Marzo Nº 112 - Biblioteca Virtual El Dorado

después. De aquí probablemente algunas incongruencias en
el engranaje general de la maquinaria administrativa y doeente;
de .:quí que se cometieran algunos errores que más tarde
fuera necesario rectificar. L.: obra general, no obstantl~,
fue de progreso efectivo y se caracterizó por :iU certera previsión
del porvenir,
La separación del señor Victoria de la adminístración Amador
llevló al señor Lasso de la Vega, en virtud justamente de
8U8 mérito8 v credencÜ:Jes de educador, a la secretaría de instrucción
pública en donde permaneció hasta a fines de 1908
al h'iiciarse la administración Obaldía. La escuela de artes y
oficios, la superíor de señoritas y la de comercio e idiomas,
surgieron en seguida al conjuro de los calurosos entusiasmos
del nuevo secretario. Sus cualidades sobresalientes de hombre
de corazón generoso y de animador constante y desinteresado
de la juventud brilaron entoncefl en todo su esplendor. Sin
dejar de ser el jefe consciente del sector administrativo del
g:obierno del cual depende la salud espiritual de la nación,
su consejo y su ayuda, siempre oportunos, no faltaron nunca
a quienes los habían menester. Entre los que hoy tienen en sus
manos la dirección o la responsabilidad del ramo cafli no hay
uno solo que no le sea deudor de algún estímulo, de algún
servicio, de esos que inician una época en la vida o le señalan
derroteros seguros y salvadores. De esta manera, por los fáciles
y amables canales de una simpatía cordial, de una comprensión
inteligente y discreta y del fervoroso calor de humanidad
que los servidores públicos bien poseídos de su misión
ponen en el desempeño de sus labores oficiales es como el
pasado se enlaza con el presente en un proceso continuo de
causas y efecto8, las más de las veces de ritmo ascendente. Y
es por esta razón por la que hombres como Lasso de la Vega,
como Nicolás Victoria J., como Abel Bravo y Angel María
Herrera, maestros com\trUc.toreR, los primeros. del eçHficio de
nuestra educación nacional deben vivir siempre en la mente
y en el corazón de los educadores de hoy. Prohablemente nada
sabrÍ.:n éstos de las preocupacIones reformista
s de la nueva
educación, del pensamiento de Dewey, de Watson, de Decroly,
ni habrian podido aprovecharse de la cultura de alta calidad
que se sirve en las grandes universidades europeas y americanas
si aquellos precursores no hubieran señalado, compren.
sivos y videntes, los caminos de un porvenir que ahora nos
parece producto exclusivo de nuestros solos esfuerzos.
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LOTERIA 13