuestras preguntas, para muchos países, cuyos gobernantes
no nos dejan entrar para que no contemos lo que
nuestros ojos ven. Y lo más preocupante es que estamos empezando
a ser incómodos también para nuestras empresas,
porque con la crisis se está acabando con el buen periodismo,
no hay dinero para ir a los sitios donde pasan las noticias”,
destacó. Esta situación es “un riesgo para la sociedad, porque
La periodista Àngels Barceló
si nosotros no contamos las cosas, la gente no lo conoce y escatimamos
el derecho a la información. Si no podemos hacer
nuestro trabajo, la gente no sabrá lo que pasa”. Por eso, pidió
a los asistentes “que defendamos también esta profesión, vamos
a pedírselo a los políticos, los dirigentes y las empresas”.
Además, agradeció a su equipo “que me empuje cada día
cuando a mi me fallan las fuerzas”.
El premio derechos humanos en la categoría de Personas recayó
en Jesús María Alemany, jesuita de Zaragoza, que lucha
desde hace años por fomentar la educación, el respeto a los
derechos humanos y la cultura de la paz desde el Centro Pignatelli
y la Fundación Seminario de Investigación para la Paz
de Zaragoza. Según destacó María José Balda, consejera del
CGAE que fue la encargada de realizar su laudatio, “él nos
recuerda que el concepto de paz no es el negativo del de
guerra, sino una meta a la que nos acercamos cuando vamos
disminuyendo la violencia, que hay que combatir de forma directa,
pero también la cultural o social como el paro, el hambre,
la pobreza o la frustración”.