Formación Espiritual - USA / Canada Region

Formación Espiritual
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Ayuno de la autopromoción en favor de
hacer las cosas en el anonimato
Ideas sobre el anonimato
Refiera a los estudiantes al recurso
14-7.
Cita de, El Espíritu de las
Disciplinas, 172.
Dallas Willard describe la disciplina del anonimato
como abstenerse de dar a conocer mis buenas obras y
mis cualidades.
La Autopromoción es buena en el mundo de los
negocios donde los artistas, escritores, actores y
hombres ejecutivos pregonan sus portafolios y
currículos. Se han escrito libros de cómo puedes
hacerte promoción personal. Pero la Auto Promoción en
el reino espiritual es una muestra clara de enfermedad
o de pecado.
En una reunión donde habían varios pastores. Uno de
ellos mencionó su viaje a Rusia de donde había
regresado recientemente. Un segundo mencionó de su
reciente viaje educativo a Rusia. El tercero, mencionó
que cuando estudiaba la secundaria fue a Moscú por
dos semanas en un viaje misionero. El cuarto hombre,
a quien conozco, había estado todo un año enseñando
a los pastores Rusos, pero permaneció callado. La
disciplina del anonimato, creo que lo mantuvo callado.
Envidio a esa persona, porque yo era uno de los tres
que ansiosamente cotorreaban de su hermoso
ministerio en Rusia.
Un amigo mío donó un millón de dólares a una escuela
cristiana para construir un edificio—un edificio que en
la puerta llevará el nombre de otro hombre. Esta es la
disciplina del anonimato.
Cita de, Guía Cristiana para la
libertad financiera, Bill Martin y
Wes Tracy, un curso en video,
Nazarene Publishing House, 2000.
Troy Winslow gastó 27 años de su vida como misionero
a los Filipinos. Nunca ganó más de 15,000 dólares al
año—no fue sino hasta que se retiró que su dinero
ganó dinero en la bolsa de valores. Nunca me platicó lo
que daba. Pero cuando yo fui a las Filipinas para
enseñar me percaté de las muchas donaciones que él
había hecho en aquel campo misionero: un jeep para el
ministerio de la película Jesús, un edificio para la
escuela primaria cristiana, la remodelación del edificio
de una iglesia y muchas otras cosas. Nunca me
imaginé de los cientos o miles que él estaba dando
para las misiones en forma silenciosa; esta es la
disciplina del anonimato.
¿Qué tan fuerte es lo que llamó Juan Wesley “sed de
alabanza”. Esta sed solo puede ser saciada cuando
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14-10 ©2002, Nazarene Publishing House