Formación Espiritual - USA / Canada Region
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Formación <strong>Espiritual</strong><br />
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mundo”. Jesús claramente rechazó a Satanás, como<br />
también nosotros debiéramos de hacerlo.<br />
El Señor quien es nuestro guía y juez ha caminado en<br />
nuestros zapatos. El conoce la tentación que será el<br />
cebo de mañana y las cargas que te doblarán hoy. Y<br />
también se identifica con nuestras debilidades<br />
humanas (ver Hebreos 4:15).<br />
El acto último de identificación con el hombre es la<br />
muerte sacrificial de Jesús. El que nunca hizo<br />
pecado, por nosotros se hizo pecado para que<br />
fuésemos reconciliados con Dios (ver 2 Corintios 5:19-<br />
21). El experimentó la agonía de una soledad inaudita<br />
como efecto del pecado sobre el alma cuando nos<br />
separamos de Dios. Cristo se identifica con nuestra<br />
pecaminosidad en el sentido de separación de Dios, lo<br />
cual lo atravesó por el corazón. Citando el Salmo 22,<br />
él clama: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has<br />
desamparado” (Mateo 27:46).<br />
Cita de, “Why Did Jesus Die”<br />
Illustrated Bible Life, March—May,<br />
1996, 14.<br />
Ver, Reflecting God,. 60.<br />
De seguro que Dios no ha desamparado a Cristo,<br />
porque donde un miembro de la Trinidad está, allí<br />
están todos presentes. Y en la cruz “Dios estaba en<br />
Cristo reconciliando al mundo con Dios” (2 Corintios<br />
5:19 KJV énfasis añadido). Aunque en lo más profundo<br />
de su humanidad Jesús probó la muerte y la<br />
separación en nuestro lugar. Como escribe el teólogo<br />
Thomas A. Noble, “Dios mismo, Dios el Hijo, se hizo<br />
carne a fin que en nuestro lugar pudiera completar en<br />
un instante la expiación desde el lado humano<br />
también”.<br />
El Bautismo de Jesús. Sin duda nada señala en forma<br />
dramática la identificación de Cristo con el hombre,<br />
pecadores empedernidos, que su bautismo. Es un acto<br />
de extrema identificación con nosotros. Déjeme formar<br />
la escena. En las turbias aguas del Jordán, Juan el<br />
Bautista está bautizando a los que responden a su<br />
llamado para un “bautismo para arrepentimiento y<br />
perdón de pecados” (Lucas 3:3). “Generación de<br />
víboras”, les dice Juan, “¿quién os enseñó a huir de la<br />
ira venidera”. “Produzcan frutos de arrepentimiento”<br />
(Lucas 3:7-8).<br />
Aquellos que estén hastiados de sus maldades vengan<br />
al Jordán como un acto de arrepentimiento. La palabra<br />
arrepentimiento es Metanoia que significa cambio de<br />
mente y cambio de dirección, esto es, abandonar tus<br />
pecados y seguir a Dios.<br />
Vemos al hombre y la mujer, entristecidos por sus<br />
pecados, vadearon el río para encontrarse con Juan. El<br />
ora por ellos y luego los bautiza. De alguna manera<br />
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6-6 ©2002, Nazarene Publishing House