Marzo Nº 112 - Biblioteca Virtual El Dorado

olando desde el olvido,
atravesando silencžos
agujereados de ruido.'.
Qué solo, contigo, amada!
!Qué soledad más contigo!
iilmor, tÚ aquí, qué lejana!
¡Amor, qué leJo.' ('onmigo!
Esto') de paso por mí,
liene mi amor prisa, Nene
mi vida el cambio, la lucha
que 11lllCa cambia ni dUerme,
que muere si queda quieta
y, cambiando, permanece.
A.'í te quiero, de prisa,
siempre otro, el mismo, viviente;
te quiero como la vida,
a veces te quiero siempre,
a ve(:e.' nunca te quiero
!I a veces te quiero a veces,
Fiel a este amor inconstante
que (:onmi(Jo baja y crece,
le dejo que bale y crezca
porque si no se me muere:
le dejo que me apasione
!J a veces que te desprecie.
Amada, no somo.' dio.~es,
somos más que dio.'es, seres
que son y dejan de .'er,
que ¡H11, que luchan, que vienen,
que se apa(Jan en la lUcha
y que en la lucha amanecen.
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LOTERIA
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