Libro_Violencia_vs_mujeres_EdoMex_Feminicidio_Nadia_Mucino
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<strong>Violencia</strong> contra las Mujeres en el<br />
Estado de México<br />
cipalmente, por <strong>mujeres</strong> mendigas o prostitutas que habían estado expuestas<br />
a altos niveles de violencia, explotación y eran rechazadas por las instituciones<br />
sociales, las que resolvían el “problema” encarcelándolas o internándolas en<br />
hospitales psiquiátricos.<br />
Posteriormente, Sigmund Freud retoma y profundiza los postulados de Charcot<br />
afirmando que la causa de la histeria no sólo tenía que ver con recuerdos<br />
traumáticos, sino que éstos eran de carácter sexual, involucrando situaciones de<br />
abuso, violación, incesto, etc.; su teoría, desgraciadamente, causaría un gran revuelo<br />
debido a que sus pacientes ya no eran mendigas y prostitutas que podían<br />
ser catalogadas fácilmente como “enfermas mentales”, sino <strong>mujeres</strong> de la alta<br />
sociedad austriaca, cuestionando la moral de la época en un contexto político<br />
profundamente patriarcal y antifeminista. Consecuencia de lo anterior es que<br />
Freud terminará rechazando su propia teoría y afirmando que los testimonios<br />
de dichas <strong>mujeres</strong> eran producto de fantasías inventadas, invalidando su padecer<br />
al darle un carácter de delirio (Lescano, 2004).<br />
Por esos mismos años, en colaboración con Joseph Breuer, Freud introduce y<br />
desarrolla otro concepto referente al trauma, esta vez de manera más directa: la<br />
“neurosis traumática”; según ésta, ante cualquier suceso que provocara miedo,<br />
angustia, vergüenza o dolor psíquico, si el sujeto no respondía con la intensidad<br />
suficiente al evento estimulante o estresante, el afecto quedaba ligado a su recuerdo<br />
y era éste el que actuaba a modo de cuerpo extraño y continuaba ejerciendo<br />
una acción sobre el organismo a modo de trauma, por mucho tiempo que<br />
hubiera transcurrido desde el suceso (Freud, 1980).<br />
En esta conceptualización, inicialmente, se le daba gran importancia a la sensibilidad<br />
del individuo, donde no era lo externo lo que determinaba el trauma<br />
sino aspectos internos de la persona, configurándolo como algo único y particular<br />
pero, también, haciendo descansar la responsabilidad de la afectación en<br />
una supuesta “debilidad constitucional” o incapacidad de afrontamiento de la<br />
persona; tras la Primera Guerra Mundial, no obstante, Freud hace un giro en su<br />
teoría y postula que el trauma ya no es producto de una resignificación interna<br />
sino de un suceso externo productor de alteraciones específicas, en este caso, la<br />
guerra (Freud, 1986).<br />
Paralelamente al psicoanálisis, la psiquiatría empieza a estudiar el trauma enfocándose<br />
también, en un primer momento, en las situaciones de posguerra derivadas<br />
de las guerras mundiales, con el tiempo, sin embargo, se comienzan a<br />
ampliar los ámbitos de trabajo e investigación volcando la mirada, de nuevo,<br />
hacia situaciones como la violencia ejercida cotidianamente contra las <strong>mujeres</strong>.<br />
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