Marzo Nº 112 - Biblioteca Virtual El Dorado

Ya Carlos V había propuesto esta obra, Leibnitz, Goethe,
Pitt, Humbolt y Bolívar habían alentado el mismo proyecto.
Pf;ro solo cuando Lucicn-Napoleón-Bonaparte Wyse exploró
el istmo en los años de 1876 a 1878 al frente de una expedición
científca (página 408), y luego de haber obtenido éste, por
ley de lH de marzo de 1878, un derecho preferencial de parte
de Colombia para emprender la obra en cuestión, se llegó a
dar el paso de crear la "Sociéte civil du Canal Interocéanique".
Un congreso decidió en París el 15 de mayo de 1879
que, entre diferentes proyectos, el mejor sería el de la construcciÓn
de un canal a nivel; fue entonces cuando la citadh
i'ociedad, mediante pago de una suma de 10 millones de francos,
entregó el 31 de man':o de 1881 a una sociedad del canal
legalmente constituida la conces;ón recibida de Cølombia. SUR
gastos de fundación ascendieron solo a 25 millones de francos,
a los que se agregaban dos milones para el edificio de la
administración en París. La sociedad mandó entretanto a América
de i ,200 a 1,500 funcionarios, a los que se prometieroii
altas retribuciones, y grandes indemn-izaciones en favor de
los familares, para caso de muerte. La sociedad adquiriij
68.500 de las 70.000 acciones del ferrocarril del istmo, Mien..
tras que esas acciones valían poco antes no más de 80 dólares,
se compraron ahora a 250, lo que supuso una ganancia de 60
milones de francos para los especuladores, Seguidamente se
adquirieron y almacenaron enormes cantidades de herram;entas
y máquinas. Pt~ra proporcionar comodidades al perSOllo. i
directivo se hicieron grandes despilfarros. El constante cambio
en la direcciÓn y administración superiores contribuyó tamb'én
no poco al incremento de 10R costos y a la lentitud de toda&
las actividades, Si ya las instalaciones habían devorado ingentes
sumas, más aún consumían los trabajoR propiamente
dichos, en 10R cuales surgían a menudo dificultades con 10M
diversos contratistas; el descuido de la administración era tan
grande que, en un país asolado por los temblores de tierra,
ni siquiera se había practicado una medición exacta ni una
correcta fij aciÓn del trazado.
La amarga verdad fue que en el año 1886, de 150 millones
de metros cúbicos quedaban por extraer todavía 130
milones, en (página 409) tanto que la sociedad se veía obligada
a conseguir dinero en
condiciones cada vez más gravosas.
No sirviÓ de nada la visita de Ferd. de Lesseps, realizada con
gran ostentaciÓn el 17 de febrero de 1886, si bien el viejo señor
hubo de galopar por el istmo y prender fuego a una carga
explosiva, espectáculo en el que se dieron la mano el bluff y
la astucia, el inconsciente proceder y el cálculo, de parte de
los directivos realmente responsables. Ya en noviembre de
1887, el proyecto se reducía a la parcial ejecucióri"del canal
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